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El transporte de cargas y pasajeros está a la expectativa de un proceso de transformación hacia un combustible abundante, económico y más amigable con el medio ambiente.

La posibilidad de contar en el mediano plazo con mayores volúmenes de gas natural a partir del desarrollo masivo de Vaca Muerta y del incremento de la capacidad de transporte mediante un nuevo gasoducto troncal, abre una oportunidad para la expansión de la utilización de Gas Natural Comprimido (GNC) en los vehículos pesados de cargas y de pasajeros. La idea atraviesa toda la cadena de valor a partir de las productoras y las distribuidoras, hasta las automotrices, los fabricantes de equipos, y las 2.000 estaciones de servicio distribuidas en casi todo el país. 

De acuerdo al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) a diario se despacha un promedio de 6 MMm3 de gas para estos puntos de recarga, para un parque automotor oficial estimado de poco más de 1,7 millones de vehículos convertidos, aunque se admite que el número supera los dos millones si se cuentan aquellos que no tienen sus obleas de revisión al día. Pero el gran atractivo para la industria del GNC no es sólo incrementar el número de automóviles y utilitarios, sino ganar la batalla de la conversión de los transportes pesados que cruzan todo el territorio argentino.

En ese sentido, en el sector se explica que el equivalente aproximado del total del gasoil que se consume en distintos sectores productivos y de logística -incluye el transporte urbano- equivale a unos 40 MMm3 diarios de demanda, con lo cual sólo pensar en reemplazar la mitad ese volumen por un combustible alternativo más económico, más amigable con el medio ambiente y que sustituya importaciones para el ahorro de divisas, significaría unos 20 MMm3 de demanda.

Toda la cadena de valor señala como las principales ventajas para avanzar en este sentido, primero la disponibilidad más que abundante del recurso a través de la formación no convencional, un precio que puede alcanzar más de un 50% de ahorro respecto de naftas y gasoil, luego la larga historia de desarrollo tecnológico del GNC que se remonta a comienzos de los 80, y una gran eficiencia no sólo en la mecánica de los motores sino en la reducción de las emisiones de carbono, un dato central en el actual proceso de transformación de matrices y de transición energética.

En este sentido, Gustavo Frontera, Gerente Comercial de Aspro -una empresa nacional que exporta sus compresores para todo tipo de gases a 45 países-, dijo que con la irrupción de la pandemia, hubo “un resurgimiento del GNC en el país por lo que se espera que la demanda se siga incrementando en los próximos añosimpulsado a su vez por el proyecto que busca desarrollar un gasoducto que conecte Vaca Muerta con los principales centros de consumo, pero también por el desarrollo de este tipo de ductos en el centro y noreste de nuestro país, situación que lo potencia como el principal combustible de la matriz. Esto plantea la posibilidad de realizar el cambio del uso de gasoil importado por gas de producción local”. 

“Sería imposible plantear un escenario en donde el gas no sea una fuente primaria de energía. El éxito de la producción de este tipo de combustible no es sólo positivo para las empresas, sino que también lo es para el país, para la generación de divisas, nuevas inversiones y la generación de empleo”, enfatizó el directivo de la compañía que también ofrece equipos para las operaciones en pozo de las petroleras en Vaca Muerta. 

Finalmente, Frontera agregó que a nivel global “se está atravesando una etapa de transición energética en el área del transporte hacia la aplicación de energías renovables, como la electricidad y el hidrógeno” pero a la vez para la Argentina “cambiar la matriz energética en el mediano plazo es casi imposibleo implicaría grandes inversiones, desaprovechando una red de suministro a punto de consolidarse a nivel nacional, no sólo con una inversión considerablemente menor sino con una disponibilidad a corto plazo”.

Con una mirada similar desde el sector automotriz, Lucas Woinilowicz, gerente de Desarrollo de Negocios de Scania, dijo que algunos de los argumentos que la marca encuentra en la Argentina para concentrar sus esfuerzos en ofrecer vehículos pesados ya motorizados de fábrica a GNC es que “el futuro del transporte de cargas y pasajeros deberá ser parte de la gasificación de la matriz, no sólo por la reducción de su impacto ambiental y las emisiones sonoras sino porque esta oportunidad abre a las compañías reducir los costos operativos logísticos con camiones que pueden utilizar un combustible que vale la mitad de lo que vale el diésel”. Y la opción no es por falta de variedad, ya que Scania posee en su portfolio motorizaciones para Diesel Euro III, IV, V y VI, a biodiesel, a etanol, eléctricos e híbridos, a hidrógeno, a GNL, biometano y biometano líquido.

Un tema clave para el transporte de largas distancia es la autonomía, y si bien un vehículo pesado a gasoil logra recorrer hasta 1.500 kilómetros, la realidad es que ningún chofer puede hacer esas distancias sin parar -por lógica y por normativa-. La capacidad de 800 kilómetros que alcanza el GNC resulta más que suficiente teniendo una red de carga ampliamente desarrollada en el territorio argentino. “A diferencia de otros combustibles alternativos -explicó Woinilowicz-, el gas no tiene problema técnicos, tiene una composición muy homogénea en cualquier estación donde se cargue de la red se cubre el 75% del país, porque sacando el litoral que no tiene gas, el resto esta cubierto con muy buena densidad en región Centro, Cuyo y NOA para cubrir cualquier ruta logística”. Y sobre la perspectiva de corto plazo, agregó que “hoy la introducción de camiones a gas en el país tiene inercia propia, en los últimos dos años todas las empresas de transporte y los dadores de carga probaron y conocieron las ventajas del GNC y entran en la etapa de demandar mas unidades para completar sus flotas”.

Este desarrollo del negocio no pasa desapercibido tampoco para las distribuidoras de gas natural por redes que son las que atienden las demandas de las estaciones de servicio. Es el caso de Naturgy, la segunda distribuidora por cantidad de clientes con un 17,3% del total de ventas, que acaba de inaugurar su estación de GNC número 13. Bettina Llapur, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales Naturgy, consideró que “cuanto más desarrollo y gasoductos haya desde Vaca Muertamás se va a desarrollar el mercado del GNC porque su potencial es conocido desde hace décadas en el país que cuenta con un mercado muy consolidado, y cuyo desarrollo se va a poder aprovechar en todo el país”. 

“Nos dedicamos a vender gas -agregó, y como tal promovemos el consumo del GNC que siempre ha sido más económico y también es mas amigable con el medio ambiente, y como alternativa de combustibles ha tenido un desarrollo siempre mucho mas avanzando que en la región y el mundo”

Con esa perspectiva, Naturgy aspira a llegar a las 30 estaciones embanderadas para fines de 2023, no solo en su área de concesión sino en otros puntos del país que le permitirán extender su presencia de marca en un negocio que ya nadie discute irá en crecimiento. 

 

Fuente: Mejor energia