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Los principales complejos agroindustriales aportarían u$s6.000 millones más que el año anterior. Preocupa el alza de los fertilizantes para la próxima campaña.

Las diversas proyecciones de los analistas del agro adelantan que este año el campo aportará una cifra récord de divisas producto de la escalada que experimentaron los precios de los granos a partir del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Mientras la Bolsa de Comercio de Rosario prevé unos u$s38.600 millones, teniendo en cuenta los principales complejos exportadores, la Fundación Mediterránea amplia la cifra hasta los u$s44.500 millones, al sumar además los envíos de otras cadenas como el maní o el biodiesel. De cualquier manera este 2022 se espera un nutrido ingreso de dólares, aunque aparecen otros nubarrones en el frente.

El dato a considerar es que, en base a las proyecciones de la Fundación Mediterránea este año ingresarían u$s6.000 millones más que el año previo (+16%). Si bien se prevé un ajuste de las cantidades (-7%, promedio ponderado), éste estaría siendo más que compensado por los mayores precios internacionales (+24%) promedio ponderado.

En este contexto desde la entidad detallan: “Para Argentina las implicancias económicas del conflicto Rusia Ucrania son mixtas. En términos de la balanza comercial se tiene, como buena noticia, la suba de precios de commodities agrícolas, la revalorización de los bienes que concentran la canasta exportadora del país, pero como noticia negativa, la suba de precios del gas natural, energéticos en general y fertilizantes, productos en los que el país es importador neto y en los que si se quisiese mantener la provisión 2021 deberán asignarse muchas más divisas”.

Fertilizantes en la mira

En el caso de los fertilizantes, no es una cuestión menor a tener en cuenta, porque estos insumos claves para el campo aumentaron incluso más que los granos y de consolidarse esta tendencia, una menor nutrición en los campos podría traer aparejado una caída en la producción y área sembrada.

Según indica la Fundación Mediterránea en Argentina se vienen utilizando entre 5 y 6 millones de toneladas de fertilizantes en las últimas campañas de acuerdo a estimaciones privadas. Dado el aumento de los precios, el interrogante es qué sucederá con este consumo este año, en esta la campaña agrícola 2022/23 y en otras actividades productivas que también los utilizan (caso de las pasturas que se fertilizan para incrementar la producción de alimento para animales).

“Un escenario de no reducción del consumo de fertilizantes importados en 2022 luce muy poco probable, considerando la suba de precios y los posibles problemas de abastecimiento a nivel global (el único factor que podría contribuir sería una fuerte caída de la producción nacional). Los escenarios de reducción de consumo son los que tienen más probabilidad de ocurrencia, dado que hay varios factores que empujan en esta dirección: el propio aumento de los precios relativos, problemas de abastecimiento global, posible aumento de la producción nacional y/o hasta posibles restricciones del gobierno al acceso de divisas. Nótese que una caída del 30% en la utilización de fertilizantes importados implicaría a los precios previstos en el ejercicio, una salida de divisas del orden de USD 3.032 millones, una factura un 33% superior a la de 2021”, alertan desde la entidad.

Una cuestión a advertir es que un menor consumo de fertilizantes no es gratis en términos de producción de granos, exportaciones e ingreso de divisas. De reducirse las importaciones de fertilizantes (y no ser compensadas por mayor producción nacional), es de esperar un impacto negativo sobre la productividad agrícola. Lo anterior deriva en un dilema de política económica importante: en un escenario de escasez de divisas, el gobierno podría estar tentado a restringir importaciones, entre ellas de fertilizantes, pero de hacerlo estaría también impactando negativamente sobre la propia generación de divisas.

Básicamente, los dólares extras que pueden ingresar del campo pueden convertirse en un respiro para las arcas nacionales pero lo cierto es que el Gobierno tendrá que afrontar dilemas claves respecto al uso que le da a esas divisas.

 

Fuente: Ambito