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En lo que va de junio la liquidación de divisas del agro suma alrededor de u$s1.949 millones, lo que representa una caída de alrededor del 18% respecto al mismo período del mes anterior que terminó con el récord de u$s3.546 millones. Los fundamentos de este retroceso vienen asociados a motivos meramente estacionales de la cosecha argentina y la necesidad del productor de fondearse para encarar la próxima campaña. Lo cierto, es que este escenario ya se está haciendo sentir en el poder de fuego con el que cuenta el BCRA para acumular reservas.

Según detallan desde el mercado, hasta el viernes pasado la autoridad monetaria había acumulado durante junio un total de poco más de u$s564 millones, lo que representa una caída del 67% respecto al mismo período del mes anterior. Mientras tanto, el acumulado anual suma poco más de u$s6.300 millones, impulsado, justamente por la extraordinaria y poco habitual liquidación de divisas del campo que se sucedió durante los primeros meses del año, motivada, en gran medida, por la extraordinaria suba de los precios internacionales de la soja y el maíz.

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En este marco, el horizonte comenzó a mostrar algunos nubarrones la semana pasada luego de que la cotización de la soja perdiera en una sola jornada más de u$s40 y se derrumbara por debajo de los u$s490 por tonelada. La máxima volatilidad está a la orden del día en el mercado de Chicago y ya pocos analistas se animan a arriesgar cuál es el piso o techo del precio de la oleaginosa.

Es por eso que, a pesar de que la soja logró recuperar su valor -ayer cerró en el mercado de Chicago a u$s519,92 la tonelada- se encienden luces amarillas respecto a la disponibilidad de dólares que tendrá la economía en los próximos meses.

Siempre y cuando la soja se mantenga en los actuales valores, las proyecciones más alentadoras detallan que durante el período junio- julio- agosto, las empresas agroexportadoras liquidaran alrededor de u$s6.690 millones. Lo peor vendrá a partir del trimestre septiembre – octubre -noviembre, cuando el sector aportaría apenas u$s1.000 millones. A su vez, en diciembre se liquidarían unos u$s2.300 millones, para cerrar el año en de u$s23.200 millones.

En la vereda de enfrente y teniendo en cuenta la extrema volatilidad que se espera el mercado, según las proyecciones del economista Salvador Di Stefano, Argentina podría perder cerca de u$s6.800 millones para engrosar sus reservas y $172.000 millones por ingresos fiscales, en el caso de que la soja vuelva a caer por debajo de los u$s490.

“Aquellos que le rezaban a la santa soja tendrán que cambiar de santo o comenzar a hacer un poco más de austeridad fiscal. Los ingresos fiscales que no lleguen serán reemplazados por emisión, ergo habrá más abundancia de pesos. Los dólares que no lleguen los vamos a extrañar, por ende, habrá escasez de dólares. En este escenario, los dólares alternativos estarán a la suba”, detalla Di Stefano a modo de resumen de lo que puede venir en los próximos meses.

En tanto, otro factor a tener en cuenta y que podrá evidenciarse también en las próximas semanas es que si a partir de la caída en las cotizaciones, los productores optan por comercializar menos soja de lo previsto al inicio de la campaña y por el contrario, apuestan a una futura suba del dólar para liquidar su cosecha a mejores valores. De cualquier manera, se vienen días definitorios en cuanto a la disponibilidad de dólares con las que contará la economía argentina en los próximos meses.

 

 

 

Fuente: Ambito