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La versión nacional se produjo desde 1971 hasta 1994 en Córdoba. Es el segundo auto más fabricado en la historia de Renault a nivel local.

Que “autos eran los de antes” es una frase que se escucha habitualmente en una conversación de personas fierreras mayores a cuarenta o cincuenta años. Y el Renault 12 es, indudablemente, uno de los exponentes de esa vieja camada de vehículos, que por haber sido producidos durante tantos años se ganaron un lugar en el corazón de los argentinos.

El Renault 12 debutó en el mercado argentino hace cincuenta años, pero su historia comenzó a mediados de los sesenta, cuando la marca del rombo se propuso desarrollar un auto barato, no demasiado sofisticado, espacioso, con un buen baúl y con un motor chico. Su presentación mundial fue en el Salón del Automóvil de París de 1969.

Al país llegó en 1971 de la mano de Industrias Kaiser Argentina (la producción comenzó a fines de 1970), que tenía los derechos de producción y comercialización de Renault. Se lanzó al mercado local con un motor naftero 1.3 litros de 82 caballos de potencia y una estética diferenciada por detalles del modelo europeo. Esas diferencias se encontraban en el paragolpes y el deflector de aire ubicado en las ventanas delanteras.

Algunos años más tarde, en 1973, llegó el turno de la variante Break. Esta opción era la conocida comúnmente como rural o familiar, de carrocería alargada para ofrecer un baúl más amplio a fin de conquistar a los usuarios que buscaban espacio para viajar acompañados y con equipaje.

En 1974 tuvo un leve rediseño con nuevas llantas y en 1976, la primera actualización fuerte. Los doce TL y TS hicieron su debut sin los deflectores y con novedades en el paragolpes, los faros traseros, las tomas de aire traseras y el motor. Desde ese entonces salían de la fábrica cordobesa con un motor naftero 1.4 litros de 90 caballos de potencia. El detalle: la versión TS ofrecía como opcional aire acondicionado, un equipamiento inédito para este modelo.

Por su éxito en los concesionarios, la automotriz decidió apostar por una variante desarrollada exclusivamente en la Argentina. Y así surgió el mítico Renault 12 Alpine, un “deportivo” que contó con menos de quinientas unidades producidas. Tenía un motor de 110 caballos de potencia con tecnologías derivadas del Renault 5 Alpine europeo. Se vendió en negro con franjas doradas o grises, azul con franjas grises y roja con detalles en blanco.

El R12 Break tenía un baúl muy generoso. Foto: Renault.

Hacia 1983, la marca del rombo decidió dejar de producirlo en Francia y reemplazarlo por el Renault 9, pero en la Argentina su vida útil se estiró más de una década. Esto fue posible gracias a un rediseño estético y el lanzamiento de una variante premium llamada GTS, que ofrecía llantas exclusivas, aire acondicionado y faros dobles circulares.

Antes de discontinuarse en la Argentina en 1994, el Renault 12 tuvo una variante económica en 1986 (se llamaba L) y pocas reorganizaciones de gama, con una variante GTL que duró poco y una última unificación en versiones TL y L.

El doce quedó en la historia como el auto del que Renault fabricó más de 440 mil unidades en Santa Isabel, Córdoba. Es, nada más y nada menos, el segundo modelo más producido por la automotriz en la Argentina, superado únicamente por el popular Clio.

El R12 taxi, un clásico porteño.
Interior del R12 Break. Foto: Parabrisas.
El R12 Break, un clásico familiar. Foto: Renault.
El 12 TL argentino. Foto: Renault.
Así era el R12 Alpine argentino, del que se fabricaron 493 unidades.
Inolvidables la butacas del R12. Foto: Renault.
El último 12 fabricado en la Argentina. Foto: La Voz.