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Luego que se hiciera público el encuentro en Casa Rosada entre el presidente Alberto Fernández, la modelo Liz Solari , que lleva adelante una campaña en contra del acuerdo porcino con China y Manuel Alfredo Martí, de la Unión Vegana Argentina (UVA), en el agro hubo críticas tras esa reunión. El enojo fue de sectores que buscan ser recibidos y que atraviesan una crisis, como los biocombustibles.

En la visita, Solari le entregó al presidente un petitorio con más de 500.000 firmas que rechazaban el acuerdo con el país asiático. El convenio, que está a la espera de una contestación de China, implica que puedan concretarse inversiones por unos US$3700 millones para poner 300.000 madres en producción en cuatro años. Hoy la Argentina tiene 350.000 madres comerciales y otras 600.000 en producciones de traspatio o no comerciales.

Tras la difusión del encuentro de Fernández con Solari, Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, señaló que el presidente, como un gesto de diálogo, tuvo la deferencia de recibirlos, pero que no quiere decir que esté de acuerdo y dijo, además, que “sigue en pie” el proyecto de las granjas porcinas en la Argentina con el fin de ser proveedor de alimentos a China pero que se debe trabajar con absoluta conciencia de la mirada ambiental y en condiciones ambientales óptimas.

Desde el agro, uno de los sectores que criticó al Gobierno fue la Cámara de Bioetanol de Maiz. Su director ejecutivo, Patrik Adam, dijo que “ver recibir a una persona famosa por el tema acuerdo porcino nos llena de tristeza y nos deja un sabor muy amargo”.

En la red Twitter, bajo el hashtag #prioridades, la Cámara de Bioetanol de Maíz señaló que el presidente “nunca recibió a la industria de los biocombustibles, que da empleo a más de 80.000 personas y que por el congelamiento de precios está al borde del colapso definitivo”.

Estamos viendo un ataque sistemático a nuestro sector, en favor del mundo petrolero, sin ninguna explicación racional. Están atacando la sustentabilidad de la Argentina, al campo, a la agroindustria, a las economías regionales y al empleo federal”, dijo Adam a LA NACION.

Por su parte, el consultor porcino Juan Ucceli señaló que “todo fue muy raro” porque la foto del encuentro era del 25 de noviembre pasado y recién apareció públicamente el 15 de diciembre.

En tanto, la embajada argentina en China señaló en un comunicado que “la Argentina y China encuentran intereses compartidos en el incremento de la producción de cerdos en suelo argentino”.

En este sentido, la representación argentina en ese país, a cargo de Luis María Kreckler, propuso “la instalación de granjas inteligentes, que son granjas seguras, sostenibles y sustentables y no la instalación de mega granjas”.

“Mientras que las mega factorías instaladas en Estados Unidos son unidades productivas de alrededor de 100.000 madres, las granjas inteligentes sólo tienen alrededor de 10.000 madres”, detallaron.

“No llego a entender al Presidente porque dice que está a favor del proyecto, que se van a mantener los cuidados necesarios. Lo que si sé es que cayó mal en China porque se está basando en el proyecto y de los argentinos que están trabajando en eso allá. Por eso la rectificación del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de la embajada argentina en ese país fue automática”, dijo, por su parte, Uccelli.

Ucelli aclaró que no se está a favor de las mega granjas de números exorbitantes, “sino de un proyecto de granjas inteligentes y seguras desde el punto de vista sanitario, sostenible económicamente y sustentable ambiental y social”.

“Sirven para trasformar el maíz y la soja que ya estamos produciendo, que en vez de exportarlos lo dejamos acá, generando divisas para el país. Sería una lástima perder la oportunidad”, indicó.

“La producción de cerdos en la Argentina tiene mucho potencial para desarrollarse de manera segura y sustentable. Por otra parte, nuestro país cumple con los más altos estándares sanitarios del mundo. Actualmente se encuentra libre de Peste Porcina Clásica (PPC), Peste Porcina Africana (PPA) y Síndrome Respiratorio, ReproductIvo Porcino (PRRS)”, precisaron desde la embajada argentina en China.

En este contexto, sostuvieron que “la cooperación estratégica en este sector representaría un cambio en la matriz exportadora argentina a la vez que implicaría un avance en la soberanía alimentaria perseguida por China”.

Por último, en la representación diplomática dijeron que el desarrollo de este proyecto reducirá el déficit en la balanza comercial porque “incrementa el valor agregado de nuestras exportaciones y no requiere importaciones debido a que el componente nacional de los insumos necesarios alcanza el 90% y dado el corto ciclo reproductivo de los cerdos (seis meses), el proyecto acortará los plazos de ingreso de divisas a nuestro país”.

 

 

Fuente: La nacion