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Se trata de un producto nuevo que se aplica a diferentes superficies y evita que el COVID 19 se impregne. Te contamos cómo es y cómo funciona

Un nuevo protector de superficies contra coronavirus, bacterias y superbacterias llegó al mercado para utilizar en esta época de coronavirus.

Se trata de un nanorevestimiento de fácil aplicación que actúa por principio físico (no químico) y protege a las superficies de todo tipo de bacterias, hongos y virus por el término de un año.

Presentado por la empresa argentina Dornoch, este producto permite sanitizar desde superficies rígidas hasta telas y es aplicable en industria, salud, transporte, hogar y otros múltiples usos.

Con una única aplicación, el nanorevestimiento –denominado Liquid Guard– creado en Alemania y aprobado bajo estándares tanto europeos como locales, mantiene a las superficies sanitizadas por un año liberándolas incluso de los agentes más peligrosos, como superbacterias intrahospitalarias KPC y Staphilococus aureus, Escherichia coli –todas ellas con más de un 99% de eficacia– y coronavirus.

Liquid Guard se aplica con paño directamente sobre la superficie a tratar, a la que cubre de una película fina e invisible capaz de inactivar a los microbios sin alterar la textura ni ofrecer toxicidad para la salud humana.

Liquid Guard se aplica con un paño.

Liquid Guard se aplica con un paño.

 

Por su poder sanitizante y por la sencillez de su uso, en el mundo ya se está empleando en hospitales y sanatorios, canales de televisión, líneas de transporte público, centros de estética y todo tipo de lugares de trabajo.

Uno de sus aspectos más innovadores –que le permite, justamente, esa eficacia, versatilidad y duración– es que no actúa como los desinfectantes convencionales, ya que no funciona por acción química, sino física: es un revestimiento con base de dióxido de silicio diseñado con la más avanzada nanotecnología.

La nanotecnología

 

En medicina “la nanotecnología va ganando cada vez un terreno mayor, que va desde la posibilidad de generar nuevos medicamentos que se liberen donde necesitan, nano-robots que permiten tomar imágenes del interior de los vasos sanguíneos para hacer diagnósticos precoces, o nuevos materiales capaces de impregnar a otros materiales, permitiendo que catéteres o prótesis se mantengan desinfectados, o incluso evitar que los materiales e instrumental de laboratorio y de las salas de terapia intensiva sean colonizados por organismos multirresistentes”, explicó el doctor Omar Sued, médico infectólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

Las nanotecnologías son la gran revolución actual en la ciencia de materiales. Se basan en las posibilidades técnicas que surgen cuando a ciertos materiales que son incluso de uso común –como el dióxido de silicio, que totalmente inerte– se les da texturas nanométricas, es decir, del orden de la millonésima de milímetro (10 -9 m o 0,000001mm).

A esas dimensiones –mil veces menores incluso que las de los granos de polvo micronizados–, la materia adquiere propiedades que no son observables desde los sentidos, que sólo pueden percibir fenómenos de dimensión mucho mayor.

Un nuevo producto ayuda a proteger contra el coronavirus.

Un nuevo producto ayuda a proteger contra el coronavirus.

 

“La actual pandemia por coronavirus ha generado un antes y un después en la vida cotidiana, y uno de los aspectos más importantes de ese cambio es la exigencia de mayor bioseguridad”, sostuvo por su parte Andrés Morano, titular de la compañía argentina Dornoch.

La película que forma Liquid Guard sobre las superficies consiste en un “escudo” de partículas nanométricas que por su forma y su tamaño destruyen a los organismos microscópicos (bacterias y hongos) y submicroscópicos (virus), mientras que no son percibidas por la piel. Su acción no es bioquímica, lo que lo diferencia radicalmente de cualquier desinfectante, además de posibilitar su eficacia durante un año tras una única aplicación, un logro que hasta el momento no permitía ningún método desinfectante.

Aplicada sobre telas, la misma película tiene un efecto repelente de líquidos, y no permite el ingreso de humedad. Esto permite que, con la misma tecnología, se hayan elaborado algunos de los tapabocas más seguros que existen. Liquid Guard permite proteger, además, todos los dispositivos electrónicos (celulares, TV, teclados, pantallas, etc.).

Estándares internacionales

Al testear en Europa esta capacidad física de inactivar por contacto diferentes virus, el laboratorio alemán de virología Eurovir certificó que el producto presenta una eficacia del 90% al cabo de una hora de su aplicación, y luego un coeficiente de reducción logarítmico de 2,7, lo que representa una eficacia del 99,8% al cabo de 8 horas. En cuanto a su acción contra hongos patógenos, el laboratorio alemán de biomateriales Quality Labs probó Liquid Guard contra Aspergillus niger DSM 1988, demostrando que logra reducirlos en más del 78%.

En Argentina

El producto también fue testeado bajo los más exigentes estándares en la Argentina. En julio, un informe del departamento de Higiene y Seguridad Alimentaria y Ambiental del Centro de Infectología Stamboulian realizó pruebas sobre diferentes materiales y tipos de bacterias, bajo norma JIS Z 2801:2010.

Así, certificó que Liquid Guard demostró una eficacia antibacteriana del 90% al cabo de 4 horas de aplicación sobre superficies de vidrio, y del 99,2% al cabo de 8 horas contra la peligrosa y resistente bacteria Klebsiella pneumoniae (KPC), y del 99,6% contra Acinetobacter baumanii multirresistente, ambas causantes de graves problemas en los servicios de terapia intensiva de hospitales y centros de salud por su poder patógeno y la dificultad para tratarlas.

El funcionamiento de este revestimiento de tecnología alemana, es mediante la conformación de un colchón de filosas puntas de dióxido de silicio sobre las superficies que recubre. Esto hace que cuando los microorganismos (virus, bacterias, esporas y hongos) tocan el revestimiento, estos sean desactivados y eliminados mediante una reacción física, no química.

El producto es de fácil aplicación y protege a las superficies por un año de todo tipo de bacterias, hongos y virus. Permite sanitizar desde superficies rígidas hasta telas y es aplicable en industria, salud, transporte, hogar y otros múltiples usos.

En Argentina, el material cuenta con declaraciones de los máximos especialistas en infectología y los testeos del Instituto de Virología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del departamento de Higiene y Seguridad Alimentaria y Ambiental del Centro de Infectología Stamboulian .

Hoy su máximo responsable está en tratativas con terminales de autos y fabricantes de productos de baño y cocina para que los mismos salgan con el tratamiento y la posibilidad de extender y superar el año de vida que otorga el producto.

Por otro lado, empresas de diferentes rubros ya lo está empleando en sus espacios para garantizar la sanitización de los ambientes.

 

 

Fuente: Iprofesional