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Fue durante la final del proyecto que impulsa Fundación YPF, donde el objetivo está centrado en motivar a los jóvenes a trabajar con energías renovables

Mucho ruido, emoción, y ciento de familias acompañando a los 800 estudiantes que se sumaron al Desafío Eco YPF, sellaron la mañana del domingo 1 de diciembre como un punto de inflexión para pensar en los intereses de las nuevas generacione.

Motivados por un proyecto que consiste en fabricar un auto eléctrico y llevarlo a la pista los estudiantes de diferentes colegios de todo el país, convocados por YPF, demostraron que más allá de ser parte de la nueva era tecnológica, absorbidos por Internet, a la hora de poner “manos a la obra” están dispuestos a hacerlo, siempre que el fin lo justifique.

La buena noticia llegó cuando la fundación de la compañía de energía otorgó diferentes becas a los colegios técnicos que tenían interés de formar parte del desafío, para lo cual hay que pagar un kit que les permite fabricar el auto. Sin embargo, muchas escuelas no podían hacerlo, pero le sobraban las ganas.

Así sucedió con la Técnica 17 de Saavedra, que queda en Avellaneda, un colegio donde jóvenes de diferentes divisiones, a partir de tercer año, se unieron para hacer realidad la beca que les otorgó YPF para ser parte de la competencia.

Otras promociones de la misma institución habían participado del desafío en ediciones anteriores, incluso uno de los profesores que acompañó al grupo fue fabricante y piloto hace algunos años, pero ahora necesitaban el apoyo económico.

La decisión de que fueran ellos los beneficiados dejó a todos los chicos boquiabiertos. Querían participar, aunque el tiempo no les sobraba. En dos meses, 10 alumnos acompañados por los profesores que vieron su entusiasmo, armaron el auto y lo llevaron al autódromo.

Pasaron día y noche trabajando. Lo diseñaron, lo corrigieron, descubrieron fallas y aprendieron. La constancia fue la clave en este grupo de jóvenes de entre 16 y 19 años que no dudaron en alcanzar los objetivos.

“Hace 22 años que trabajo en la escuela, y ver a los chicos aplicar todos los conocimientos que aprenden en diferentes materias para tener su auto, compartiendo un espacio diferente, es muy emocionante. Esa es una de las grandes ganancias de ser parte del desafío. Me gusta acompañar a los jóvenes con entusiasmo”, explicó uno de los profesores.

“Es importante porque también es un proyecto con un gran aporte al medioambiente. Trabajo con escuelas verdes, alcanzamos la certificación Lazo 4, separamos residuos, hacemos huertas y todo es clave para la ecología”, agregó.

Además, en esta edición, una de las tantas de YPF, una de las novedades fue el debut de una categoría femenina en la pista, donde cada equipo debía tener una mujer que participara del armado y que luego saliera a pilotear el auto. Sol, la elegida del colegio que de Avellaneda que llevaba en su pechera el número 90, fue quien nos contó de su emoción y alegría de ser parte del encuentro. Además, fue clave en el armado del auto, tal como explicó uno de los profesores, experta en el trabajo con torno.

“Me encantan los autos, por eso lo vi como una oportunidad, además abarca muchas cosas de las materias de eléctrica, electrónica y mecánica. Están todas las especialidades juntas y fuimos aprendiendo. Lo armamos en base a todos los conocimientos que teníamos, viendo los otros autos que ya hay en la escuela y con mucha prueba y error.”, dijo Sol.

Damián, otro joven parte del equipo, también dijo que es una iniciativa buena para aprender, pero también para el planeta, por su parte sustentable al ser motores eléctricos. También aseguró que lo mejor que podría pasar es que se expandan y multipliquen este tipo de iniciativas.

“Trabajamos día y noche para estar acá. Venimos con toda la fe y responsabilidad que nos llevó a fabricar este auto. Hoy queremos divertirnos y ganar. Recibimos la noticia de forma muy gratificante y hoy estamos compitiendo”, dijo Daniel, jefe de equipo.

Así, la convocatoria llegó a la final llena de éxitos y buenos resultados. Trabajo en equipo, motivación, aprendizaje y compañerismo son parte del legado del desafío ECO YPF, donde la compañía de energía promueve las nuevas tecnologías de forma sustentable y apoya a las generaciones del futuro.

Fuente: iprofesional