Construirán el gasoducto más grande de la historia del país, plantas de procesamiento y dos unidades flotantes de LNG. Salen a buscar 20 mil millones de dólares al mercado.

YPF y ENI sellaron el histórico acuerdo de ingeniería final (Technical FID) para el proyecto LNG Argentina, el plan para que el país, a partir de las reservas de Vaca Muerta, se convierta en un proveedor de gas en el mercado global del gas.
Se trata de un nuevo hito, que de avanzar en la definición final de inversión, podría cambiar en buena medida la economía de Argentina.
La firma del acuerdo, que encabezaron Horacio Marín, el presidente de la empresa argentina, y su par italiano Claudio Descalzi, tuvo lugar en el auditorio de la empresa en su sede de Puerto Madero, Buenos Aires.
Tras la rúbrica, ambas empresas se convierten en socias con un 50% cada una, en la inversión “punta a punta” del proyecto. Esto es: desde el upstream necesario que se desarrollará en tres bloques no convencionales de la provincia de Neuquén hasta la construcción de las unidades de licuefacción donde se procesará el gas en la costa del Golfo San Matías, en la provincia de Río Negro. Se espera una producción de 12 millones de toneladas de GNL por año.
Durante la rueda de prensa, de la que participó Mejor Energía, los directivos dieron precisiones del proyecto. “Vamos a trabajar con tanta fuerza como hasta ahora para avanzar y tener el FID (la decisión final de inversión) en el primer semestre del 2026”, dijo Marín. Del acto participaron el gobernador Rolando Figueroa, el ministro Jefe de Gabinete, Guillermo Francos y la directora de YPF por Río Negro, Andra Confini.

Las dos empresas ahora saldrán al mercado para poder financiar el proyecto, que implica 20 mil millones de dólares. Es la suma que necesita para la construcción de dos unidades flotantes de licuefacción y el caño más grande de transporte de gas que jamás se haya construido en Argentina. También, para las plantas de separación y procesamiento del gas, una clave de la ecuación de negocios.
El tendido se hará para que el fluido cruce buena parte de la Patagonia Norte, entre los bloques de Vaca Muerta y la antesala de los barcos, en el ejido de Sierra Grande, en la provincia de Río Negro. Tendrá un diámetro de 48 pulgadas y unos 500 kilómetros de extensión, confirmó Marín, que abrió la presentación emocionado por el tenor de un anuncio.
El acuerdo es inédito en términos económicos e industriales para la historia del país, que a través de YPF encuentra en ENI un actor global de fuste con experiencia en la producción de GNL, una variante que reduce unas 600 veces una molécula de gas y que de este modo permite el transporte en buques metaneros para luego ser reinyectado. El proceso previo, es decir, el tratamiento del gas, es el que se hará en las unidades industriales flotantes.
Al final del proyecto, significa la friolera de unos 300.000 millones de dólares en exportaciones para el país en 20 años.
Durante la rueda de prensa, Descalzi destacó las virtudes de la formación no convencional de Neuquén, que adquiere una relevancia competitiva adicional en función del plan que incluye plantas separadoras y de procesamiento de líquidos, condensados y la chance del petróleo asociado. Esto abre otras opciones de comercialización que inciden en el precio de salida del gas al mundo, resaltó el directivo de la empresa italiana.
“Tenemos que hacer 800 pozos para el upstream asociado al proyecto”, dijo Marín, al mencionar el tenor del desafío en los bloques no convencionales de donde provendrá el gas.
Los dos barcos y el financiamiento
Las dos unidades flotantes, la opción de procesamiento por la que las empresas se decantaron en virtud de la flexibilidad que les permitirá bajar costos y ser más competitivas. Para los pozos productores de gas, se requiere unos 15 mil millones adicionales. Para tener una noción de lo que significa: en el 2025, el mejor año histórico de Vaca Muerta en términos de producción, se terminarán de invertir unos 10.000 millones, de acuerdo a los datos oficiales, tomando todas las empresas y las dos variantes: petróleo y gas.
La idea es salir a la banca privada. Marín respondió preguntas sobre la coyuntura económica argentina y qué tanto eso podría implicar un mayor costo en la búsqueda de fondos. “Cuando hablamos de proyectos de estas características, a 20 años, la mirada sobre la coyuntura no es la adecuada. Hay una demanda de gas sólida y el recurso y el plan son extraordinarios”, planteó el presidente de YPF, que ponderó junto a su par italiano la productividad de la roca y una mirada en conjunto de todo el negocio como factores que permitirán el repago de la toma de crédito, en un contexto en el que los principales actores del mundo del GNL ya saben que se necesitarán nuevos jugadores para el abastecimiento ante una demanda creciente hacia el 2050.
“Podemos tener precios bajos del gas. Y petróleo constante”, sumó Descalzi, al ponderar los atributos de todo el plan, que incluye el crudo asociado, como los derivados del gas húmedo de las ventanas donde se harán las perforaciones no convencionales en la formación geológica neuquina.
De hecho, la escala del proyecto es tan grande que ya se piensa en un segundo VMOS, es decir, otro oleoducto exportador para el petróleo. Se trata de producción que saldrá desde los pozos de gas, como parte del fluido que se obtiene.
No hubo confirmaciones sobre los constructores de las unidades flotantes. Si bien hay negociaciones avanzadas con la china Wison, queda por ver también cómo será la integración de al menos un actor global adicional. Shell podría ser parte de todo el proyecto, y se sumaría con una unidad de licuefacción adicional. En tanto que ExxonMobil, de acuerdo a lo que se sabe, será offtaker, uno de los compradores del GNL.
Fuente: Mejor Energía