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Con bajada de caños y cruces especiales en marcha, el oleoducto Vaca Muerta Sur avanza en Río Negro y entra en una fase clave del trazado hacia la costa atlántica.

 

 

El megaproyecto del oleoducto Vaca Muerta Sur entra en una fase clave en suelo rionegrino: la bajada de caños ya soldados y el inicio de los cruces especiales que permitirán completar el trazado sin afectar rutas, vías férreas ni canales de riego. La obra, que se proyecta como uno de los ejes estratégicos del desarrollo energético argentino, consolida paso a paso su estructura con movimientos sincronizados y tecnología de punta.

La Secretaría de Hidrocarburos de Río Negro supervisó esta semana los frentes de obra donde cinco máquinas tiendetubo trabajan de forma coordinada para depositar los tramos ya soldados en el fondo de la zanja. “El trabajo de bajada es una de las etapas más delicadas de la construcción. Las máquinas avanzan de forma sincronizada y apoyan el ducto con rodillos que lo rodean, cuidando que no se dañe”, explicó Amelia Lapuente, responsable del área de Instalaciones del organismo provincial.

De forma paralela, comenzaron las tareas para realizar los cruces dirigidos de rutas, vías ferroviarias y canales de riego, una etapa crítica para que la obra pueda avanzar sin interrumpir otras infraestructuras. “En estos cruces se utiliza tecnología de tuneleras con mechas sin fin, que permiten socavar la tierra por debajo de los obstáculos sin alterar su funcionamiento”, agregó Lapuente.

La instalación de los caños soldados marca un punto de continuidad con un hito previo.

El avance actual confirma el ritmo sostenido de la obra y la entrada plena en el territorio rionegrino, que será clave en la etapa final del trazado.

El oleoducto conectará Añelo, epicentro del shale neuquino, con Punta Colorada, en la costa atlántica de Río Negro. Allí se proyecta una terminal de exportación de crudo que posicionará a la provincia como una pieza estratégica del sistema hidrocarburífero nacional.

La infraestructura apunta a ampliar significativamente la capacidad de evacuación de crudo desde Vaca Muerta y facilitar su salida hacia mercados internacionales. Los cruces especiales, ahora en preparación, representan el siguiente desafío técnico en una obra que redefine el mapa energético del país.