El modelo solar se consolida en 15 provincias, con participación récord del sector comercial e industrial y fuerte inversión tecnológica.
La transición energética avanza en Argentina, y la generación distribuida se posiciona como uno de los ejes más dinámicos de este proceso. Córdoba se destaca como el actor más activo del país, tanto por su número de usuarios-generadores como por la potencia instalada, y marca el rumbo para el resto de las provincias que comienzan a acelerar su participación.
Un cambio de aire
La estabilización macroeconómica y la regularización del comercio exterior también jugaron un rol central. Durante años, la importación de insumos como paneles, inversores o estructuras enfrentó demoras o sobrecostos.
Hoy, con el mercado más abierto, los costos bajaron y la amortización de las inversiones se acortó. Andrés Oberti, presidente de la empresa Ecovatio, remarca que si antes una instalación se amortizaba en seis años, ahora el plazo se redujo a menos de tres. Eso convierte a la generación distribuida en una inversión atractiva incluso para pymes y pequeños productores.
Pablo Gabutti, secretario de Transición Energética de Córdoba, coincide en que la mejora del contexto económico y la conciencia ambiental han sido claves para este despegue. Destaca además que sectores como el agro, el comercio y la industria muestran un interés sostenido en sumar generación renovable, tanto por razones económicas como por responsabilidad ambiental.
El atractivo de la energía solar
El impulso del sector también empieza a atraer inversiones internacionales. La empresa china Sungrow, uno de los principales fabricantes de inversores fotovoltaicos del mundo con más de 605 GW instalados en 170 países, desembarcó en Córdoba de la mano de Iris Energía.
Danisa Butko, vocera de Sungrow Latam, subraya que Argentina tiene un potencial enorme en este segmento: actualmente cuenta con solo 70 MW instalados en generación distribuida, mientras que Brasil ya superó los 39.000 MW.
El crecimiento de este modelo energético también impacta positivamente en la generación de empleo calificado, el desarrollo de proveedores locales, la educación técnica y la descentralización productiva. El Estado acompaña este proceso a través de plataformas públicas, instructivos, legislación accesible y herramientas como el Calculador Solar, que permite estimar el ahorro anual que podría obtener un usuario si instala paneles solares.
Con 338 cooperativas y distribuidoras inscriptas en el sistema nacional, la generación distribuida ya no es una promesa: es una realidad en expansión. Córdoba demostró que, con decisión y coordinación, es posible escalar un modelo sustentable, descentralizado y con beneficios económicos reales. El resto del país comienza a seguir ese camino, en una transformación energética que, aunque recién empieza, no parece tener vuelta atrás.
Fuente: Más Energía