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La provincia armó una mesa para analizar el desarrollo de combustible limpio. Recibirá colaboración de expertos alemanes. El objetivo es abastecer el mercado local, pero también se piensa en exportar.

Río Negro comenzó a desarrollar estudios para conocer su potencial en materia de generación de hidrógeno verde, un combustible limpio que permite generar energía renovable y tiene alta demanda internacional, motorizada principalmente por Europa, Asia y Australia. La iniciativa fue convocada de manera virtual por la gobernadora Arabela Carreras y tiene como objetivo promover el desarrollo provincial y nacional de una tecnología probada en el mundo, y avanzar en la producción de este tipo de combustible renovable. La energía del futuro, la denominan.

De las primeras reuniones participaron el rector de la Universidad Nacional de Río Negro, Juan Carlos Del Bello y su jefe de Gabinete de Asesores, Roberto Kozulj, que también es investigador, profesor y consultor en proyectos energéticos. Además, estuvieron expertos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), INVAP e investigadores del Conicet. El proyecto se denominó GH2RN.

Carreras recordó que cuando se empezó a trabajar este tema todavía no estaba desarrollada la tecnología que se requería para un uso masivo. “Hoy ya se alcanzó esta tecnología, estamos en un momento bisagra. Nos parece fundamental empezar a reunirnos por este tema, para plantear políticas de Estado y buscar coincidencias”, dijo la mandataria.

El rector Del Bello dijo que la participación de la UNRN será para “complementar” la capacidad científico tecnológico que tiene la provincia en grupos y equipos de investigación que están fundamentalmente localizados en San Carlos de Bariloche, donde está el Centro Atómico. “La Universidad aportará sus conocimientos y estudios sobre ambiente y economía de la energía, al mismo tiempo que colaborará en la formulación de proyectos”, señaló.

El hidrógeno es un producto de alto valor agregado y de alta demanda a nivel global. Pero la intención es abastecer el mercado interno primero, y luego satisfacer la demanda internacional a largo plazo.

Kozulj explicó a Ámbito que el hidrógeno verde se extrae de fuentes renovables de energía. “Por el potencial que tienen los parque eólicos, con un rendimiento bastante alto, la idea es combinarlos con la extracción de hidrógeno de grandes cantidades de agua. Es un proyecto de largo plazo”, señaló.

En el horizonte asoman los objetivos para el cambio climático de la ONU para el 2030, cuando se estima que las tecnologías en hidrógeno estarán activas y a costos aceptables. La diferencia de esos costos se materializa en la diferencia del hidrógeno verde y el azul. El segundo se extrae de energía eléctrica generada con gas natural y es más oneroso.

En Río Negro se trabajará con el instituto alemán Fraunhofer IEE, experto en hidrógeno, pero también puede haber colaboración de Japón. “El hidrógeno es una fuente de energía secundaria: se extrae el agua, luego se puede dar como uso de automóvil y otros usos, con las celdas energéticas. Es una transformación. Y seguramente habrá capitales privados estudiando y explorando tecnologías para disminuir la huella de carbono o lograr las emisiones cero”, detalló Kozulj.

Si bien en Río Negro piensan en producir energía para la región, también ya se evalúa la exportación. “Los mercados internacionales son incipientes. Existen experimentos, incluso líneas aéreas privadas pequeñas lo están probando en aviones de porte menor, más allá de con qué fuente eléctrica lo producen. El tema siempre son los costos”, señaló Kozulj.

Toyota es la automotriz pionera en aplicarlo en sus vehículos eléctricos, un mercado donde puede calar hondo el hidrógeno verde. El año pasado en Argentina se patentaron 2.383 autos eléctricos y 1 de cada 3 fueron Corolla. Se estima que para 2030 la tecnología y la infraestructura ya estarán desarrolladas y difundidas. En Noruega ya se pueden comprar coches eléctricos de hidrógeno como el Hyundai Nexo o el Toyota Mirai, por unos u$s68.000, un precio excesivo hoy para el mercado automotor en general. Sin embargo, con la segunda generación del Mirai, Toyota logró reducir costos y se vende a poco más de u$s61.000. Dentro de poco, los japoneses presentarán la tercera generación.

“Hoy los proyectos están demorados por los costos, pero se supone que del 2030 al 2050 los países van a ir cada vez más a los combustibles no fósiles, y no todo se puede resolver con energía eólica y solar, y el hidrógeno entrará en la era de las energías sustitutas”, concluyó.

 

 

Fuente: Ambito