La malaya que acompañó a la petrolera estatal en la fallida planta de GNL y otras firmas desinvirtieron en Argentina para apostar al offshore del Atlántico.

El salto productivo de Guyana -de cero barriles en 2021 a más de 900.000 en la actualidad, con 1,3 millones previstos para 2027- se explica no sólo por la geología, sino también por un Estado con instituciones débiles y reglas muy flexibles.
Ese combo le abrió la puerta a gigantes como ExxonMobil, que fue la primera en apostar fuerte y actualmente concentra buena parte del poder en la cuenca.
La preferencia por Guyana
La compañía estatal de Malasia firmó su primer contrato en Guyana para operar el Bloque S4, un área offshore en asociación con TotalEnergies y QatarEnergy.

La salida de Vaca Muerta que impactó en YPF
El ingreso de Petronas a Guyana llega pocos meses después de que la compañía finalizara su vínculo con YPF. Un vínculo que había comenzado en 2014 con el desarrollo conjunto de La Amarga Chica, uno de los bloques más productivos en la ventana del petróleo no convencional con Vaca Muerta, y en paralelo el desarrollo del megaproyecto de una planta de GNL.
La iniciativa del GNL, originalmente diseñada para Bahía Blanca y luego trasladada a Punta Colorada, contemplaba una inversión de alrededor de u$s 30.000 millones y la instalación de una planta de licuefacción.
Tras el retiro de Petronas, YPF reconfiguró el plan y avanzó con un esquema alternativo junto a ENI y la petrolera estatal de Abu Dhabi, basado en infraestructura flotante similar a la que desplegarán Southern Energy, Pan American Energy y Golar.

La decisión de abandonar la sociedad con YPF tuvo dos variables. Uno fue la inestabilidad macroeconómica local, con un régimen cambiario en transición durante los primeros meses de Javier Milei, que complicaba la previsibilidad operativa. El otro, la reorientación del portafolio global, que prioriza activos offshore de alta productividad y ambientes regulatorios más previsibles, como los que ofrece Guyana.
A esto se suman consideraciones geopolíticas. En Kuala Lumpur no pasó inadvertida la renuncia argentina a incorporarse a los BRICS ni el giro diplomático hacia Israel, decisiones que, según analistas del sector, generaron ruido en varias empresas estatales asiáticas.
El reacomodamiento en Vaca Muerta
Tras el retiro de Petronas, Vista Energy compró su participación en La Amarga Chica. La compañía fundada por Miguel Galuccio tomó control de los activos y reforzó su plan de exportaciones a través del Oleoducto Trasandino (OTASA), que conecta Neuquén con la refinería de Enap en Chile.
Gracias a este movimiento en el tablero de Vaca Muerta, Vista se convirtió en la segunda productora de shale oil y subió en el podio nacional con una producción de cerca de 120 mil barriles por día que surgen principalmente de su primer yacimiento Bajada del Palo Oeste y que se apalancó con La Amarga Chica.
En Guyana pujan otros jugadores que también están en Vaca Muerta. El primero que logró exploraciones exitosas fue ExxonMobil -que vendió todo a Pluspetrol en Argentina hace un año- en el bloque Stabroek.
Recientemente, Chevron tuvo un arbitraje internacional a favor para comprar Hess Corporation y así entrar a los yacimientos en el mar guyanés.
La apuesta de Petronas en Guyana, concretada poco después de cerrar su sociedad con YPF, muestra cómo las grandes petroleras reacomodan sus portfolios en función de oportunidades globales.
Para Argentina, el movimiento vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de fortalecer las condiciones para sostener inversiones de largo plazo.
Fuente: Letra P