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Con su primera operación de fractura abastecida 100% con GNC propio, la petrolera busca recortar costos, ganar eficiencia y abrir un nuevo negocio dentro del negocio. La apuesta se concretó en La Amarga Chica.

YPF volvió a patear el tablero. Esta vez no con más pozos, sino con un cambio en el combustible que los hace posibles. Por primera vez, la compañía nacional realizó una operación de fractura hidráulica abastecida íntegramente con GNC producido, transportado y despachado por ella misma, marcando un hito histórico en la transformación energética de Vaca Muerta.

La prueba piloto, ya en ejecución real, se concretó en el bloque La Amarga Chica, donde un set de fractura bifuel funcionó combinando diésel y gas natural comprimido (GNC).

Todo el gas utilizado provino de las propias operaciones de YPF, procesado y cargado en una flamante estación a granel en Añelo, diseñada para garantizar abastecimiento continuo y seguro.

  • El objetivo es tan claro como ambicioso: reducir el costo por pozo, optimizar el consumo de energía y abrir la puerta a un nuevo modelo de negocios dentro del ecosistema energético argentino.

YPF busca aplicar el Toyota Production System (TPS), el método productivo de mejora continua.

Con esta jugada YPF reduce costos operativos y posiciona a la Argentina como pionera en integración energética en shale

Un nuevo negocio dentro del negocio

Desde YPF ya lo anticipan: este no será un desarrollo exclusivo para uso interno. Bajo la marca YPF Directo GNC, la empresa se prepara para abastecer con este combustible a otras operadoras, industrias fuera del sistema de gasoductos y camiones de transporte pesado.

El presidente y CEO de la compañía, Horacio Marín, celebró el avance en eficiencia: “Sólo en agosto, YPF completó 401 etapas de fractura con un único set, gracias a fracturas simultáneas, cero días perdidos y monitoreo en tiempo real desde nuestro Real Time Intelligence Center”.

En ese mes, Vaca Muerta alcanzó 2.163 etapas de fractura, y YPF lideró la actividad con el 51% del total, consolidando su posición en lo más alto de la industria no convencional.

La fractura hidráulica es una etapa crucial en la explotación de hidrocarburos no convencionales. Se trata del proceso por el cual se libera el gas o el petróleo atrapado en la roca madre a través de la inyección de agua, arena y aditivos a alta presión. Esa operación requiere un volumen enorme de energía, que históricamente se cubre con diésel.

 

Con este paso, YPF reemplaza parcialmente ese combustible fósil por su propio gas, en forma comprimida.

Con esta jugada, la empresa petrolera no sólo reduce costos operativos y dependencia de combustibles externos, sino que posiciona a la Argentina como pionera en integración energética en shale, un movimiento observado con atención por toda la región.

Lo que pasó en La Amarga Chica no fue solo una prueba técnica. Fue una demostración de fuerza y visión estratégica. En un contexto donde la competitividad del sector se define tanto por la eficiencia como por la innovación, YPF dejó un mensaje claro: la energía del futuro también puede venir del mismo pozo.

 

 

 

 

Fuente: El economista