Automotrices como Toyota, General Motors, Volkswagen y Stellantis le pidieron al gobierno de Lula Da Silva que frene el avance de marcas chinas.
Desde hace varios meses, se está viendo el imparable avance que están teniendo las automotrices chinas en todo el mundo, basado fundamentalmente en la calidad, seguridad y tecnología que están introduciendo en sus nuevos productos, los cuales sorprenden por su competitivo precio en el mercado.
Esto, naturalmente, ha dejado en evidencia la falta de reflejos por parte de muchos fabricantes (sobre todo los más tradicionales), que en países como Brasil ya empiezan a encender las alarmas y elevar reclamos al gobierno.
Esta semana la automotriz china BYD estuvo en el ojo de la tormenta, siendo apuntada por terminales representados por la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea), que a fines de junio publicaron una carta enviada al presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la que afirman que sus inversiones y empleos están en riesgo si el gobierno acepta la solicitud de BYD de reducir temporalmente el arancel de importación para autos eléctricos o híbridos con kits “CKD y SKD”, es decir, vehículos completamente desmontados y semidesmontados que luego se ensamblan en el país vecino.
La automotriz china ya produce algunos modelos híbridos en Brasil
“La importación de conjuntos de piezas no será una etapa de transición hacia un nuevo modelo de industrialización, sino que se transformará en un patrón operativo que reducirá el proceso productivo nacional”, señala un fragmento de la carta publicada por el presidente de Volkswagen, Ciro Possobom.
Dentro de ese mismo texto desde Anfavea indican que la industria brasileña planea invertir 180 mil millones de reales durante los próximos años y que este ciclo de fortalecimiento industrial se verá amenazado si se fomenta la importación de vehículos “desmantelados”, generando una pérdida de hasta 50.000 empleos formales.
La respuesta de BYD y sus números en el mercado brasileño
Como no podía ser de otra manera, la automotriz china no tardó en replicar y lo hizo con un contundente mensaje destinado principalmente a marcas como Toyota, General Motors, Volkswagen y Stellantis, las principales embanderadas detrás del comunicado de Anfavea.
BYD pronto llegará a la Argentina con una gama inicial de tres modelos
“Es un chantaje emocional con barniz corporativo, repetido durante décadas para proteger un modelo de negocio que ha dejado al consumidor brasileño rezagado. Mientras se envían cartas a Brasilia, los consumidores ya han tomado su decisión”, provocó la empresa china.
Cabe destacar que BYD –que pronto debutará en la Argentina como filial (sin intermediarios)– en 2023 compró la antigua planta de Ford en Camaçari (Bahía) donde ya fabrica algunos de sus modelos.
Y tal es el avance de esta automotriz en el país vecino, que en 2025 domina el mercado de vehículos importados electrificados (contando híbridos y eléctricos) con el 73% de las ventas.
“La reacción de Anfavea y sus socios, lamentablemente, no es nueva. Es el mismo guion de siempre: ante cualquier indicio de apertura del mercado o innovación, surgen amenazas de despidos masivos, cierres de fábricas y el fin del mundo tal como lo conocemos. Una empresa china llega, baja precios y coloca coches eléctricos en garajes de la clase media, y los dinosaurios se asustan”, agregaron desde BYD, redoblando la apuesta.
Fuente: iProfesional