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La jueza Stella Maris Vulcano, del fuero del trabajo, dictó una medida cautelar en favor de un despedido de la destilería de Dock Sud. En su resolución, reconoce como derecho a proteger no sólo la actividad gremial, sino también las acciones en cuidado del ambiente. La compañía petrolera aún no cumplió con la reincorporación. La ley Bases entrará en juego.

La justicia ordenó a la empresa Shell-Raizen que reincorpore a su lugar de trabajo a un operario al que había despedido en enero pasado, tras considerar que se trató de un despido discriminatorio. Se trata de Gustavo Michel, trabajador de la refinería de Dock Sud, donde es brigadista –equivalente a un bombero, que actúa en casos de accidentes dentro de la planta– y activista sindical. Lo destacable del fallo es que la jueza Stella Maris Vulcano le dio relevancia no sólo a su actividad estrictamente gremial sino también a la relacionada con la defensa del ambiente. “Esto sienta un precedente crucial, al reconocer que la actividad sindical y la defensa de condiciones laborales seguras pueden estar intrínsecamente ligadas a la protección ambiental”, señaló la abogada del despedido.

Michel tiene 45 años y desde hace 16 trabaja en la refinería de Dock Sud. Entró en el 2008, y a lo largo del tiempo pasó por distintas áreas de la refinería. En su último puesto, “como operario craqueo catalítico me encargaba del control de calidad, verificaba los trabajos de mantenimiento. Desde el comienzo además fui brigadista, que es el que se ocupa de rescatar personas cuando hay accidentes”.

En ese doble rol, Michel venía haciendo reclamos a la empresa y advirtiendo públicamente sobre situaciones vinculadas al ambiente. “Por ejemplo denunciando la contaminación del río, donde vemos asfalto e hidrocarburos producto de la desidia de la empresa”.

En el 2023 ya lo habían suspendido tres días por pedir mejores condiciones. “Se incendió un tanque, un compañero se salvó por poco; participé en una asamblea y me suspendieron con el argumento de que dejé mi puesto de trabajo, aunque yo había avisado que iba a la asamblea. Se dan esas situaciones: no es que queramos joder a la empresa, sino que lo que buscamos es mejorar las condiciones de seguridad en plantas que tienen sus años, pero resulta que si decís algo sos un loquito”.

Michel también es integrante de la lista Naranja, opositora a la conducción del sindicato. En 2014 había sido despedido por el ex CEO de la Shell (y luego ministro de Energía de Mauricio Macri) Juan José Aranguren, pero en 2016 ganó un primer juicio por su reincorporación. Es decir que no hay dudas sobre su rol en la vida gremial de la destilería.

El actual fue su segundo despido. Ocurrió el 13 de enero de pasado, cuando la empresa lo echó junto a otros 9 compañeros. En lo formal, se trató de despidos sin causa. La empresa no adujo razones, nada más no les permitió ingresar a la planta.

Sin embargo, Michel estaba por presentarse como candidato a las elecciones de delegados. Junto a los otros despedidos denunciaron entonces que hubo discriminación de parte de la multinacional y que las verdaderas razones de sus despidos eran que se trataba de trabajadores que demandaban mejores condiciones laborales y se mostraban en contra de la contaminación de la empresa.

La abogada de Michel, Melina Acevedo, del Ceprodh, recuerda otras intervenciones de su defendido con elementos de defensa del ambiente. “Hubo un accidente muy grave en 2018, en el que murió un trabajador, Sergio Esquivel. Gustavo Michel fue parte del equipo que intervino en el incendio combatiendo el fuego y quien sacó a Esquivel con el 90 % de cuerpo quemado”. Junto a su agrupación denunciaron públicamente que esta muerte había sido consecuencia directa de la desinversión en seguridad industrial. “Días después, Michel encabezó una protesta en la entrada de la refinería, colocando pancartas y exigiendo justicia. Era frecuente también que Gustavo publicara notas periodísticas de denuncia por la falta de inversión de Shell, una de las empresas que fueron encontradas responsables por la Corte Suprema de la contaminación de Villa Inflamable”.

En su fallo, la jueza Vulcano indicó que “existen indicios sobre la actividad de carácter ambiental del actor , y de una actividad apuntada al cuidado del ambiente de trabajo y prevención del personal de la demandada”.

La jueza concluyó que el despido, prima facie, no parece sin causa sino “una respuesta a la actividad gremial desplegada en forma constante , lo que transgrede el derecho fundamental a la libertad sindical consagrado en nuestra Carta Magna a través del art. 14 bis y de los Convenios OIT 87 y 98.

Es una cautelar, es decir que no resuelve el tema de fondo, pero impone a Shell Raizen que reincorpore al despedido sin demora.

Todavía no ha sido cumplido por la empresa, la que la justicia le fijó una multa de 50 mil pesos por cada día de demora. Sin embargo, en la apelación podría ponerse en juego la Ley Bases, que habilitó a las empresas a despedir discriminatoriamente, pagando una indemnización.

También está pendiente la resolución de los pedidos de reincorporación de los otros nueve despedidos, que han recaído en otros juzgados.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Página 12