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Los CEOs de Shell y TotalEnergies alertan sobre el impacto de la escalada entre Israel e Irán en la seguridad energética global, destacando riesgos en el Estrecho de Ormuz y la volatilidad de los precios del petróleo.

La reciente escalada de ataques entre Israel e Irán ha encendido las alarmas en la industria petrolera mundial. Los máximos ejecutivos de Shell y TotalEnergies, dos de las compañías más influyentes del sector, expresaron su preocupación por el impacto que el conflicto podría tener en la infraestructura energética y en la estabilidad de los mercados internacionales.

Según reporta CNBC, aunque hasta el momento los daños directos a instalaciones energéticas han sido limitados, la incertidumbre y el temor a un conflicto mayor ya están afectando los precios y la logística global.

El Estrecho de Ormuz: un punto crítico bajo amenaza

Uno de los principales focos de inquietud es el Estrecho de Ormuz, una vía marítima estratégica por donde circula aproximadamente una quinta parte del petróleo mundial.

La posibilidad de que el conflicto se intensifique y afecte este corredor ha llevado a algunas compañías navieras a modificar sus rutas, evitando la zona para reducir riesgos.

Esta situación ya ha comenzado a reflejarse en los mercados: el precio del crudo Brent aumentó más de un 2% este martes, mientras que el West Texas Intermediate también mostró un alza significativa.

Preocupación por el personal y la infraestructura de la industria petrolera

Wael Sawan, CEO de Shell, declaró a CNBC durante la conferencia Energy Asia en Kuala Lumpur que los últimos días han sido de “preocupación significativa” para la región y para el sistema energético global.

Sawan destacó la presencia de Shell en Medio Oriente y la necesidad de monitorear cuidadosamente la situación, subrayando que la volatilidad geopolítica podría tener consecuencias de largo alcance para el suministro energético.

Patrick Pouyanné, CEO de TotalEnergies, compartió una visión similar, enfatizando que la seguridad de los empleados en la región es la máxima prioridad de la compañía. TotalEnergies opera en países clave como Irak, Abu Dabi, Catar y Arabia Saudita, lo que la expone directamente a cualquier escalada en la zona.

Pouyanné expresó su esperanza de que no se produzcan ataques adicionales contra instalaciones petroleras, advirtiendo que esto podría desencadenar una crisis de seguridad y afectar gravemente al mercado global.

Analistas prevén un año marcado por la volatilidad

La preocupación no es exclusiva de las grandes petroleras. Amjad Bseisu, CEO de EnQuestcalificó 2025 como “el año de la volatilidad”, señalando que la escalada entre Israel e Irán representa un riesgo considerable para la estabilidad de los mercados energéticos. Bseisu subrayó la importancia de una pronta resolución del conflicto para evitar mayores perturbaciones.

A pesar de los temores, analistas consideran poco probable que Irán cierre el Estrecho de Ormuz, aunque reconocen que el riesgo de interrupciones en el suministro sigue presente.

La situación ha llevado a los actores del sector a prepararse para escenarios de emergencia, revisando protocolos de seguridad y evaluando rutas alternativas para el transporte de crudo y gas.

Impacto en la economía global y perspectivas a futuro

La escalada del conflicto no solo amenaza la seguridad energética, sino que también podría tener repercusiones económicas a nivel global. Un aumento sostenido en los precios del petróleo y el gas impactaría directamente en los costos de producción y transporte, afectando a consumidores y empresas en todo el mundo.

Los expertos advierten que, de continuar la inestabilidad, los mercados podrían enfrentar una volatilidad prolongada, dificultando la recuperación económica global en un contexto ya desafiante.

Por ahora, la industria energética se mantiene en alerta máxima, monitoreando de cerca los acontecimientos y evaluando posibles respuestas ante cualquier agravamiento del conflicto.

 

 

 

 

Fuente: El estímulo