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Figueroa afina el funcionamiento del Gabinete antes de afrontar su primer comicio como gobernador. La obra pública y los acuerdos con intendentes delimitan el terreno local de una disputa nacional.


El gobierno de Rolando Figueroa entra en el segundo año en una suerte de velocidad crucero. La provincia sobrellevó una tormenta, pero el oficialismo luce fortalecido tras el proceso de destitución de la vicegobernadora Gloria Ruiz, en el que la coalición Neuquinizate cerro filas en torno a su salida. La ex presidenta de la Legislatura quiso empantanar el escenario amagando con una confrontación en los medios y obtuvo como moneda de cambio más allanamientos judiciales.

En el despunte del 2025, asoma el año electoral, aunque el gobierno por ahora prefiera no hablar de ese contexto. En el corto plazo, hay una fecha clave a finales del próximo mes: el comienzo de clases del 25 de febrero. Como en cada verano, surgen, para el análisis político, las preguntas sobre qué sucederá en las aulas. No debería haber mayores problemas -como no los hubo en el 2024- en materia de infraestructura escolar.

Hace tres meses, el oficialismo se ocupó de garantizar los acuerdos salariales del arco sindical para el 2025 en el Presupuesto. Lo que debiera implicar que ese contexto que suele reportar reclamos en la antesala de las clases, en buena medida, esté zanjado. ATEN, el gremio de los docentes neuquinos, viene de una feroz interna, y de quedar desdibujado, luego de oponerse al plus salarial para maestros que no faltaran a clases.

El gobierno acomoda fichas en el plano interno. Rubén Etcheverry asumió en la nueva cartera de Planificación, Modernización e Innovación, un área desde donde la Provincia busca dar respuestas al actual ciclo de crecimiento, caracterizado por la presión que imponen sobre todo dos vectores: el turismo, en el sur de la provincia y la Confluencia (el grupo de ciudades más vinculadas hoy a la industria no convencional).

¿Cómo hacer de ese contexto algo más parecido a un desarrollo equitativo?, es una de las preguntas que subyace la foto actual de la provincia y que el Ejecutivo pone en escena una y otra vez.

Con todo, en la entrada al nuevo año, los dos polos de atracción económica de Neuquén están caracterizados por atributos diametralmente opuestos.

En petróleo y gas, se espera un nuevo crecimiento de la producción de Vaca Muerta. En tanto que los alicaídos datos del contexto hotelero y gastronómico anticipan una temporada complejizada, que arrancó con una ocupación promedio del 50%.

La macroeconomía que beneficia la expansión del shale, y equilibra la balanza de pagos energética vía exportaciones de hidrocarburos, provoca que miles de personas crucen la Cordillera de los Andes buscando en Chile precios que se ajusten a su poder adquisitivo.

La Cámara Hotelera de Villa La Angostura, por caso, plantea que el segmento premium de la ocupación se mantiene con muy alta demanda. Pero explicita caídas de reservas en el resto de la oferta.

Las seis mil radicaciones nuevas del 2024 en Neuquén hablan de un flujo poblacional que eligió principalmente esos dos puntos geográficos para vivir. Lo que no se conoce es realmente por cuánto hay que multiplicar el indicador para llegar al número real de los que buscan oportunidades que no es tan fácil conseguir. Como en el año anterior, el gobierno nacional se retrae a la hora de los aportes que permitan contener ese frente de crecimiento.

La obra pública en clave de año electoral

En ese contexto, Neuquén empieza el año subiendo la apuesta en materia de infraestructura. Es una impronta que ya se vio en el 2024. La crítica a la gestión provincial anterior actúa como recuerdo de lo que no se hizo; Figueroa no desaprovecha escenarios para remarcarlo. Aquello de “canchitas de fútbol sintético” pero en “ciudades donde no hay agua ni gas de red”. En primera instancia, Neuquén encontró fondos en organismos multilaterales de crédito. Este año destinará al apartado de infraestructura 1 billón de pesos de los 5,8 billones del Presupuesto 2025.

En el gobierno afirman que el nuevo ministerio encabezado por Etcheverry buscará dinamizar un sector clave, que requerirá de una planificación muy activa. Los acuerdos políticos locales en torno al desarrollo de obras marcan la agenda previa a la elección de medio término que renovará el Congreso.

Este viernes, en una rueda de prensa junto al intendente de la capital, Mariano Gaido, en el distrito que más electores pone en disputa, Figueroa consideró que la provincia está “muy atrasada en infraestructura”. Por eso se necesita de “mucha inversión”, y que la toma de decisiones se concrete sobre “las necesidades de cada una de las regiones, fortaleciéndolas en base a las estadísticas”, “no en función de un reclamo”, sino que respondiendo “a planificación y volcar los recursos donde se necesita”.

En ese contexto, este fin de semana estará en el norte de Neuquén, con referentes políticos de ese punto de la provincia. Y la semana siguiente, el ocho de enero, en el sur, “con la intervención de los intendentes que son los que perciben de forma local las demandas”. Viene de refrendar hace un puñado de días otro Acuerdo de Gobernanza con los jefes comunales.

En su balance del 2024, Figueroa habló más en profundidad de varios temas. Uno de ellos es la relación con Nación, de acuerdo a las encuestas, el principal adversario político que deberá confrontar en las elecciones de medio término.

Dio algunas referencias de ese relacionamiento que, entre las fotos iniciales, había comenzado con los gobernadores de la Patagonia poniendo el grito en el cielo en Puerto Madryn por los recortes a las provincias; siguió con tensiones en medio del debate de la Ley Bases (el primer borrador traspasaba la potestad de los recursos petroleros a la órbita de Nación), y luego, con ese frente saldado, y el Congreso como una de las plataformas para acortar distancias (pero también el auge del shale), incluyó visitas a Vaca Muerta de, entre otros funcionarios nacionales, el ministro de Economía Luis Caputo y el presidente Javier Milei.

Figueroa se ocupó de dar el contexto actual de la relación con Nación: por un lado afirmó que Caputo recibe “muy bien” al gobierno. Pero marca algunos matices, desde frases que asoman como de un segundo plano, pero que son interesantes para medir la previa del escenario electoral: “Si se eliminan las PASO, recién se va a votar en octubre. Son diez meses en los que hay mucho por hacer”, dijo y aseguró que no está pensando en el escenario electoral.

También dijo que ya no va tanto a Buenos Aires: “En los últimos tres meses fui una sola vez, y de paso”. Ante una pregunta, descartó trabajar junto a sus pares patagónicos en un proyecto en común contra Milei. Sin embargo, se encargó de confirmar que no lo votó y de hecho recordó que en la previa del ballotage, acompañó al candidato que respaldaba, Sergio Massa.

En ese matiz, un breve juego de las diferencias, Figueroa viene hablando de la Neuquinidad, un tópico histórico de una provincia rica en recursos pero con bolsones de desigualdad, a los que él también se refiere.

Esa forma del contraste, desde la gestión y la mirada local, expone la falta de aportes de Nación para contener la marejada social vinculada a Vaca Muerta.

Por fuera de la disputa ideológica inconducente, en un contexto donde Milei sigue cosechando importantes niveles de adhesión, la delimitación del escenario local podría ser clave en una elección nacional si los candidatos de LLA logran capitalizar el eventual respaldo presidencial. (Si bien es cierto que la actual es una era en la que los resultados electorales suelen quedar cruzados por imponderables.)

Así, la vieja disputa de cada elección de medio término entre el federalismo y el centralismo, desde la perspectiva de Neuquén, podría incluir, más claramente, poner en escena quién está gestionando el crecimiento y las oportunidades, quién hace los aportes sustanciales: desde el upstream de Vaca Muerta que le permite al país evitar una catástrofe macroeconómica adicional hasta quién, por fin, le está llevando el gas de red a Añelo.

 

 

 

 

 

 

Fuente: Mejor Energía