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El combustible no debe ser igual en verano que en invierno


Con llegada del buen tiempo las estaciones de servicio deben cambiar los combustibles que venden a los de verano para cuidar mejor la vida de los motores
El mundo de los combustibles va mucho más allá de lo que la mayor parte de los conductores piensan. Pese a que su relación con estos derivados del petróleo se limita a rellenar el depósito periódicamente, detrás de los combustibles hay toda una industria química que mueve miles de millones de euros cada año.
En España, Exolum (antiguo Compañía Logística de Hidrocarburos) es la responsable del almacenamiento y la distribución de más del 90 % de los combustibles que se venden en territorio nacional, por lo que habitualmente es el responsable final del combustible que llega hasta tu coche.

Logística única

Antes de la distribución final a las gasolineras, Exolum aditiva los combustibles con los productos químicos que pide cada petrolera, fórmulas magistrales generadas tras años de investigación que le permiten mejorar determinados valores del rendimiento del combustible.
Cuando la punta del boquerel toca el combustible, la pistola deja de servir

Cada petrolera usa una composición diferente

 

Por ejemplo, los aditivos determinan la cantidad de espuma que hace el combustible, evitan la oxidación del motor e incluso llegan a mejorar el rendimiento y reducir las emisiones. Por último, hay unos aditivos que preparan el combustible para que los coches funcionen mejor en función de las condiciones de temperatura.

Verano o invierno

Es lo que se conoce como combustible de verano o de invierno. Estos aditivos afectan fundamentalmente y sin entrar en explicaciones técnicas a dos parámetros, la temperatura de congelación y la presión de los gases que genera el carburante.
El primero de los valores es clave para evitar que el gasóleo se congele, algo que puede ocurrir con facilidad en invierno cuando la temperatura baja de –15 grados centígrados.
El ahorro de gasto por kilómetro sigue siendo importante

Tanto el gasóleo como la gasolina cambian la composición

 

El segundo de los valores modifica la presión de los gases que genera el combustible, de manera que sea más alta en invierno que en verano, lo que favorece los arranques en frío. Lógicamente usar gasóleo de verano en invierno puede provocar más problemas mecánicos que al revés, fundamentalmente dificultades para arrancar.

Fórmula secreta

En paralelo, algunas gasolineras aditivan los combustibles directamente al llegar a las estaciones de servicio. Otra opción en la que pueden añadir productos con funcionalidades paralelas como protectores del motor.
Habitualmente suele usarse combustible de verano entre el 1 de mayo y el 31 de septiembre, el resto del año es de invierno, pero la temperatura ambiental también influye. En cualquier caso es muy probable que ni en la gasolinera sepan con qué combustible han llenado los tanques todavía.
Fuente: El debate