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La Justicia de Estados Unidos ratificó el acuerdo alcanzado en el Caso Maxus. Se trata de una demanda por daño ambiental que se le inició a la petrolera hace más de 20 años tras la compra de una empresa estadounidense.

Tras más de dos décadas de un conflicto judicial que tuvo involucrada a la petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), el juez Craig Goldblatt, a cargo del Tribunal de Quiebras del estado americano de Delaware, en las últimas horas finalmente ratificó el acuerdo conciliatorio al que llegó la petrolera argentina en el marco de una demanda por daño ambiental iniciada en 2002, por hechos ocurridos hace más de 30 años.

De este modo, pasó poco más de un mes, precisamente el 6 de abril pasado fue cuando YPF publicó un comunicado de prensa informando que había llegado a un acuerdo con el Fideicomiso de Liquidación Maxus para tener por desestimadas “todas las acciones iniciadas contra YPF y Repsol”, comprometiéndose a otorgar “la absolución total de los reclamos” que presentó dicho Fideicomiso por hasta USD 14.000 millones.

Por consiguiente, la suma por la cual podría ponerse punto final a la disputa judicial representa solo el 2% de lo estimado inicialmente: en caso de quedar firme el acuerdo, la petrolera de bandera argentina y la española Repsol deberán pagar USD 287,5 millones cada una. Ello contrariamente a la suma prevista en la demanda original que llegaba a los USD 14.000 millones. Por lo cual, es un gran avance el logrado, pese a quedar pendientes aún ciertas aprobaciones para dar por concluido el expediente.

En concreto, una vez que se expida el Departamento de Justicia, en representación de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, y los Estados de Ohio y de Wisconsin, el acuerdo podrá quedar firme y cumplir todos sus efectos. Solo así, el litigio que lleva más de 20 años en la jurisdicción de Delaware se cerraría definitivamente.

El inicio del conflicto: el caso Maxus

El conflicto inició cuando YPF estuvo bajo la presidencia del ingeniero civil José “Pepe” Estenssoro, quien decidió la compra de la empresa estadounidense Maxus, dedicada a la actividad del petróleo y el gas. Cabe mencionar que Estenssoro fue titular de la petrolera de bandera nacional desde 1991 y desde ese puesto condujo los procesos de reestructuración y privatización de la compañía en 1992.

Mientras el país transitaba a comienzos de la década del 90, un contexto de fuerte apertura de la Argentina al mundo, Estenssoro se propuso transformar a YPF en una empresa internacional. En ese marco compró una compañía que resultaba lo suficientemente atractiva y con activos en Latinoamérica y Asia, pero con antecedentes un tanto turbios.

Lo cierto es que Maxus era propietaria de una planta industrial ubicada a la vera del río Passaic, en New Jersey. Allí, se realizaba la producción del químico “agente naranja”, conocido por ser altamente contaminante y utilizado por la fuerza aérea estadounidense como arma letal en la guerra de Vietnam.

En 1986, años antes de que YPF comprara Maxus, la empresa había vendido su planta industrial y negocios químicos a la estadounidense Occidental Petroleum (OXY), otorgándole una suerte de garantía de “inmunidad ilimitada”, sin límite de tiempo ni de monto. Es decir, que se responsabilizaría a futuro por cualquier reclamo en concepto de reparación económica por contaminación ambiental.

Pese a este antecedente negativo en el historial de la compañía, la petrolera de todos modos adquirió Maxus por USD 762 millones. Finalmente la empresa fue paulatinamente vendiendo sus activos y dependía en gran medida de los fondos que le diera YPF para cubrir los daños al medio ambiente. Fue en 2005 cuando el Estado de Nueva Jersey demandó a Occidental y Maxus, y más tarde amplió la demanda contra YPF y Repsol por la contaminación con residuos químicos del río Passaic, a 10 kilómetros de la ciudad de Nueva York.

Ante la millonaria demanda la empresa Occidental hizo valer su indemnización, y Maxus, la empresa que había sido comprada por YPF en 1995, pagó las sumas, hasta que, en junio de 2016, decidió presentar la compañía en procedimiento de concurso y quiebra. Así fue que, en 2018, el fideicomiso de liquidación de Maxus demandó a YPF y Repsol por un monto de hasta 14.000 millones de dólares en los tribunales de Delaware, alegando que “Maxus tuvo la intención de obstaculizar, retrasar o defraudar a sus acreedores”.

El fin de una larga disputa: volver a exportar

Con la propuesta, “YPF y Repsol han llegado a un acuerdo de conciliación bajo el cual el Fideicomiso de Liquidación de Maxus desistiría de las reclamaciones que ha presentado contra YPF y Repsol en el Tribunal de Quiebras del Distrito de Delaware, así como a todas las reclamaciones actuales y futuras que pueda tener contra YPF y Repsol”, reza el acuerdo.

De este modo con el acuerdo en firme y tras el pago de la suma conciliada, se cerraría la disputa que estuvo en curso durante más de 20 años, ello sin que ninguna de las dos empresas “admitiera responsabilidad alguna” sobre los hechos.

A su vez, la petrolera YPF busca finalizar la etapa de demandas y continuar su plan de expansión – De hecho este mes planea volver a exportar después de 17 años, para lo cual este lunes también avanzó en la firma de un acuerdo comercial con la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) de Chile para realizar la primera exportación de crudo.

El acuerdo implica la venta de 41.000 barriles por día entre mayo y junio durante 45 días. Ello será en el marco de la interconexión energética entre ambos países mediante la puesta en marcha del sistema Oleoducto Transandino OTA-OTC.

 

Fuente: Perfil