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Se acumulan más pérdidas de producción. Primera protesta del campo. El Consejo Agroindustrial propone 40 medidas. Se atrasan los aportes por seca. ¿Malestar por excesos en municipios?

… que la aparición de nuevos casos de gripe aviar, alguno ya en granjas comerciales, y la suspensión de las exportaciones, no sólo pone en pie de alerta a los avicultores, sino también a toda la cadena de la carne, justo en el momento en el que comenzaba cierta recuperación de precios, y que se espera una reversión del clima seco hacia cierta normalidad. La preocupación pasa por el impacto que puede tener en el mercado el ingreso de los tonelajes de pollos que se destinaban a la exportación, en el caso de que la medida se prolongue por más tiempo, si aparecen más casos de la temible (para los planteles) gripe aviar. No es el único sector alarmado, también en Cuyo donde (por razones comerciales) se va a celebrar la Fiesta de la Vendimia, aunque se acaba de perder más del 25% de la uva de este ciclo, respecto a la temporada anterior (que tampoco había sido muy buena) debido a la seca, el granizo y las heladas. “No hay nada para festejar”, se quejan los productores que esperan ahora que se concreten los anuncios de ayuda. Algo similar ya se había escuchado también en la Fiesta del Trigo en Leones (se perdieron 11 millones de toneladas), y en la primera asamblea del campo que se realizó esta semana en Villa Constitución, Santa Fe. Y allí, si bien no hubo demasiada gente, se pulsó el malestar generalizado de los productores que llegaron a alertar sobre “marchar sobre Buenos Aires con los tractores” si no se postergan los pagos de impuestos nacionales y provinciales, los pagos de créditos, y se ponen en marcha los créditos de evolución para poder afrontar los mayores costos, la falta de pasto, y la iliquidez que comienza a afrontar el sector, y que puede tener efecto dominó en toda la cadena de pagos.

… que, mientras los dirigentes nacionales del campo participaban de la convocatoria a la asamblea abierta de parte de la Federación Agraria Argentina, y CRA festeja sus primeros 40 años, desde el Consejo Agroindustrial presentaban el resultado del trabajo conjunto de las entidades que lo conforman, y que se presentó como el “Plan Federal Agroindustrial 23-33”, que propone 40 medidas “para el desarrollo nacional” a ser adoptadas en ese lapso (que contempla 2,5 períodos presidenciales). Las primeras se refieren a la eliminación de las retenciones (inmediata para las economías regionales y nos productos listos para el consumo), y gradual a razón de 3% anual, para los restantes productos; y a la unificación del tipo de cambio. Respecto a los reintegros, los limita a 1,5% para las harinas y a 2,5% para los aceites. La profundización del Mercosur, la Cuenta Única Tributaria (que permitiría acelerar los cobros de los créditos), y un Plan Federal de Conectividad, se alternan con un Plan Nacional de Infraestructura y un esquema de seguros (que vaya sustituyendo a la ya perimida Ley de Emergencia) que contemple, incluso, pólizas universales que aseguren el cobro de las exportaciones, entre otras medidas de la órbita Ejecutiva, y de la Legislativa, además, de organismos como AFIP, Banco Central y Nación, etc. Según el CAA, el paquete en su conjunto, ofrece al 2033 una ingreso adicional por recaudación fiscal de u$s5.000 millones por sobre el actual, y sin retenciones, elevando las exportaciones del sector hasta los u$s100.000 millones (40.000 millones sobre el nivel del año pasado), y con un crecimiento de casi 900.000 nuevos puestos de trabajo.

… que, mientras se espera que las abundantes lluvias caídas en Brasil aumenten la bajísima cota del Paraná, y se prevé otro fin de semana de mucho calor en las principales zonas productivas (agravando el déficit hídrico), crece el alerta por “crujidos” en la cadena de pagos (ya los camioneros, por caso, están sintiendo los primeros coletazos de la caída de la cosecha); y aumentan los pagos “bajo protesto” en muchos municipios por el incremento en las tasas “reales”, y de las otras que se siguen cobrando, a pesar de la emergencia por la que atraviesan muchos distritos. También la industria alimentaria se queja por la existencia, y los aumentos, en las “Tasas de abasto”, calificación dada a verdaderos gravámenes con los que se financiarían algunos municipios, aplicados sobre el transporte de alimentos por sus localidades (consideradas como aduanas interiores), aunque no sean el destino final de las cargas.

 

Fuente: Ambito