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Mientras el mercado espera otra versión del programa de incentivo exportador, para analistas no será viable hasta mayo. El maíz, entre las claves

El mercado ya considera que es cuestión de tiempo para que el ministro de Economía, Sergio Massa, lance una nueva edición del dólar soja, la tercera desde que llegó al cargo en julio del año pasado. Presentado como un programa de incentivo a las exportaciones, los “dolar soja” han tenido el principal objetivo de darle un aliciente a los exportadores de granos para que liquiden anticipadamente dólares que, de no mediar una mejora en el precio, lo hubieran hecho más tarde.

La novedad es que de acuerdo con analistas de los mercados agropecuarios, en esta oportunidad no se descarta que sea “dolar soja” y algo más. Da la impresión que con lo que queda de esa oleaginosa en los silos no alcanzaría para lo que anda buscando el Gobierno, que es incrementar las reservas del Banco Central.

Andrés Reschini, de la consultora F2 Finanzas, considera que “con la soja sola no le va alcanzar al Gobierno”. Como por otro lado, el trigo que podría entrar para esta época también fue vendido el año pasado con anticipación, lo que quedaría por delante es el maíz.

Dólar soja 3: el maíz, entre las claves para aumentar reservas

En las próximas semanas arranca la liquidación del maíz de primera, que podría ser objeto de alguna mejora de precio, que se ubica en el mercado de Rosario en cerca de los $50.000 la tonelada.

No es nada gratis, una mejora del precio del maíz se traducirá en aumento de precios internos en todos los derivados, como es el caso del aceite y las harinas, y los alimentos para aves y animales.

Salvador Di Stefano plantea que ese dólar soja no llegaría por ahora: “El Gobierno cuenta con escasas reservas y sin la posibilidad de un nuevo dólar soja antes de la cosecha de mayo, todo hace presumir un endurecimiento del cepo, restricciones a la importación y un mercado de productos importados que se va posicionando con un dólar de $ 356, cuando en verdad debería funcionar fluido con un dólar de $200. Más inflación a la vista”.

Massa

Massa lanzó el programa conocido como “dólar soja” con el fin de motivar la liquidación de ganos de los productores.

 

Para muchos operadores la aparición de un nuevo “programa de incentivo a las exportaciones” es una cuestión de días, ante la urgencia que tiene el Banco Central por sumar reservas y presentar alguno números más o menos prolijos hacia el final del primer trimestre para cumplir con una meta de u$s7.700 millones.

¿A cuánto se podría vender el dólar soja?

Di Stefano señala que si tuviéramos un dólar soja en marzo, como mínimo debería estar en $ 260 para que sea atractivo. Si sale en abril debería estar en $280 y si sale en mayo debería estar en $300. Con esta progresión esperada, nadie venderá soja a la espera de la nueva ventana de oportunidades que el gobierno le ofrece al productor”.

Y hay otro problema grave con el trigo. El gobierno en 2022 le permitió a los exportadores cerrar operaciones por adelantado para que anticiparan las retenciones para poder así cumplir con la meta de déficit fiscal acordada con el FMI. Se pensaba que iba a haber una cosecha de 22 millones de toneladas de trigo, pero por efecto de la sequía quedaron apenas 13 millones de toneladas que se usan en el mercado interno.

“Los exportadores compraron la mercadería pensando que la podrían exportar. Hoy no pueden exportar, porque si lo hicieran, dejarían sin mercadería al mercado interno. Los exportadores no tienen ningún incentivo en comprar o vender mercadería en nuestro mercado, quedaron comprados, sin poder exportar, y adelantaron impuestos”, explicó el consultor especializado en mercado agrarios.

Con ello al equipo económico se le van terminando “los conejos” de la galera que hasta ahora vinieron salvando de no caer en incumplimientos con el FMI.

Una “brisa de cola” favoreció a la Argentina en el inicio del año. “Mejoras en las perspectivas de crecimiento para 2023 le aportaron una base más sólida a la demanda de materias primas para los próximos meses. Las estimaciones de crecimiento esperado para 2023 se vieron ajustadas al alza recientemente fruto de la reapertura de China y los rezagos de una actividad económica en 2022 más robusta a lo esperado”, señala Balanz en uno de sus últimos informes. Eso implica algo más de precio en el corto plazo, aunque la tendencia de largo está influida por la política de los bancos centrales de los países desarrollados, que van a mantener las tasas de interés altas para seguir el proceso desionflacionario.

Fuente: Iprofesional