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A partir del 28 de noviembre pasado los subproductos pasaron a pagar 31% de retenciones versus 33% que tributa el poroto lo que mejoró la rentabilidad del sector. Crecieron envíos de aceite y harina de soja en noviembre.

A partir de la vuelta del diferencial de retenciones a favor de los subproductos de la soja, desde la industria del crushing adelantan que para este 2023 “se aleja el riesgo de primarización de las exportaciones”, algo que fue el denominador común del 2022, donde crecieron fuertemente los envíos de poroto de soja sin procesar en detrimento de aquellos productos con mayor valor agregado como el aceite y o la harina de soja.

Argentina es líder a nivel mundial en las exportaciones de subproductos de soja pero durante el año pasado las empresas exportadoras molieron menos, ya que se manejaban con índices de rentabilidad ajustados y era más conveniente mandar al exterior el grano sin procesar, algo que impacta no solo en el ingreso de divisas sino también en la mano de obra y todo el entramado productivo alrededor del polo de molienda de granos y oleaginosas.

“Las medidas tomadas por el Gobierno, permitiendo el regreso a la igualdad tributaria entre la soja procesada y la soja sin procesar, han colaborado para que la industria aceitera vuelva a ser competitiva. Prueba de ello, es la fuerte recuperación en las exportaciones de aceite de soja y sostenidas exportaciones en la harina de soja durante noviembre, mientras se reducían en forma significativa las exportaciones de poroto de soja, estas últimas pasaron de 2,1 millones de toneladas en octubre a 845.000 en noviembre, una baja del 60% intermensual”, detalla el último monitor agroindustrial elaborado por CIARA –CEC.

El 28 de noviembre pasado, el Gobierno, además de poner en marcha el dólar soja II adelantó el regreso de las retenciones a la harina y el aceite de soja al 31%, dos puntos menos que el poroto que actualmente tributan 33%.

Los últimos datos disponibles dan cuenta que la molienda de noviembre del 2022 fue de 3,32 millones toneladas, lo que marca un aumento en 408.000 toneladas con respecto al mes anterior (octubre fue de con 2,9 millones de toneladas). Extrapolando la molienda acumulada en el periodo enero-noviembre (35,83 millones de toneladas) se trata del sexto mayor volumen de soja procesada. Pero también marca una caída de 3,6 millones de toneladas con respecto al mismo periodo de la cosecha anterior (39,4 millones de toneladas durante el 2021) .

“El mayor volumen de molienda para un mes de noviembre se produjo en el año 2016 con el récord de 3,645 millones de toneladas. En el periodo ene-nov del 2022 acumuló 35,8 millones de toneladas, comparado con los 39,3 M de toneladas del mismo período de 2011. Esta merma de 3,612 millones toneladas en la molienda en los primeros 11 meses del año, equivale a la pérdida de u$s2.240 millones en el ingreso de divisas, y a la pérdida de u$s695 millones en el ingreso por retenciones a las exportaciones”, se indicó.

Para este 2023, según la industria, una vez más volverían a crecer los envíos de subproductos de soja en detrimento del poroto. Sin embargo se plantea un interrogante no menor para los próximos meses y es que la actual sequía complicará la compra de las empresas de molienda para encontrar grano de buena calidad y a su vez una posible caída en la cosecha podría impactar de lleno en la capacidad de molienda del 2023.

De cualquier manera, los datos de noviembre y lo que se conocerá en breve de diciembre es un resumen positivo para el sector. Durante el ante último mes del año las exportaciones de aceite de soja (414,151 toneladas) aumentaron un 95% con respecto al mes anterior (211,786 toneladas). En el caso de la harina de soja las exportaciones de Noviembre (2,4 millones de toneladas) aumentaron 93.028 con respecto a octubre, pero el aumento frente a septiembre fue de 720.527 toneladas.

 

Fuente: Ambito