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Las empresas productoras también reclamaron por mayor previsibilidad ante las demoras en las importaciones de insumos.

La comisión directiva de la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT), entidad en la que se concentran las empresas multinacionales, abogó por el regreso de las condiciones crediticias que impulsaron al sector durante los últimos años. Concretamente, las empresas reclamaron que se mejore el acceso al crédito a productores y contratistas, para que los fabricantes -que dan empleo a 9 mil familias- puedan sostener sus ventas.

Carlos Palmieri, Gerente General de Jacto, destacó que el ciclo 2022 cerrará con estadísticas similares a las de 2021 pero precisó que los últimos 6 meses fueron muy complejos por el encarecimiento de la financiación.

En diálogo con Ámbito, explicó que “los créditos son el motor de la actividad, es la herramienta que pone en marcha al sector”. El empresario señaló que “cuando tuvimos tasas reales del 42 sumado al esfuerzo de fabricas y concesionarias dábamos una financiación a 3 o 4 años y al productor le llegaba una tasa del 25 o 30%. Luego observamos que las tasas comenzaron a crecer y ahí dejó de ser atractivo para el productor: eso lo estamos sufriendo ahora, porque la tasa base del 42% se fue al 85% y a partir de ahí, ya no hay esfuerzo que valga. Hoy el mercado esta muy ralentizado y si no hay mejora de tasas, lo que viene va a ser complejo”.

Marcus Cheistwer, CEO de CNH Industrial y Presidente de AFAT, indicó que “si al campo se le dan posibilidades de financiación, no detiene la inversión. Lo positivo de todo esto es que los productores no están endeudados, por lo tanto creo que si conseguimos tasas de financiación el año que viene será similar al 2022”.

Otro de los problemas que debió enfrentar el sector fue la lentitud en la aprobación de importaciones. Según Cheistwer, “cuando se frena una planta de producción, eso se traduce en mayores costos. Al ser consultado por Ámbito sobre este mismo tema, Sergio Fernández, Presidente de John Deere, confirmó que “desde hace un mes a esta parte, la situación comenzó a fluir aceptablemente pero la transición al nuevo sistema de importaciones SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina), fue compleja”. El mayor reclamo desde el sector empresario radica en la falta de previsibilidad, en lo difícil que es planificar stocks. “Sabemos que hay falta de dólares, pero no podemos planificar en meses y debemos hacerlo en semanas”, observó. En cuando a la importación de productos terminados, Fernández detalló que “las aprobaciones son casi nulas.”

A los problemas locales se suman los globales, vinculados a la logística poscovid que aún genera mayores costos, demoras en la provisión de insumos y retraso en las entregas a los compradores.

Reynaldo Postacchini, vicepresidente de CLAAS, recordó que “toda la logística se vio afectada y eso lo sufrimos todos porque quizá tenés la máquina pero te faltan procesadores o accesorios de telemetría, etc. El mundo se complicó y todavía no salimos de este problema, que comenzó con la pandemia y aún no sabemos si realmente terminó”.

En este sentido, Ignacio Armendáriz, Gerente Comercial de Agrale Argentina explicó que “los clientes han tenido mucha paciencia. Hemos tenido tractores listos parados en nuestras playas sin el volante y debimos esperar hasta que llegue ese insumo. Afortunadamente los clientes y los concesionarios entendieron bien esta situación”

En cuanto al 2023, queda claro que la sequía dejará su marca porque todos los indicadores muestran una caída en la producción agrícola y ganadera. Desde AFAT, destacan que a pesar de la situación climática será determinante la aparición de tasas atractivas para reactivar el negocio.

Sobre este tema, Marcus de CNH Industrial explicó a Ámbito que “el agro es el motor de la economía y creemos que las autoridades -a través de herramientas financieras- deberían facilitar la compra de maquinaria a quienes lo demandan. Estamos próximos a una nueva exposición agrícola muy importante, por lo tanto entendemos que deberían volver las tasas negativas para que el productor pueda incorporar más tecnología”.

 

Fuente: Ambito