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Se lanzará una estrategia a corto y largo plazo para cambiar el sistema y los hábitos de los usuarios y las matrices energéticas que se basan en los combustibles fósiles.

El cambio climático se ha convertido en uno de los temas más preocupantes, al punto que recientemente la ONU declaró como un derecho universal el acceso a un ambiente limpio y saludable.

De hecho, la Argentina se sumó a varias instancias y acuerdos internacionales, como el Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París, para frenar el cambio climático y sus efectos, estableciendo rigurosas metas de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a ser alcanzadas en el 2030.

En ese contexto, desde el Gobierno consideran al transporte como uno de los principales generadores de las emisiones a nivel mundial y, por lo tanto, del cambio climático teniendo en cuenta que el 13,9% de las emisiones totales en el país provienen del sector.

Argentina se sumó a varias instancias y acuerdos internacionales, que establecen rigurosas metas de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero a 2030.

Es también la segunda fuente de emisiones del sector energía ya que casi la totalidad de los 19,6 millones de unidades de transporte que componen el parque actual consumen combustibles fósiles (99,67% de la energía requerida por el sector).

De hecho, a nivel nacional el transporte consume 100% de las motonaftas refinadas en el país; 96% del aerokerosene; 66% del gasoil; 19% del fuel oil; 11,7% del gas natural y 12% del gasoil.

En el 2019, el sector transporte consumió un tercio (33%) de la demanda energética del país con un 39% de gasoil; 36% de nafta; 12% de gas natural; 9% de biocombustibles y 4% de otros combustibles.

En el caso del consumo de energía del transporte creció 64% entre 2002 y 2019, mientras que la generación total de energía para consumo final creció 44% en el mismo período.

A partir de estas conclusiones, se acaba de crear el Plan Nacional de Transporte Sostenible para generar políticas públicas que impulsen la transición y eficiencia energética para alcanzar la movilidad sostenible; aumentar la capacidad de adaptación al cambio climático; incorporar criterios de sostenibilidad y resiliencia, teniendo en cuenta las posibilidades energéticas de cada zona del país.

El objetivo concreto es el de cambiar en forma gradual y segura el sistema de transporte, los usos y hábitos de los usuarios y las matrices energéticas que actualmente se basan en los combustibles fósiles a uno de bajas emisiones o sin emisiones de carbono y fuentes renovable.

Además, se pretende optimizar y hacer un uso inteligente y más amigable con el ambiente de los recursos en todas las modalidades del transporte, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

El objetivo concreto es el de cambiar en forma gradual y segura el sistema de transporte, los usos y hábitos de los usuarios.

Del mismo modo, se buscará disminuir el impacto ambiental de los residuos, desechos y material en desuso u obsoleto del sector transporte.

Para ello se evaluará si el material en desuso puede ser reutilizado y/o reciclado y evitar que aquellos dados de baja vuelvan a componer la flota en circulación, requiriendo la implementación de un plan de renovación con chatarrización.

Con ello se busca mejorar el desempeño energético y ambiental en todos los modos del transporte, mediante el reemplazo de las unidades de tracción más antiguas por unidades con nuevas motorizaciones, vectores energéticos y sistemas de control de emisiones.

Según un documento elaborado por el Ministerio de Trabajo el plan sintetiza la política climática nacional y contiene un conjunto de estrategias, medidas, políticas e instrumentos a ser implementados hasta el 2030 para dar cumplimiento a la Ley 27.520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global.

Sus objetivos abarcan todos los modos de transporte, tanto de pasajeros, como de carga y de vehículos particulares e incluye tres programas centrales específicos para implementar las estrategias.

Beneficios fiscales y financieros

Pero además ofrece beneficios a los sectores que se adecuen a las estrategias establecidas en este procedimiento oficial ya que habrá, por ejemplo, descuento en combustible a empresas de transporte que incorporen buses GNC/eléctricos y contraten choferes mujeres.

También se otorgarán rebajas para pasajeros (SUBE); habrá clasificación de normas energéticos; se elaborará un ranking de las empresas de Transporte Sostenibles; se permitirá el lanzamiento de bonos verdes de transporte (CNV).

Además, se cerrarán acuerdos de innovación con los fabricantes de vehículos para el tratamiento bajo parámetros de economía circular de las baterías y partes antes de ser recicladas.

El plan ofrece beneficios a los sectores que se adecuen a las estrategias establecidas en este procedimiento oficial.

Al respecto, el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, hace referencia a que el proceso permitirá generar ahorros para el país, por la reducción y posterior sustitución de importaciones de energía, fomentar la industria nacional, cuidando la salud de las personas y del planeta.

“Con este plan establecimos una herramienta para coordinar los esfuerzos con eje en la incorporación del gas, pero también con una perspectiva a la electromovilidad, que brinde la optimización de los recursos, y creando nuevas normativas”, sostuvo el funcionario durante el lanzamiento de la estrategia oficial.

Características

El plan lanzado por el Gobierno abarca el desarrollo de acciones con tres programas principales: renovación y adaptación de flotas hacia el gas natural, en una primera instancia; la movilidad eléctrica y la incorporación de nuevas tecnologías para abastecer vehículos de carga y pasajeros.

Pero también abarca cinco ejes con rectores de sus objetivos sostenibles como son

  • 1) La transición energética, para cambiar en forma gradual y segura el sistema de transporte
  • 2) La eficiencia, para incorporar y fomentar la conciencia del uso inteligente y amigable con el ambiente
  • 3) La justicia ambiental, para disminuir los perjuicios ambientales
  • 4) Promover la participación activa en los procesos de consulta, ejecución y toma de decisiones
  • 5) Trabajar el pasivo ambiental, ya que se busca disminuir el impacto ambiental de los residuos, desechos y material en desuso u obsoleto del sector transporte.

El plan hace referencia más que nada al gas porque se trata del recurso natural que está más disponible en la Argentina y que tiene una cadena de distribución que es la más extendida del país.

En este sentido, la cartera de transporte ya viene aplicando algunos procesos para mitigar sus emisiones como el caso del acuerdo con YPF para generar corredores productivos, o con el Enargas para trabajar en los picos de alto caudal para que los colectivos de larga distancia y los camiones tengan que esperar cada vez menos en las estaciones de servicio.

En el caso del “Plan Nacional de Transporte Sostenible”, define una hoja de ruta concreta a nivel nacional para acelerar la adaptación de su infraestructura y operación.

Objetivos de corto y largo plazo

En una etapa inicial, se estima que el 10% de las nuevas unidades que se incorporen a la vía pública sean a gas natural (9%) y eléctricas (1%), lo cual generará un ahorro anual de 41 millones de litros de nafta y 96 millones de litros de gasoil. De esta manera, solamente para el 2023 se estima un ahorro aproximado de importaciones de gasoil de u$s200 millones.

Asimismo, para el 2030, se apuesta a que haya 15.000 colectivos funcionando a gas, generando un ahorro de 1.800 millones de litros de gasoil; 150.000 camiones a gas, reduciendo 2.600 millones de litros el consumo de diésel; y que el 15% del total del parque automotor sea impulsado a gas. Además, se estima que un gran porcentaje de los vehículos que pertenecen al Estado sean híbridos y eléctricos.

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Los beneficios concretos del plan, según el Gobierno, serán los de reducir las emisiones de CO2.

Los beneficios concretos del plan, según el Gobierno, serán los de reducir las emisiones de CO2 (material particulado y emisiones sonoras); generar un impacto positivo en la salud pública; reducir el costo operativo del transporte; optimizar los recursos del Estado; sustituir la importación de diésel; incrementar la demanda de gas para Vaca Muerta; ahorros en la balanza comercial.

También permitirá un crecimiento de proveedores locales de tecnología para GNC, así como de electromovilidad y otras energías renovables.

 

Fuente: Economia sustentable