El hombre dio positivo en alcoholemia.
Un hombre se ganó una flamante pick up Ford Ranger Raptor (la versión más poderosa del modelo) en un bingo, decidió festejar con los amigos y, mientras manejaba alcoholizado, protagonizó un siniestro por el que ahora tendrá que desembolsar una suma millonaria.
Gilberto Ríos tiene 48 años y está fuera de peligro, aunque los daños en su camioneta fueron importantes. El choque ocurrió en la localidad de Peguahó, de la ciudad de Itá, Paraguay, según informó el portal web Hoy.
La Ranger Raptor la había ganado el fin de semana pasado, por lo que se encontraba de estreno. Pero si bien tuvo la suerte de su lado al ganarse la “chata” -uno de las versiones más deseadas de Ranger- 0 km, todo quedó opacado por la la irresponsabilidad de conducir luego de haber bebido alcohol.
Según detalló el medio, el hombre se encontraba volviendo a su casa por la noche cuando ocurrió el hecho, en el que afortunadamente no hubo terceros involucrados. El choque fue contra una columna del tendido eléctrico, que se cayó, y con ella un transformador que dejó a gran parte de la ciudad sin luz.
La camioneta, por su parte, sufrió daños varios y perdió una de las ruedas delanteras.
Una chata muy deportiva
La Ranger Raptor es la versión más extrema de la pick up mediana del óvalo. Se produce en Tailandia para diferentes mercados del mundo, incluido el argentino.
Desde la imagen, anuncia que se trata de algo realmente especial, con guardabarros abultados por las trochas más anchas, sin dejar de mencionar a los neumáticos todoterreno, con perfil alto y llantas deportivas. El despeje es más alto y el paragolpes delantero tiene un diseño especial para favorecer el ángulo de ataque en todas las trepadas.
Pero lo mejor no se ve a simple vista: el chasis tiene refuerzos y modifica drásticamente las suspensiones: en principio, con parrillas delanteras de aluminio y la adopción de amortiguadores deportivos de la marca Fox. Pero lo mejor es que reemplaza los anticuados elásticos por resortes en el eje trasero, combinados con brazos de control, en un esquema semiindependiente (conserva el eje rígido) mucho más efectivo en todo tipo de utilización.
Pero la verdadera fuerza radica en su motor: un 2.0 diésel con doble turbo y 213 caballos asociado a una caja automática de 10 velocidades y a un sistema de doble tracción en alta y baja que ofrece diversos programas de manejo pensados para terrenos de todo tipo.
La gestión del motor y la transmisión se adaptan al barro, la arena o la piedra, pero lo mejor es el modo “Baja”, que no alude a la caja reductora sino a las competencias de la Baja California, en México, donde las camionetas no trepan sino que saltan y derrapan. Dicho de otra manera, un off-road veloz y deportivo.
¡Lo que se dice una chata para el off road de verdad!
Fuente: TN