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Para bajar el consumo hay que cambiar pequeñas costumbres del día a día.

Hay una serie de consejos para poner en práctica y amortiguar el golpazo al bolsillo que significó un nuevo aumento en el precio de los combustibles. Cuidando ciertos detalles, los conductores pueden disminuir el gasto de nafta o diésel de sus vehículos.

  • Conducir suavemente. Es el consejo más importante. Cualquier auto y en cualquier condición eleva el consumo de combustible al acelerar y frenar bruscamente. Para evitarlo, es fundamental manejar a velocidades constantes todo lo que se pueda y subir de cambio cuando el motor gire entre 2.000 y 3.000 rpm, excepto en condiciones de sobrepaso (en esa situación, es indispensable el rebaje).
  • Administrar el uso del aire acondicionado. El consumo de combustible sube hasta un 10 por ciento cuando el aire está prendido sin necesidad. En ciudad, dentro de lo posible, se aconseja apagarlo y circular con la ventanilla baja para ventilar el habitáculo. En ruta, la ecuación cambia: lo que te ahorrás por no prender el aire lo gastás por tener la ventanilla baja, ya que a velocidades elevadas empeora la aerodinámica (el viento entra y hace fuerza en contra) y el motor debe hacer más esfuerzo. Para desempañar los vidrios también es clave su utilización.
  • Cargar únicamente lo necesario. El auto necesitará más combustible cuanto más peso en equipaje y ocupantes tenga que mover, ya que tendrá que trabajar más el motor. Dos autos iguales, en el mismo camino y en las mismas condiciones, pero con peso desparejo gastarán distinto. Otro punto clave: en lo posible, no llevar objetos en el portaequipajes porque, además de sumar peso, altera la aerodinámica.
  • Mantener el auto en buen estado. Realizar los servicios programados en tiempo y forma, tener el auto balanceado y alineado, y no circular con piezas mecánicas rotas o desgastadas es fundamental para que el motor no gaste de más, además de generar seguridad.
  • Ponerle a los neumáticos la presión adecuada. Los especialistas dicen que el 20 por ciento del gasto de combustible es provocado por la resistencia a la rodadura de los neumáticos. Es fundamental inflarlos con las libras que indica el fabricante (en el manual del auto lo dice y, generalmente, también en las puertas) para distintas condiciones, ya que no se requiere la misma presión en ciudad, en ruta o en el off-road.

A estos cinco puntos se les pueden sumar otros dos que no están en manos del conductor: las condiciones del tránsito y las condiciones del medioambiente. En relación a lo primero, cuanto más cargadas estén las calles de una ciudad, mayor será el consumo por la cantidad de veces que se debe frenar y acelerar. Y sobre lo segundo, está comprobado que la altitud, la presión atmosférica, el viento, la lluvia, la humedad, la contaminación, la temperatura y hasta el polen pueden alterar el gasto de combustible.

 

Fuente: TN