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En los últimos diez años, las reservas comprobadas de petróleo de la Argentina crecieron 20,6% y las de gas mejoraron un 31,8%, gracias al desarrollo de 12 yacimientos, que equivalen al 8% de la superficie de Vaca Muerta.

El desarrollo de Vaca Muerta no sólo posibilitó un notable salto de la producción de Neuquén, que compensa el declino del resto de las cuencas convencionales del país, sino también mejorar el horizonte de reservas de petróleo y gas.

La evolución tecnológica en el diseño de los pozos, tanto en perforación y completación, y la mejora acelerada de curva de aprendizaje de las compañías en el shale fue notoria en la pospandemia, lo cual se refleja en los stocks de hidrocarburos.

Según los últimos datos de la Secretaría de Energía de la Nación, la cuenca neuquina concentra el 49% de las reservas comprobadas de petróleo hasta el final de la vida útil de los yacimientos del país a 2021, por delante la Cuenca del Golfo San Jorge, con el 46%. Muy por detrás están la Austral (2%), Cuyana (2%) y Noroeste (1%).

Recién el año pasado la cuenca neuquina, con 222,332 millones de m3, superó al Golfo San Jorge (209,604 Mm3), quien en las últimas dos décadas dominó la escena petrolera nacional gracias al desarrollo de Cerro Dragón.

Por la actividad en Vaca Muerta, las reservas comprobadas de crudo hasta el final de la vida útil de los yacimientos neuquinos crecieron un 41,7% entre 2021 y 2020, y dieron un salto del 173,7% en la última década.

A medida que las petroleras han perfeccionado las técnicas para incrementar la productividad del shale, buena parte de sus recursos comenzaron a pasarse a reservas, y permitieron que el stock petrolero del país ascendiera en 2021 a 451,231 Mm3, la cifra más alta de la última década, con un crecimiento del orden del 20,6 por ciento.

El resto de las cuencas cayeron en los últimos 10 años por la madurez que alcanzaron las áreas convencionales: Cuyana (-62,6%), Noroeste (46,7%), Austral (-37,9%), Golfo San Jorge (-16,8%).

Gas

Por otro lado, la cuenca neuquina sigue manteniendo el liderazgo histórico en materia gasífera, reinado que inició hacia fines de los años ´70 con la aparición del gigante Loma La Lata. Con el 67%o de las reservas comprobadas hasta el fin de la vida útil de los yacimientos, unos 278,526 miles de millones de m3 (MMm3), es seguida de lejos por la cuenca Austral, con el 21%o(85,592 MMm3). La cuenca del Golfo San Jorge tiene reservas por 37,563 MMm3, y la Noroeste registró 11,075 MMm3.

La neuquina, es la única que creció en la última década, un 108,3%, por el desarrollo del shale, que empujó las reservas gasíferas totales del país un 31,8% en ese periodo, al alcanzar los 415,998 MMm3 en 2021.

La era no convencional

En Argentina, el pico máximo histórico de reservas comprobadas de gas se registró en el año 2000, mientras que en el caso del petróleo, la cúspide fue alcanzada en 1999. Desde entonces, iniciaron un camino descendiente y sostenido hasta encontrar sus niveles más bajos en los años 2012 y 2017, respectivamente, a medida que los yacimientos convencionales fueron declinando.

La incorporación en Neuquén de la tecnología desarrollada en los Estados Unidos para poner en producción las rocas generadoras de hidrocarburos permitió recuperar los stocks de hidrocarburos, y hoy los límites para el crecimiento ya no pasan por la geología, sino por las condiciones macroeconómicas y resolver los cuellos de botella en la infraestructura necesaria para llegar a los grandes de consumo del país y a los mercados de exportación.

Si se toman las reservas comprobadas totales del país, en el caso del petróleo, el 39% corresponde a yacimientos no convencionales, mientras que en el gas ascienden al 59%.

El stock de crudo proveniente de Vaca Muerta ha evolucionado aceleradamente en los últimos cinco años. Las reservas de shale oil eran de 21,101 Mm3 en 2017, mientras que el año pasado fueron ocho veces más: 177,225 Mm3.

Por otra parte, las reservas de gas no convencional pasaron de los 112,700 MMm3 en 2017 a 244,589 MMm3 en 2021.

Las reservas son aquellos volúmenes estimados de hidrocarburos pueden ser comercialmente recuperados en un determinado tiempo. El grado de incertidumbre sobre la posibilidad de extraer esos recursos se acota mediante la clasificación entre reservas comprobadas, probables y posibles.

La exploración, la implementación de proyectos piloto, el desarrollo y la optimización operativa de los recursos de Vaca Muerta, no sólo impulsaron la producción en los últimos años, sino que posibilitaron redefinir la política energética, aun en un escenario macroeconómico complejo.

Desde 2012, las reservas hidrocaruríferas de Neuquén comenzaron a crecer en todas las categorías por la perforación de pilotos exploratorios y el pase a desarrollo de varios proyectos.

Durante este año, vienen creciendo la cantidad de pozos en las 12 concesiones en desarrollo continuo que tiene la provincia, y que representan apenas el 8% de la superficie de Vaca Muerta. Según los planes de inversión presentando por las operadoras durante 2022 se perforarán más de 320 pozos, de los cuales dos tercios tendrán horizonte de petróleo y un tercio irá a formaciones de gas.

 

Fuente: Mas energia