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La Corte de Delaware elevó a juicio una demanda que tiene en contra por un hecho de contaminación de la empresa Maxus Energy Corporation

YPF obtuvo una pequeña victoria hoy, luego de que la Corte de Delaware fallara a favor de la petrolera y elevara a juicio una demanda que tiene en contra por un hecho de contaminación de la empresa Maxus Energy Corporation. Se trata de una firma que YPF compró en la década del 90, bajo la gestión de José Estenssoro, pero que declaró en quiebra en 2016, aunque nunca pudo desprenderse del litigio.

“La Corte de Delaware falla a favor de YPF en caso Maxus Energy. Opina que no es posible responder todos los argumentos en este momento y manda el caso a juicio. De esta manera, YPF y Repsol evitan el pago de US$712 millones y la responsabilidad de daños ambientales por US$14.000 millones. La definición del caso se extiende al menos de 12 a 24 meses”, explicó Sebastián Maril, consultor de Latam Advisors, quien sigue de cerca las demandas contra YPF.

YPF compró Maxus en 1995, con la intención de expandir su presencia a Estados Unidos, pero nunca fue un buen negocio. Pronto se conoció que la empresa tenía demandas por contaminación ambiental que arrastraba hacía al menos dos décadas, e YPF pasó entonces a ser responsable por esas demandas. La petrolera heredó un litigio por contaminación del río Passaic, en Nueva Jersey y zonas cercanas. YPF intentó deshacerse de la firma y la envió a la quiebra, pero no logró desprenderse del reclamo de resarcimiento por US$14.000 millones.

En 2016, Maxus inició un proceso de Chapter 11 -el equivalente estadounidense a un concurso de acreedores- en una corte de Delaware como subsidiaria de YPF. En ese momento, ambas empresas llegaron a un acuerdo para resolver todos los reclamos. Para eso, la petrolera argentina pagó al menos US$130 millones y proveyó a la empresa estadounidense de US$63,1 millones en términos de financiamiento del deudor en posesión (DIP financing), una forma especial de financiamiento pensada para compañías bajo la ley de bancarrota en Estados Unidos.

Sin embargo, en 2017 Maxus presentó un plan de reestructuración alternativo que no incluía ese arreglo con YPF. En ese plan alternativo, un Fideicomiso de Liquidación (financiado por Occidental Chemical Corporation, un acreedor de Maxus) podía presentar demandas contra YPF. En mayo de 2017, el tribunal de Delaware a cargo de la bancarrota de la empresa emitió una orden que confirmaba el plan alternativo del fideicomiso.

En junio de 2018, el fideicomiso emitió una demanda contra YPF por US$14.000 millones relacionada con “reclamos por transacciones de reestructuración corporativa”, explica YPF en su informe anual. La demanda fue presentada ante el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos para el Distrito de Delaware.

YPF tiene otras dos demandas abiertas, ambas en Nueva York: la del fondo Eton Park (que tenía el 3% de YPF cuando fue estatizada) y la de Burford, que compró las quiebras de dos empresas que habían sido creadas por el grupo Petersen, de la familia Eskenazi, que tenía el 25% de las acciones. Por la primera hay en juego unos US$495 millones; por la segunda, unos US$4000 millones.

Son dos demandas que podrían convertirse en un problema mayor: Burford Capital, un fondo buitre, adquirió el 75 y el 70% de los derechos económicos de cada juicio, respectivamente, y estima que los montos podrían convertirse en US$2300 millones y US$9000 millones.

 

 

Fuente: La nacion