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Lanzaron el sistema Sembrá Evolución que busca brindarle un marco sencillo al productor. Desde esta campaña, se podrá adquirir cualquier variedad de soja con tecnología Enlist y otras alternativas tolerantes a glifosato. Guiño oficial.

Es uno de los principales temas pendientes que actualmente tiene la agricultura local: las principales empresas semilleras vienen reclamando de larga data una nueva ley de semillas que establezca un marco regulatorio para cobrar por la tecnología que ofrecen. Lo cierto es que según los registros oficiales solo el 30% del área sembrada (principalmente de soja y trigo) proviene de semillas legales, el resto se lo denomina “bolsa blanca” y es resultado de las continuas multiplicaciones de los productores en los campos. Para revertir este escenario, que en la práctica desalienta los proyectos de investigación y desarrollo y que a la par atrasa el paquete tecnológico disponible, un grupo de empresas se unió para lanzar un sistema privado que intentará cobrar por la tecnología y regalías de una manera sencilla y de fácil acceso para el productor.

Esta iniciativa denominada “Sembrá Evolución”, si bien es 100% privada, contaría con el guiño del Gobierno que incluso en el demorado proyecto de fomento a la Agroindustria establece beneficios impositivos, vía descuento del impuesto a las Ganancias a partir de la adquisición de semillas certificadas. Las empresas que lanzaron este nuevo modelos de negocios son hasta el momento Bioceres, Brevant, Don Mario, Illinois, Macro Seed, Nidera, Neogen, NK, Pioneer y Stine, pero en el mediano plazo se espera que otras grandes compañías del rubro se sumen.

En relación a la obtención de la licencia de uso, Damian Torino, de Nidera Semillas, explicó que el productor, a través de la autogestión, o el comercio autorizado, pueden ingresar a www.sembraevolucion.com.ar y solicitar la licencia de uso para la marca de variedades que fuera a sembrar. “Con un simple ingreso de los datos de la empresa y posterior firma, queda emitida la licencia. Ésta la otorga cada semillero para las variedades que comercializa bajo Sembrá Evolución, sean Enlist, o tolerantes al glifosato, o convencionales. Por ejemplo: para todas las variedades Enlist, Nidera va tener una licencia que incluye todas las variedades Enlist que comercializamos; luego otra licencia para las variedades de soja resistente al glifosato y trigo. Si un productor siembra variedades de diferentes semilleros, deberá firmar la licencia con cada de ellos. Se extiende por única vez”, dijo.

El modelo está basado en el concepto de “hectáreas tecnológicas” (HT), que dan al productor créditos para entregar la cosecha en el puerto, que pueden ser tres toneladas de soja por hectárea comprada a través del programa. También está la opción de pre certificación de hectáreas que libera el tonelaje entregado en el puerto.

El valor de la HT de las variedades incluye el pago de todos los desarrollos para la siembra de una hectárea de dicha variedad. En tanto, otro dato clave es que cada semillero publicará cada año en su propio sitio web el valor de la HT de nueva producción. Esto será en la previa a la campaña, para que cada productor tenga previsibilidad sobre el costo de producción.

Como punto inicial se comercializará variedades de Soja Enlist, nuevas variedades de soja resistentes al glifosato, trigo, y la intención es incorporar otros cultivos como maní, garbanzo, arveja y otras legumbres en el corto plazo.

En la industria semillera remarcan que es indispensable que haya un mayor uso de semillas certificadas en la Argentina porque de esa manera es un incentivo directo a las multinacionales para que continúen brindando nuevas tecnologías adaptadas a los suelos locales y ampliar la productividad y calidad de los granos sin necesidad de sumar hectáreas.

En concreto fueron varias las empresas multinacionales que en los últimos años dejaron de invertir en el país producto del nulo avance de un marco regulatorio que avale controles directores sobre las tecnologías a las que acceden los productores. Este nuevo sistema propone, entonces, acercarse en forma directa a los agricultores que quieran pagar por la tecnología, que puedan hacerlo de una manera sencilla y que a su vez reciban incentivos directos por parte de las empresas y mejores precios por los materiales.

 

Fuente: Ambito