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La falta de combustible también afecta la producción agropecuaria en gran parte del país.

En los últimos días la principal entidad que reúne a los empresarios del transporte, advirtió acerca de la compleja situación que viven cada uno de los actores protagónicos del entramado productivo, ya que necesitan combustible para continuar con sus labores. El sector primario y el industrial tienen un problema común: la falta de combustible que esta íntimamente ligada a los altos precios del petróleo en el mundo y a la falta de dólares que nuestro país tiene para aumentar la oferta de combustible, que se debe importar.

Al día de hoy, casi todas las provincias que tienen fuerte actividad agropecuaria e industrial tienen faltante de gasoil o de naftas. Según el trabajo realizado por FADEEAC, ocho provincias están en una situación crítica y siete en estado de alerta, lo que implica que más de la mitad del país tenga problemas de aprovisionamiento.

La escasez de gasoil es muy marcada en el norte del país y se agrava en las zonas de frontera, donde cientos de estacioneros eligen vender el combustible a quienes portan patente extranjera porque pagan más. En estas situaciones queda al descubierto la debilidad del nacionalismo y la fortaleza del capitalismo, que en realidad comienza de una manera mucho más solapada en los estratos más altos de la política: un país que podría ser autosuficiente en materia energética debe bailar al son del contexto internacional, cuando la realidad podría ser muy distinta.

En las últimas horas, Ámbito dialogó con distintos protagonistas del entramado productivo, quienes explicaron la gravedad del asunto.

Santiago Carlucci, titular de Transportistas Unidos de Argentina aseguró que “sólo uno de cada cinco transportistas logra cargar combustible con poca retención o sin retención”.

En gran parte del país se expende combustible por cupos que van desde los 20 hasta los 100 litros, dependiendo el tipo de vehículo que lo solicita y el precio a nivel nacional va desde los $ 138 hasta $ 220”.

En Entre Rios, el Presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de la provincia (FARER), Jose Colombatto, explicó que “en muchos lugares directamente no hay gasoil. Dicen que se va a resolver en una semana pero estamos complicados. Hay gente que esta viajando a otras provincias para ir a buscar combustible para terminar la trilla. Por ejemplo, en Hasenkamp esta frenada la trilla de maíz”.

En Crespo, Mariela Gallinger, referente de la Federación Agraria local destacó que “no hay combustible y si aparece algo es con sobreprecio y el productor no lo puede trasladar a ningún otro eslabón de la cadena, por lo tanto debe absorberlo. No se puede estar en un pais productivo pasando estos desastres”.

También en esa provincia, el sector arrocero sufre las consecuencias de la falta de combustible: Jorge Paoloni, productor e industrial, explicó que “cuesta comprar combustible y si lo conseguís hay pagar un sobreprecio de entre $20 o $30 por litro, pero a los precios normales no se vende nada”.

Fernándo Córdoba, productor tambero de la provincia de Santa Fe, detalló que “para cargar combustible debió viajar 60 km desde su campo hasta la ciudad de Rafaela. En las estaciones no hay gasoil ni nafta, de hecho algunas pusieron vallas para que nadie pueda ingresar. Esta todo frenado”.

En el norte del país, Ezequiel Vedoya, productor agropecuario en Jujuy y Salta explicó que “la situación es grave en toda la región. Hay muchas estaciones que no tienen combustible y las que vendían a granel ya no lo hacen, sólo venden cupos limitados para camionetas o vehículos. Esto no sólo afecta la posibilidad de trabajar sino que también distorsiona los precios, porque nadie sabe cuánto cuesta el combustible en el norte”.

En la misma zona, Jose Luis Checa, referente de la Asociación de Productores de Frutas y Hortalizas de la provincia de Salta, destacó que la falta de gasoil se da en el inicio de la cosecha y que la semana pasada pasaron seis días hasta que una estación de servicio trajo gasoil, pero a las pocas horas ya no quedaba ni una gota.

Hacia el noreste, en Chaco, Martin Cantero, asesor en producción agropecuaria, detalló que “a los vehículos chicos les cargan $ 4000, pero en las zonas productivas donde se esta terminando con el algodón y a punto de comenzar con el maíz, se casi no se consigue gasoil para llevar a los campos”.

Los problemas se agravan en las zonas de frontera. En Formosa, Pánfilo Ayala, productor de bananas, explicó que “pasan días en los que no hay una gota de gasoil en las estaciones. Y si hay en las que no tienen bandera, se cobra $ 250 el litro de la variante premium y entre $ 200 a $ 220 en gasoil común. Hay estaciones de servicio que regulan la venta en $ 3000 como máximo y no quieren expender en bidones para llevar a la chacra para los tractores. Es un peregrinar diario conseguir gasoil y nos pone al limite en nuestras actividades productivas”.

En Corrientes, la situación es similar. Reimundo Meabe, productor forestal, aseguró que “en las zonas limítrofes con Brasil y Paraguay todo es mas crítico porque ingresan camiones que circulan por el Mercosur y demandan gasoil”.

Lo mismo ocurre en Misiones. Allí, Cristian Klingbeil, productor yerbatero y tealero explicó que “hay empresas que desde hace tres meses que no pueden trabajar con normalidad. Los productores tenemos que hacer fila para cuando haya combustible y esperar para movilizar a los tareferos. El combustible de Misiones se esta yendo a los países vecinos y a nosotros se nos complica muchísimo. Estamos al limite de tener que parar la cosecha de yerba mate”.

Ni los transportistas ni los productores saben hasta cuándo se van a poder sostener las actividades. Ambos sectores reclaman que el Gobierno y los abastecedores de combustible lleguen a un acuerdo para que se normalice la provisión de uno de los insumos fundamentales para el campo, la industria y la logística.

 

Fuente: Ambito