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El decreto 285/2022 estableció una prórroga por tres meses, argumentando la necesidad de estabilizar y tener una adecuada evolución de los precios. Analistas consideran que el costo fiscal en el año trepará a u$s 980 millones. Ya hay actualizaciones pendientes de cinco trimestres.

El Gobierno nacional decidió postergar hasta el 1 de septiembre la actualización del Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y del  Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), originalmente previstas para aplicarse a partir de este miércoles 1 de junio, argumentando la urgencia por “asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios”.

Es una forma elegante de denominar a lo que el ciudadano de a pie llama simplemente inflación o suba continua y generalizada de los precios.

A través del decreto 285/2022 publicado en el Boletín Oficial, se dio curso a esta postergación que termina interviniendo en un mercado que requiere de ajustes en forma periódica de acuerdo a la normativa.

El Presidente Alberto Fernández y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, pusieron su firma al decreto que prorroga la actualización de los impuestos a los combustibles.

La última actualización del ICL y el IDC fue en marzo de 2021, ajustando 38% los impuestos, correspondientes al último trimestre de 2020. La prórroga vencía el 1 de junio, pero ahora habrá tres meses extra para su aplicación.

Un análisis del portal especializado Econojournal, estimó que “el perjuicio por congelar la actualización de los impuestos le costará al Estado u$s 980 millones en 2022″. Y esto es “más que el presupuesto de la primera etapa del Gasoducto Néstor Kirchner, que ronda los u$s 950 millones“.

CUÁLES FUERON LAS RAZONES DE LA POSTERGACIÓN

“Tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles“, asegura la norma en sus considerandos. El decreto lleva la firma del presidente Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Economía, Martín Guzmán.

“En línea con las medidas instrumentadas hasta la fecha y con el fin de asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios, resulta razonable postergar para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil los efectos de los incrementos en los montos de impuesto”, justifica la normativa.

El Impuesto a los Combustibles prevé actualizaciones en su suma fija en enero, abril, julio y octubre de cada año sobre la base de las variaciones de la inflación de cada período trimestral precedente, una actualización que surge de una modificación a la norma establecida en 2018.

De esta manera, se busca amortiguar las fluctuaciones del dólar o de la cotización del crudo que se tenían como referencia previamente.

El decreto recuerda que las actualizaciones para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, “se han diferido sucesivamente” en 2020. Pero ahora ya se acumulan actualizaciones pendientes de los cuatro trimestres de 2021 -postergadas a fines de febrero al 1 de junio- a la que se suma la del primer trimestre de 2022.

Según el decreto, el Gobierno “ha trabajado en un proyecto de reforma” de los impuestos a los combustibles, pero todavía no ha recibido tratamiento parlamentario.

Este aplazamiento de la suba de los impuestos, sin embargo, no logró evitar los aumentos de los combustibles en surtidor, el último de los cuales se aplicó a principios de mayo, cuando YPF, Shell y Axion fijaron subas que rondaron el 9%.

Fuente: Cronista