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La vieja generación del Onix seguirá por mucho tiempo a la venta en la Argentina.

El Chevrolet Joy dejará de producirse en Brasil y comenzará a fabricarse en Colombia. Desde allí, el 30 por ciento de las unidades se distribuirá a los concesionarios “cafeteros” y el 70 por ciento restante, a la Argentina, Ecuador y Perú.

Los primeros Joy colombianos estarán listos en los primeros meses del año que viene, fruto de una inversión de 50 millones de dólares. Con ese dinero se modernizará la línea de producción y se la adecuará para asemejarla a la brasileña en la que todavía sigue fabricándose.

La planta de Colombia recibirá 24 nuevos robots que le darán un alto grado de automatización, según prometen desde la compañía norteamericana, y generará un 30 por ciento de puestos de trabajo adicionales.

Chevrolet anunció un cambio de último momento para el Joy, su modelo más barato

De acuerdo a El Carro Colombiano, la intención de Chevrolet es añadir a la línea de montaje próximamente al Groove, una especie de “mini Tracker” que ya está lista. Si los estudios arrojan resultados favorables, se fabricaría allí “para toda América Latina”, dicen. ¿Estará en carpeta para el mercado argentino?

El Chevrolet Joy sumó control de estabilidad

Los Chevrolet Joy y Joy Plus incorporaron como equipamiento de serie este año en la Argentina el control de estabilidad (ESP), un dispositivo de seguridad activa obligatorio para todos los autos que se patentan como 0 km desde el pasado 1º de enero.

El Joy es un hatchback compacto que llegó al mercado argentino bajo la denominación Onix. Cuando llegó la nueva generación del Onix, que pertenece ahora a un segmento superior, pasó a llamarse Joy. Y lo mismo pasó con el Prisma, su versión sedán, que ahora se llama Joy Plus. Básicamente son el mismo auto, pero el Joy “es sin cola” y el Joy Plus “tiene cola larga”.

Cómo funciona el control de estabilidad

El control de estabilidad es el dispositivo de seguridad vial más importante que existe en el mercado en la actualidad. Su finalidad es evitar la pérdida de trayectoria del vehículo, para lo que utiliza sensores. Si establece que la trayectoria no es la señalada por el volante, actúa para frenar la rueda indicada y cortar la potencia del motor.

La efectividad del ESP es especialmente patente en casos de maniobras bruscas sobre suelo húmedo, por ejemplo para esquivar un animal que cruza el camino u otro vehículo. En esa situación es capaz de, en milésimas de segundo, impedir que el auto comience a hacer trompos.

El control de estabilidad combina las funciones del ABS (sistema de frenos antibloqueo) y del control de tracción, para de esa forma frenar la rueda indicada según la situación. Los sensores son tan rápidos que comparan el ángulo del volante con la trayectoria real del auto (para ver si coinciden) 25 veces por segundo.

Esta tecnología lleva más de un cuarto de siglo salvando vidas. Según cálculos de Bosch, empresa que lo desarrolló junto con Mercedes-Benz, solo en Europa este dispositivo evitó 500 mil accidentes con personas heridas y salvó 15 mil vidas. Además, el 82% de todos los autos y utilitarios nuevos del mundo lo incluyen como equipamiento de seguridad (en 2017 eran el 64%).

 

Fuente: TN