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En los segmentos populares se registran subas de hasta el 90 por ciento en doce meses. El sueño del vehículo propio, cada vez más lejos.

Comprar el auto 0 km más barato de la Argentina cuesta casi un 75 por ciento más que hace exactamente un año. Y en algunos modelos de baja gama, el aumento roza el 90 por ciento, muy por encima de la inflación y la trepada del dólar.

En abril de 2022, el vehículo que se consigue a menor precio en los concesionarios es el Fiat Mobi. Tiene un precio de $2.260.500 en su versión básica, que durante el mismo mes del año pasado costaba $1.298.100. Esto marca un aumento interanual del 74,1 por ciento.

Es cierto que, a esta altura, seguir hablando de “autos baratos” puede sonar extraño, ya que los valores están cada vez más alejados del bolsillo de la mayoría de los ciudadanos. Llegar al 0 km, por más base que sea, es un lujo que hoy por hoy pocas personas se pueden dar.

Comprar el auto 0 km más “barato” cuesta un 75 por ciento más que hace un año

En los segmentos inferiores, donde cada peso juega un factor decisivo en la compra, los aumentos pegaron muy fuerte. Un claro ejemplo de ello es el Chevrolet Joy, el auto más viejo y “pelado” del Moño Dorado, que en un año pasó de costar $1.346.900 a $2.555.900, un 89,7 por ciento más.

Otros casos en las gamas que comúnmente buscan quienes acceden a su primer cero: el Toyota Etios trepó de $1.326.200 a $2.271.000 (+71,2 por ciento) y el Renault Sandero, de $1.510.500 a $2.641.000 (+74,8%).

Precios oficiales vs. precios reales

Los valores mencionados en esta nota son los que informan las automotrices en las listas de precios oficiales. De acuerdo a un relevamiento de TN Autosel precio final de compra real en los concesionarios puede variar hasta un 80 por ciento.

Como las agencias tienen muy pocos autos a su disposición, fruto de las trabas a la importación que impuso el Gobierno de la Nación (es para evitar la salida de dólares) y de la crisis mundial de los microchips (es un elemento clave en la producción que está escaseando), piden precios exorbitantes.

No es una situación nueva para el mercado automotor. Y siempre se repite: cuando en las agencias acumulan stock (años atrás tenían hasta 100 mil unidades de sobra), ofrecen bonificaciones muy buenas para aprovechar; y cuando tienen pocos autos, los venden al mejor postor.

En este contexto, muchas personas volvieron a poner el ojo en los planes de ahorro, históricamente un método muy utilizado por los argentinos para comprar autos. El motivo está claro: permiten adquirir un vehículo nuevo sin sobreprecios, aunque tenga desventajas como las demoras en las adjudicaciones y los ajustes mensuales en el precio del bien.

Los concesionarios aseguran que “de tener más vehículos disponibles, las cifras de patentamientos serían mejores”, ya que la demanda está.

La restricción a las importaciones es el problema principal de los vendedores de autos en el mercado argentino actualmente. No es casualidad que siete de los diez autos más vendidos de marzo fueran de producción local: Fiat Cronos, Peugeot 208, Toyota Hilux, Volkswagen Amarok, Chevrolet Cruze, Ford Ranger y Renault Kangoo.

 

Fuente: TN