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La siembra del cereal comenzará a fines de mayo en el norte del país. Tras una campaña gruesa con dificultades climáticas, los productores comenzarán sus proyecciones para encarar lo que viene.

A pocas semanas del cierre de una compleja y difícil campaña gruesa, con muchas dificultades climáticas, el trigo vuelve a escena y los productores comienzan a delinear estrategias para encarar una campaña que tiene al cereal como protagonista, no sólo por ser el más representativo para la argentina en esta época del año sino porque además desde que comenzó en año esta en boca de todos por las distintas medidas que se tomaron y por el contexto internacional que lo puso junto con el maíz en el centro de la escena.

Uno de los aspectos más importantes y quizá el punto de partida para la campaña de trigo -que se iniciará en pocas semanas en el norte del país- es la cantidad de agua en suelo, es decir que los perfiles deben estar cargados para que el productor tome el primer impulso.

El ingeniero agrónomo Damian Torino, responsable comercial de soja y trigo en Nidera, aseguró en diálogo con Ámbito que “en las zonas del norte del país es fundamental el agua, sin ella no se puede sembrar, por lo tanto necesitamos que se completen bien los perfiles para comenzar las labores, de todas maneras hay buenas perspectivas climáticas”.

En el mismo orden, Dardo Lizarraga, gerente general de DVA Argentina, agregó al ser consultado por este medio que “a pesar de haber tenido un verano seco, se espera que el otoño traiga lluvias iguales o por encima de los promedios, por lo tanto podríamos tener buenos perfiles al momento de la siembra”. Sin embargo, el tema que preocupa a todos y que seguramente definirá intención de siembra y rendimientos posibles, es el precio de los fertilizantes. Esta variable se tornó la más compleja y por la cual muchos creen que la cosecha de trigo de este año sería inferior a la obtenida en 2021.

Según Lizarraga, “el precio de los fertilizantes es un condicionante porque en algunos casos se triplicaron en dólares, por eso las condiciones de venta recortaron las posibilidades de financiación y será determinante asegurar la disponibilidad. Estoy seguro que quien no tenga el capital para afrontar esta situación o no este seguro de que vaya a tener una buena productividad, será más prudente a la hora de tomar decisiones.

Pensando concretamente en el negocio, existen dos variables que son fundamentales para imaginar un posible escenario de campaña triguera. Nicolás Udaquiola, analista de mercados de la Consultora AZ-Group, explicó a Ámbito que si bien hay buenos precios de venta para el trigo, para obtener rentabilidad hay que tener presente que esta campaña será de altos costos de insumos.

Según Udaquiola, “cuando comenzó enero, el precio de la urea venía en baja pero ahora estamos en el doble de ese valor. En aquel entonces se pudieron concretar algunos negocios pero muy acortados en cantidad”.

El problema radica en que “estamos entrando en una campaña con precios de urea de los mas elevados de la historia y si bien los valores internacionales de la materia prima son altos, no son lo suficiente como para tener un rinde de indiferencia alineado. Vemos una campaña de alto riesgo, con mucha inversión necesaria por parte del productor, que obliga a que todo lo que venga del lado climático sea optimo para poder lograr buenos rendimientos, caso contrario el ejercicio será negativo”.

La campaña de trigo exigirá alta inversión, por eso será fundamental la búsqueda de buenos rendimientos y alta eficiencia en la utilización del paquete tecnológico.

Desde DVA, Lizarraga destacó que “la propuesta para este año se basa en la aplicación de tratamientos para enfermedades de fin de ciclo combinada con bioestimulantes: el año pasado lanzamos la linea de nutrición de cultivos llamada Incentia y luego de realizar los ensayos en trigos del sudeste y el oeste bonaerense tuvimos resultados con rendimientos de entre un 7% y 10% superior a los testigos sembrados en los mismos lotes. Además estos tratamientos están certificados para agricultura orgánica, con lo cual se suma una ventaja para el productor”.

Este tipo de propuestas pueden compensar el déficit que pueda existir con los fertilizantes de suelo (NPK) ya que se podría suplemental sobre los fertilizantes convencionales una vez que el cultivo haya avanzado. En este sentido, Lizarraga aseguró que “se abre una oportunidad para los biológicos, que no sufrieron los incrementos de costos que sí tuvieron los productos químicos”.

Otro aspecto que se debe contemplar es la genética, que junto al ambiente permitiría lograr escenarios de altos rendimientos. Desde Nidera, Damián Torino recordó que “en el sur de Buenos Aires hemos tenido lotes de más de 11.500 kilos, por eso la apuesta que hacemos para este año es llegar a los 12.000 kilos.”

A la hora de planificar la campaña de trigo, cada decisión cuenta y a pesar de que el escenario de precios es favorable y del desafío que implica la inversión en tecnología, la mayor preocupación del productor esta puesta en la comercialización, en la intervención que pueda existir desde el marco regulatorio. Para el trigo y el resto de los commodities se pronostican precios internacionales altos, pero la pregunta que sobrevuela es la cabeza de todo productor es si podremos aprovecharlo.

 

Fuente: Ambito