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La guerra en Ucrania ha generado una estampida de los precios internacionales. Lo que viene para los insumos.

El conflicto bélico en Europa del Este, que provocó una fuerte suba de precios en los commodities agrícolas, también afectó a los mercados energéticos y podría complicar la seguridad alimentaria por la relación directa que existe el petróleo, el gas y los fertilizantes. Esa fue la conclusión a la que se llegó en un encuentro de ministros de Agricultura de 34 países del continente americano, del que participó el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, donde además se puso especial énfasis en arbitrar los mecanismos necesarios para contar con un acceso pleno a insumos clave para la producción, evitar la escasez de alimentos y mitigar la aceleración de los precios.

La reunión virtual fue convocada por Tereza Cristina Corrêa da Costa Dias, titular de la cartera agrícola brasileña. Es que Brasil importa de Rusia y Bielorrusia el 85 por ciento de las materias primas utilizadas para producir fertilizantes, situación que provocó alerta en el sector productivo.

Para poner en contexto, vale aclarar que Rusia es uno de los principales productores de fertilizantes, representa el 15 por ciento del comercio mundial de los nitrogenados y el 17 por ciento de los potásicos. También es responsable del 20 por ciento del comercio mundial de gas natural, un componente clave en la fabricación de estos insumos.

En el plano local, Domínguez aseguró que los productores de trigo y cebada “contarán con los fertilizantes y los fitosanitarios que necesiten”, tras reunirse con el director ejecutivo de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA), Armando Allinghi. Las variables domésticas se suman a las provocadas a nivel internacional. Según confirmó Domínguez, el año pasado, se necesitaron 4.400 millones de dólares para la importación de fertilizantes. Este año, para la misma cantidad de hectáreas y la misma cantidad de productos, se necesitarán 1.200 millones extra. Es verdad que estamos ante un problema global, pero que se hace más complejo en nuestro país ante la escasez de divisas para importar insumos. Miguel Cané, titular de la entidad que agrupa a los productores de trigo (ARGENTRIGO), explicó a Ámbito que “los fertilizantes esenciales para el trigo son el fósforo y el nitrógeno. El fósforo va con la siembra bajo el formato de fosfato diamónico o monoamónico y el nitrógeno se aplica a partir de que se implanta el cultivo, a través de urea. En algunos casos, donde se logran mejores rendimientos, también se aplican mezclas con azufre”. Desde el sector empresario aseguran que la volatilidad en cuanto a precios y la disponibilidad de producto serán las variables a observar por los productores.

Santos Giannuzzo, gerente general de Stoller para los mercados de Argentina y Uruguay, aseguró en diálogo con Ámbito que “la volatilidad ha llegado al mundo entero a partir de la crisis de Europa. La disponibilidad y el precio serán inciertos a corto y mediano plazo. Si a esto le sumamos las restricciones a las importaciones dispuestas por el Banco Central, tomar posición y adquirir producto de manera anticipada resultará indispensable para garantizar el abastecimiento de los insumos que los productores necesitan”.

Además, precisó que la compañía esta anticipando en Sudamérica el 75% de las ventas anuales previstas porque el mercado tiene expectativas de falta de insumos y esto genera una alta demanda y que podría provocar cuellos de botella en las áreas de producción. El empresario destacó además que “un eventual cisne negro, con implicancias desconocidas, es el rol que pueda tomar China en la guerra entre Rusia y Ucrania”.

Otro jugador fuerte del marcado es Spraytec. Pablo Lafuente, gerente de Marketing de la compañía detalló al ser consultado por Ámbito que “en Sudamérica tenemos distintas situaciones. Brasil tiene suelos que no tienen fertilidad y necesitan indispensablemente fertilizantes para llevar adelante la producción agropecuaria. Por otra parte tenemos la “pampa argentina” que tiene la bendición de tener suelos ricos, por lo tanto se puede elaborar una estrategia de reposición de nutrientes si uno tuviera que independizarse de los fertilizantes. Además, nuestro país tiene producción propia de nitrogenados y aunque no sería suficiente, alcanzaría al menos par la implantación de los cereales”.

Ante esta situación, Lafuente recomendó a los productores comprar los fertilizantes si esta dentro de sus posibilidades ya que “no hay ningún indicio de baja de precios a la vista, por lo tanto si se puede conseguir urea, hay que comprar”.

La guerra y sus consecuencias traerán mas inflación en los alimentos a nivel global, tal como lo hizo la pandemia en el regreso a la normalidad. En este caso, el alza de los precios de la energía y el sobreprecio en gastos logísticos se traducirá en mayores costos para los consumidores.

 

Fuente: Ambito