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Es piloto y ganó las 24 Horas de Le Mans, pero cometió un error de principiante.

El propietario de un McLaren F1 GTR cometió un error de principiante: llenó el tanque con diésel, pese a que el espectacular vehículo que conduce se abastece con nafta. Y en las redes se confesó: “Hasta el perro se ríe de mí cuando llego a casa”, escribió a través de su cuenta de Instagram.

“Después de 25 años dedicado a los autos, hice la madre de todas las c*gadas”, confesó François Perrodo, un millonario y piloto de carreras aficionado a los fierros que es dueño, entre otros, de este increíble McLaren.

Le puso diésel por error a su McLaren F1 GTR y lo contó en las redes: “Hasta el perro se ríe de mí”

“No sé qué pasó por mi cabeza en ese preciso momento (en realidad, probablemente nada), pero estaba tan feliz y emocionado que agarré la primera boquilla disponible y luego comencé a llenar el tanque”, aseguró. Y explicó que si el F1 GTR hubiera sido un auto “normal” la boquilla no habría encajado, pero su nave tiene una gran apertura porque es un deportivo.

A modo de chiste, contó que lo excluyeron de distintos grupos fierreros y que ha perdido a todos sus amigos desde este “accidente”. “El camino a la redención será largo y duro. Hasta entonces estaré condenado a conducir coches eléctricos (y diésel) hasta el día de mi muerte”, bromeó.

Se lo tomó tan en joda que hasta escribió lo que sería su placa el día que muera: “Aquí descansa FP, buen esposo, buen padre, un auténtico petrolhead, múltiple campeón del WEC y ganador de las 24 Horas de Le Mans. Pero, sobre todo, el único hombre que ha llenado un McLaren F1 con diésel…”.

Lo tuvo que llevar a un taller para vaciarle el tanque. Foto: @franchracing
Lo tuvo que llevar a un taller para vaciarle el tanque. Foto: @franchracing

El vehículo en cuestión es el número 61 con la decoración Lark-McLaren que participó en la serie GT500 de 1966 (campeonato que se convertiría más tarde en el Super GT), con John Nielsen y David Brabham al volante.

Otro dato curioso es que Perrodo es el jefe de Perenco, una empresa petrolera muy importante que creó su padre en 1975.

Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, llamó a Paul Lanzante. Es el director de un taller de autos clásicos y por sus manos pasó uno de los F1 GTR que ganó Las 24 Horas de Le Mans de 1995. Tuvo que drenar el diésel del depósito, limpiar el sistema de combustible y el suministro de aceite.

Afortunadamente para él, el auto fue agarrado a tiempo y podrá volver a disfrutar de las aceleraciones de su brutal motor BMW V12 como siempre.

 

Fuente: TN