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Los inversores confían en que se produzcan progresos en la mesa de negociación entre Moscú y Kiev, y descuentan un menor consumo por el brote de covid-19 en China. Arabia Saudí sopesa aceptar yuanes y no solo dólares en sus ventas al gigante asiático

La tormenta amaina, al menos temporalmente, en el mercado petrolero. El barril de brent —el de referencia en Europa— cae este martes por debajo de los 100 dólares por barril por primera vez en dos semanas y queda a un paso de su nivel anterior a que Vladímir Putin ordenase la invasión de Ucrania. Detrás de esta distensión, que supone un balón de oxígeno para los importadores (la UE y las grandes potencias asiáticas, salvo Indonesia) y que permite pensar en una menor presión sobre los índices de precios, está el resurgimiento de los contagios de covid-19 en China —que ha obligado al confinamiento de su tercera mayor ciudad, Shenzhen— y la expectativa de progresos en las conversaciones entre Moscú y Kiev para un alto el fuego. Tanto la gasolina como el diésel, sin embargo, siguen en máximos históricos.

De casi 130 dólares a menos de 100, en solo una semana. Aunque el veto a la producción procedente de Rusia —el segundo máximo exportador del mundo, con una cuota del mercado global cercana al 10%— en Estados Unidos y el Reino Unido constriñe el mercado, los inversores parecen contentarse con la narrativa más benigna: aquella que indica que, aunque la guerra acabe siendo larga, la reacción inicial en los parqués quizá fue exagerada. Las Bolsas europeas también han recuperado en las últimas sesiones buena parte del terreno perdido en los primeros compases de la invasión. El abaratamiento del crudo tiene, además, una lectura sectorial: las aerolíneas, una de las industrias más lastradas por la guerra, muestran este martes su mejor cara en Bolsa, con subidas generalizadas entre los grandes nombres europeos.

La otra novedad de este martes en el mercado petrolero viene de Arabia Saudí —primer exportador del mundo—, que sopesa aceptar yuanes y no solo dólares en sus ventas a China. La noticia, adelantada por la agencia de información financiera Dow Jones, es importante por dos motivos: porque amenaza la soberanía global del dólar en las transacciones de materias primas y porque muestra el enfriamiento de las relaciones entre Riad y Washington justo cuando Occidente más necesita a la OPEP (el cartel petrolero liderado por los saudíes) para reabrir el grifo de la oferta y relajar así el precio del crudo. Una medida que el Gobierno estadounidense lleva tiempo reclamando pero que, de momento, ha caído en saco roto.

El gas natural sube tras retroceder casi un 50% desde máximos

El gas natural es la otra cara de la moneda este martes. Tras dejar atrás el pico histórico de casi 230 euros por megavatio hora (MWh) marcado el lunes pasado en el mercado europeo, retoma este martes la senda alcista hasta los 120 euros. Aquí sí, el temor a un corte de suministro procedente de Rusia sigue pesando en el ánimo del mercado después de que en las últimas horas las llegadas de este combustible a través del gasoducto Yamal —que viaja desde Rusia a la UE vía Bielorrusia— se quedasen en cero y de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abogase esta mañana por “mantener la presión” sobre Moscú hasta que ponga final a la ocupación militar de Ucrania. Rusia suministra casi el 40% del gas que se consume en los Veintisiete, pero en algunos países de Europa Central y del Este la dependencia es total.

Con todo, Ron Smith, analista de la firma BCS Global Markets, subraya en declaraciones a Bloomberg que la dinámica de fondo apunta a una “reducción de la prima de riesgo geopolítica en Europa, dado que no parece probable que los flujos rusos se vean interrumpidos a corto plazo”. Esa tesis se ve reforzada por otros dos factores: el gas ruso a través de Ucrania sigue fluyendo con normalidad a través de Ucrania, ajeno a la confrontación bélica, y un cierre de la temporada invernal con mayores temperaturas que la media histórica para este periodo. Eso significa una menor necesidad de calefacción y, por tanto, también un menor consumo de las reservas, que llevan meses tiritando.

 

Fuente: El pais