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“Nada de lo que parecía ser excluyente hace un mes atrás, parece tener mayor trascendencia ahora. Desde el nivel de las reservas del Banco Central, a los cuidados por el covid que, de la noche a la mañana, se fueron minimizando hasta prácticamente desaparecer, los temas nuevos ‘tapan’ y postergan a los anteriores que van acumulándose sin resolución”, se lamentaba el CEO de una empresa siderúrgica durante un asado en uno de los contra más clamoroso de la zona norte bonaerense que gozó de un fantástico, y soleado, fin de semana. Todo esto después de las lluvias torrenciales de lunes y martes, que provocaron muchos daños en distintas localidades, y arrasaron con instalaciones rurales, y cientos de hectáreas de cultivos casi listos para cosechar. Obvio que con el precio del petróleo a alrededor de u$s110 el barril por el cierre de las compras estadounidenses a Rusia, y la contundente suba internacional del gas, las empresas rehacen febrilmente sus cuentas, en especial, considerando los niveles de inflación previsibles, y la desesperación oficial por contener esa cifras, tarea arduo difícil con los aumentos continuos tanto fuera, como dentro del país. Por supuesto que los niveles muy altos de emisión (que según dicen continuarán) tienen mucho que ver en la cuestión, de la misma forma que el conflicto bélico en el Mar Negro es la causa base de la inflación internacional y, “ni una ni otras parecen tener remedio en el corto plazo”, se quejaban los industriales, todavía importados por el nivel de actividad en el Congreso, bastante poco acostumbrado a estos rallies de actividad como el que obligó a amanecer el viernes para lograr la media sanción.

 

Fuente: Ambito