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La guerra entre estos dos países que aportan casi el 30% de la producción global del cereal puso en vilo al mundo. El lunes, el trigo llegó a los u$s460 cercano a su máximo histórico en torno a los u$s471 en marzo de 2008. Pese a que aseguran que el trigo solo representa el 13% del valor del producto final, el traslado de costos ya se hizo en las principales panaderías.

La guerra entre Rusia y Ucrania impacta de lleno en el bolsillo de los argentinos a través de un producto clave en la canasta básica de alimentos: el pan. Mientras el trigo se mantiene con precios en alza por la incertidumbre global y el temor a la escasez de trigo y harina, los consumidores vuelven a sentir cómo la canasta básica de alimentos se encarece cada día más.

La guerra entre estos dos países que aportan casi el 30% de la producción global del cereal puso en vilo al mundo. El lunes, el trigo llegó a los u$s460 cercano a su máximo histórico en torno a los u$s471 en marzo de 2008. “La crisis ruso-ucraniana y su desenlace bélico continúan, lo que redunda en que se prolongue el cierre de exportaciones desde los puertos ucranianos”, comentó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Pero los buenos precios para las exportaciones no logran compensar el impacto grave que ya está teniendo a nivel local.

Roberto Feletti, secretario de Comercio Interior reconoció la dificultad para contener los precios de la harina y aseguró que el acuerdo con molineros y panderos “se está resquebrajando”. “Hace 20 días acordamos con los panaderos y molineros el precio del kilo del pan francés en un rango de $220 a $260 el kilo con una bolsa de harina a $1300” y señaló la disparada del precio del trigo “la tonelada de $280 hace un mes ahora está a $490, es un impacto grande”. Lo cierto es que los panaderos afirman que el kilo de la bolsa de harina ya se llegó a pagar hasta los $2000 en sólo una semana.

Según señaló la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), el trigo tiene una incidencia del 13% en el precio final del pan. “Incluso si el pan recibiera el subsidio, el trigo sólo representa un 13% del precio del pan Si el trigo sube un 40% el pan no debería subir más de 5%, el equivalente a 5 semanas de inflación, las otras 47 semanas de inflación del año nada tienen que ver con el trigo”, expresó FADA en un comunicado oficial.

Desde los panaderos aseguran que hay especulación por parte de los molineros que anticipan compras para evitar pagar a un costo mayor, pero se venden a los panaderos al precio actual o retienen la bolsa de harina esperando a que el precio siga en aumento. Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), planteó a Ámbito que “es probable que algún molino tenga dificultades” y lo relacionó con la demora en la menor oferta de trigo” aunque aclaró que no atribuye responsabilidades al sector primario.

“En todo caso, es importante destacar a los fabricantes de productos alimenticios que en Argentina funcionan 160 molinos y que, si su proveedor habitual dejó de entregar materia prima, pueden comprar a otro”. Mientras esto ocurre, el precio del pan en algunos comercios ya comenzaron el traslado de costos. Sin embargo, muchos aún contienen el precio para proteger a sus clientes.

¿Qué efecto puede tener el fideicomiso?

El Gobierno argentino dijo el jueves que acordó con molinos de harina y productores de alimentos la creación de un fideicomiso de trigo para evitar alzas en los precios domésticos de comida, en momentos en que el valor internacional del cereal está en su pico más alto en 14 años tras la invasión rusa de Ucrania.

El fideicomiso tendría vigencia hasta el 31 de enero del 2024 y busca concentrarse en los precios de venta doméstica de harina de trigo y de fideos secos. Es decir, no está contemplado el precio de la bolsa de harina, que es lo que viene despertando reclamos por parte de los fabricantes de alimentos.

Desde el Gobierno aseguran que el nuevo mecanismo protegerá a los consumidores, pero al mismo tiempo avanza con una nueva medida de intervención en los mercados, puesto que mientras subsidia la oferta, también controlará los precios en la góndola de los productos subsidiados, poniendo el ojo en la rentabilidad de las empresas involucradas.

 

Fuente: Ambito