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Una duda frecuente. Así son los modelos más rabiosos de la casa de la estrella.

Para los aficionados al mundo de los automóviles deportivos, AMG son mucho más que tres letras. Remiten a una marca que evoca automáticamente prestaciones y emociones. Cualquier Mercedes-Benz que lleve esas letras, se sabe, esconde un desarrollo especial que lo convierte en uno de los más poderosos y atractivos del mundo.

Rival en la actualidad, principalmente, de los S/RS de Audi y M de BMW, AMG es la división especial de Mercedes para la construcción de las variantes más picantes de sus modelos, además de incursiones varias en competición.

El 300 CE AMG de 1988, un hito. Motor V8 y 385 CV, cuando AMG todavía no formaba parte de Mercedes-Benz.
El 300 CE AMG de 1988, un hito. Motor V8 y 385 CV, cuando AMG todavía no formaba parte de Mercedes-Benz.

La marca realizó un encuentro en Buenos Aires para repasar su historia y algunas de las muchas características especiales que tienen sus modelos. TN Autos estuvo allí y en esta nota te contamos su historia y la respuesta a una duda frecuente: ¿cuáles son las diferencias con un modelo convencional de Mercedes?

Mucho más que tres letras

La sigla AMG proviene del apellido de dos ingenieros de Mercedes-Benz (Hans-Werner Aufrecht y Erhard Melcher) y del lugar donde instalaron el primer taller (Grossaspach) para realizar -extraoficialmente- versiones especiales de los autos de la estrella.

Ocurre que en la década del 60 -tras la terrible tragedia de Le Mans 1955- la empresa anunció que se retiraba de las competencias deportivas y, decepcionados por la decisión, ambos ingenieros empezaron a construir en secreto y fuera del horario laboral versiones potenciadas y de carreras de los autos de la marca.

La iniciativa funcionó tan bien que luego de años y desbordados de trabajos, renunciaron a Mercedes y fundaron AMG (Aufrecht Melcher Grossaspach) el 1º de abril de 1967. Las instalaciones originales fueron en un viejo molino.

El 300 SEL 6.8 AMG marcó un hito en 1971 al salir segundo en las 24 Horas de Spa (y ganar en la categoría + de 3 litros).
El 300 SEL 6.8 AMG marcó un hito en 1971 al salir segundo en las 24 Horas de Spa (y ganar en la categoría + de 3 litros).

El primer auto exitoso, incluso antes de llamarse formalmente AMG, fue un Mercedes 300 SE que en manos de Manfred Schiek -ganador del Gran Premio de Turismo de Argentina en 1961- se quedó con el campeonato de turismo alemán. Empezaron a recibir gran cantidad de pedidos por parte de clientes de la marca, tanto para correr carreras como para sus vehículos de uso diario.

Pero saltarían a la fama cuando en 1971 un Mercedes 300 SEL de color rojo apodado “el chancho rojo” terminó las 24 Horas de Spa segundo y ganó en la categoría “más de 3 litros”. Para eso llevaron el V8 de 6.3 litros (de serie) a 6.8 litros, entre otras modificaciones. En aquel entonces el impacto y la sorpresa en Alemania fue total, y se comenzó a hablar del “Mercedes AMG”.

En 1976 AMG se mudó a Affalterbach, la localidad alemana donde se encuentra actualmente. A pesar de los éxitos y la fama, recién en 1990 llegó a un acuerdo de cooperación con Daimler AG, la dueña de Mercedes, y en 1993 apareció el C36 AMG, el primer auto desarrollado conjuntamente con la casa de la estrella. Fue en 2005, finalmente, que la por entonces Daimler Chrysler la adquirió por completo.

¿Sabés cuáles son las diferencias entre un Mercedes-Benz y un AMG?

¿Qué diferencia a un Mercedes-Benz de un Mercedes-AMG?

Todo muy lindo, pero quien hoy se acerca a un concesionario Mercedes se va a encontrar con un Clase A convencional y un Mercedes-AMG A 35, es decir, la versión AMG del Clase A. Y la pregunta obvia es: ¿cuáles son las diferencias reales entre ambos? ¿Qué cambia entre un Mercedes-Benz a secas y su par AMG?

Para empezar, un aclaración: los “AMG-Line” que se pueden ver en los salones de venta NO son un AMG puro y duro. Desde hace un tiempo la marca sumó esta opción intermedia, que consta de algunos retoques funcionales y estéticos pero no de una puesta a punto especial realizada por esta división.

Mercedes-AMG GT de 2014, otro punto de referencia entre los deportivos.
Mercedes-AMG GT de 2014, otro punto de referencia entre los deportivos.

Entonces, volviendo a la pregunta de las diferencias entre un Mercedes y un AMG, y dejando de lado la parte estética (donde lucen mucho más agresivos), la respuesta es que hay siete grandes aspectos a tener en cuenta sobre los cuales los ingenieros realizan un trabajo específico y que le aporta un valor plus a un AMG.

Son los siguientes.

1) Motor

Los AMG como el A 35 mencionado anteriormente poseen modificaciones en la mecánica que mejoran el rendimiento. En el caso del A 35, por ejemplo, lleva un 4 cilindros turbo de 306 caballos de fuerza, con intercooler y encendido multichispa.

En las versiones “45″ los caballos ascienden hasta los 421 CV, en lo que se considera el motor de 4 cilindros de serie más potente del mundo, las “43″ montan un V6 de 390 caballos y las “53″ llevan un 6 cilindros en línea de 435 CV, que recurre por ejemplo a la hibridación leve como recurso extra.

Los AMG denominados “63″ tienen un V8 biturbo 4,0 litros de 510 CV que es fabricado bajo la filosofía “un hombre, un motor”. Eso significa que el mismo lleva una chapita con el nombre y la firma del ingeniero que se encargó de dicha mecánica. Lo mismo corre para el GT, que es un V8 4.0 capaz de llegar a los 730 CV en las variantes Black Series.

Los motores, otro sello de AMG. Filosofía de "un hombre, un motor".
Los motores, otro sello de AMG. Filosofía de “un hombre, un motor”.

2) Caja de cambios

Las cajas de velocidades también son diferentes en los Mercedes convencionales y en los AMG, ya que llevan refuerzos, puesta a punto específica y diferente gestión electrónica entre otros aspectos.

En el mundo AMG hay automáticas de doble embrague de 7 y 8 marchas (DCT) para modelos de tracción delantera, y 9 marchas (TCT y MCT) para los tracción trasera.

3) Trenes de rodaje

Otro cambio importante en relación a los Mercedes de serie. Los trenes de rodaje de los AMG son más anchos y ligeros que los convencionales, con una unión a la carrocería más rígida y caída negativa más acentuada.

Las opciones de suspensión son mecánica (se complementa con la amortiguación regulable AMG Ride Control) , neumática hidráulica, según el modelo.

Los trenes de rodaje son otro de las grandes diferencias entre un Mercedes y un AMG.
Los trenes de rodaje son otro de las grandes diferencias entre un Mercedes y un AMG.

4) Tracción

Otra de las modificaciones con una puesta a punto específica para los AMG. Las opciones según el modelo van desde tracción trasera a integral fija o variable, es decir, que se reparte entre los ejes según las necesidades.

5) Frenos

Un punto clave de todo deportivo. Todos los AMG cuentan con un sistema dimensionado de acuerdo a su potencia y características, y entre ellos hay de tres tipos: frenos con disco y masa de acero, con disco de acero y masa de aluminio y con disco carbo-cerámico.

6) Sistema de escape

Hay dos opciones para los AMG, ambas especialmente diseñadas. El escape deportivo AMG, en el que el sonido cambia según el programa de conducción elegido, y el Escape AMG Performance, donde se usan silenciadores de titanio, tuberías de acero inoxidable de pared delgada y protección ignífuga de fibra de carbono.

Frenos carbo-cerámicos para los AMG más poderosos.
Frenos carbo-cerámicos para los AMG más poderosos.

7) AMG Dynamic Select

Se trata de la posibilidad de modificar todos los ajustes anteriormente nombrados. Con solo presionar un botón cambian los parámetros del vehículo para una conducción más tranquila o radical. De esta forma los AMG, aseguran, se adaptan perfectamente tanto a la calle como al circuito.

Las opciones entre las que el conductor puede elegir son Confort, Sport, Sport+ e Individual.

Cada uno de ellos influye sobre el tren motriz, transmisión, chasis, escape, control de estabilidad, diferencial, soportes del motor, y niveles como Basic, Avanzado, Pro y Maestro.