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Un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario advirtió sobre un viraje de la demanda internacional hacia otros destinos como consecuencia de las malas condiciones climáticas en la región.

Según los datos publicados por la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil (CONAB), se espera que en esta campaña se cosechen 125,3 millones de toneladas de soja en Brasil. Esto representa una reducción del 7,8% (10Mt) con relación a la campaña previa. Si bien algunos de los principales consultores habían proyectado una cosecha inferior a las 130 Mt, esta reafirmación de los recortes productivos generó un impacto porque el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) la semana pasada, había estimado una producción de 134 Mt para el país vecino. ¿Cuál es el panorama de la soja en la región?

Desde mediados del 2020, el mercado de commodities agrícolas ha presentado un rally alcista de cotizaciones a causa de ajustados balances de Oferta y Demanda a nivel internacional y de expectativas de cuellos de botella en el abastecimiento del mercado mundial de granos. En lo que va del 2022 esta tendencia continúa mostrando impulso, ante una oferta global que encuentra nuevamente el desafío de cubrir las provisiones necesarias del mercado alimenticio y energético global.

Sudamérica cumple un rol fundamental en este esquema como productor de cereales y oleaginosas. Sin embargo, las expectativas en cuanto a las campañas de los países que conforman el sur del continente americano se encuentran lejos de las proyecciones iniciales, a causa del déficit de lluvias que se dio entre diciembre de 2021 y enero de 2022. Las estimaciones de las cosechas de soja de Argentina, Brasil y Paraguay, afectadas severamente por la sequía de esta temporada “Niña”, se ubicaron por debajo de los tonelajes que se esperaban hace tan solo dos meses atrás.

En nuestro país, según la Bolsa de Comercio de Rosario, la campaña 2021/22 alcanzaría las 40Mt, significando una reducción del 10% frente a la cosecha pasada. Pero la gravedad de la sequía y los incendios forestales generan incertidumbre sobre los resultados productivos.

La situación en Brasil y Paraguay

Por el lado de Brasil, el panorama refleja una clara disminución productiva, con epicentro en los Estados del sur. La reducción sería del orden de las 10 Mt o del 7,8% con relación a la campaña previa donde se abasteció al mundo con cerca de 135,9 Mt.

En Paraguay, la producción de soja también fue afectada por la sequía. Este país se encuentra entre los 10 principales exportadores de la oleaginosa y es un proveedor clave para la industria aceitera argentina. En este caso, también presentó un recorte en la campaña 2021/22 según la USDA de 6,3Mt por detrás de los 9,9 Mt de la cosecha previa.

La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO) informó que sus estimaciones productivas rondan las 4 Mt, resultando el menor registro desde la cosecha 2008/09 cuando se levantaron 3,6 Mt. Al mismo tiempo, la estimación de rindes para nuestro país vecino es de 1.250 kg/ha, resultando en la menor productividad desde el comienzo de su serie histórica que data de la campaña 1996/97.

¿Cómo puede afectar el recorte de la cosecha?

Para la Bolsa de Comercio de Rosario, “estos guarismos resultan en un panorama difícil para el mercado de la oleaginosa ya que Brasil y Argentina son dos actores claves en el comercio internacional, representando al principal exportador de poroto y el mayor exportador de subproductos de la soja”.

En este sentido, con una creciente demanda internacional – cuyo candidato principal es EEUU- deberá volcarse a otros destinos para abastecerse. Según datos del BCR, las ventas a EEUU en esta campaña suponen el mayor registro histórico en términos absolutos. En la última semana se han anunciado ventas al exterior superiores al millón de toneladas para la cosecha 2022/23, mientras que se habría comprado cerca de medio millón de toneladas de la corriente campaña comercial 2021/22.

Fuente: Ambito