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La suba en Misiones y otras provincias que limitan con países vecinos superó el 15%. También fijaron surtidores específicos para consumidores extranjeros y un cupo por automóvil. Quieren frenar el negocio de reventa de naftas y gasoil, que creció con fuerza en el último trimestre de 2021.

YPF estableció el miércoles a las cero horas una suba promedio de los combustible del 9% a nivel nacional, después de casi nueve meses de congelamiento. Mientras que en la Ciudad de Buenos Aires el litro de súper pasó a valer 99 pesos, la Infinia llegó a $ 116,50, y el gasoil común a 93 pesos, en el interior esos importes son más elevados por el costo de flete y una menor competencia en el mercado, entre otros motivos.

Existe, sin embargo, una dinámica particular en las provincias fronterizas como Misiones y Formosa (en particular en Clorinda), que lindan con países limítrofes, que explica que en esos distritos el incremento de combustibles haya sido mucho más agresivo.

En Misiones, por caso, el litro de súper trepó por encima de los 106 pesos y la premium llegó a 126,10 pesos.Lo mismo ocurrió en Paraná, en Entre Ríos en donde el litro de súper está en $ 105,70 y la premium en 124,30 pesos.

¿Cómo se explica esa situación?

El mercado ilegal de reventa de naftas y gasoil que se configuró en esas provincias en los últimos meses es una consecuencia no deseada del congelamiento en los surtidores locales. Es sencillo: como en la Argentina el combustibles era —y es— mucho más barato que en Paraguay, Brasil y Uruguay, la reventa de combustible argentino del otro lado de la frontera se convirtió en un negocio con un margen más que interesante.

La existencia de ese mercado ilegal se manifiesta en las estadísticas. En diciembre de 2021, YPF vendió en Misiones un 45 por ciento más de nafta que en el promedio 2019. En enero de 2022, la diferencia fue del 25 por ciento.

Para frenar esa tendencia y comenzar a desarmar el negocio de reventa, la petrolera que preside Pablo González instrumentó una serie de medidas complementarias, entre las que figuran:

• Estableció un surtidor específico para los consumidores extranjeros.

• Instauró un cupo por automóvil para quienes ingresen de los países vecinos.

Con esto, la empresa intenta mitigar el efecto del incremento de la demanda antes comentado y prevenir el consecuente desabastecimiento que aquél puede generar.

«A modo comparativo, entre un 10-15% de las importaciones de naftas y gasoil del país se `filtraban’ por esas provincias (fronterizas). Se analizará ahora función de los ajustes si la demanda racionaliza«, explicó un especialista en el mercado de refinación, que optó por la reserva de nombre.

Fuente: Economía & Energía. *Precios de principios de enero, antes de la suba aplicó YPF esta semana.

Brecha

Antes del aumento que se estableció esta semana, la nafta súper costaba 0,92 dólares por litro en Argentina, mientras que en Paraguay estaba a 1,12 y en Brasil 1,20. Con la suba de esta semana el litro en Argentina se ubicó cerca de un dólar, pero aún se encuentra por debajo de los países vecinos.

Por este motivo, en Iguazú, puerta de entrada a la triple frontera con Paraguay y Brasil, el litro de nafta puede llegar a rondar los 200 y 250 pesos en el mercado paralelo y quienes lo precisan acceden a estas tarifas, llegando a pagar 300 pesos por el traslado del combustible.

En las ciudades limítrofes se advierte sobre este panorama que se genera en torno a la venta ilegal a partir de las largas filas que se producen en las estaciones de servicio y también alertando sobre los tanques adulterados en donde cargan el combustible, por el peligro que estos representan.

Autoridades de Misiones, luego de que se abrieran los pasos fronterizos que estuvieron cerrados por varios meses a causa pandemia de Covid-19, informaron sobre el caudal de personas que ingresan a diario para adquirir combustibles, razón por la cual pidieron que, además de a las medidas planteadas por YPF, se establezcan horarios especiales para la venta y carriles diferenciados para los turistas.

Posición de los estacioneros

En relación a los aumentos que decretó la petrolera controlada por el Estado, el empresario Alejandro Di Palma, responsable de la estación de servicio Axion Laurencena, aseveró que los estacioneros necesitan “sensatez” en la bonificación que las petroleras les entregan como renta por la comercialización del combustible al público ya que alegó que la misma “dejó de ser razonable” y que frente a este panorama “una fracción mínima de las estaciones de servicio pueden mantenerse con esas rentas”.

 

 

Fuente: Econojournal