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La nafta como la versión de mayor calidad del gasoil tuvieron una mayor demanda entre junio y noviembre de 2021. La mejora fue apuntalada también por la flexibilización de las medidas sanitarias.

Desde que empezó a regir el congelamiento del precio de los combustibles líquidos (el 16 de mayo de 2021) las ventas de las versiones premium se dispararon. Es que los despachos de estos productos habían sufrido fuertes caídas en los años anteriores a causa de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, pero en los últimos meses los sueldos recuperaron parte del terreno perdido y los consumidores volvieron a ver a las naftas más caras como una opción más accesible.

Según el Ministerio de Energía de la Nación, entre junio y noviembre del 2021 (último dato disponible) se vendieron 56.272 m3 de nafta premium en Mendoza, un 46,2% que en el mismo período del año anterior. En tanto, las ventas de gasoil crecieron de 55.339 m3 entre enero y noviembre de 2020 a 82.303 m3 en el mismo período del año pasado (48,7% de mejora). Entre ambos productos promediaron un repunte del 47,7%.

Cabe destacar además, que durante algunos meses estos combustibles lograron crecimientos interanuales por encima del 60%. El pico fue en septiembre, cuando las ventas de gasoil aumentaron 63% y las de la nafta premium se incrementaron en torno al 70%.

ECONOMÍA LIBERADA

El congelamiento de los precios ha sido determinante, pero es válido recordar también que la comparación se da contra una año (2020) con un nivel de actividad económica muy baja, en el que rigieron medidas sanitarias que restringieron la circulación.

De todas formas, las restricciones más duras se dieron durante los meses de abril y mayo de 2020, un bimestre que no entra en la comparación realizada. Además los combustibles más económicos no lograron un crecimiento tan marcado como el que si tuvieron las versiones de mayor octanaje (Premium), lo que demuestra que “el abaratamiento” relativo de la nafta y el gasoil está provocando una migración de los consumidores de las versiones más baratas a las más caras (a la inversa de lo que ocurrió en los últimos años).

En detalle, la versión de gasoil más económica registró un crecimiento de ventas del 26% en el período junio-noviembre, en tanto que la nafta súper registró una mejora del 39,8%. Si bien son porcentajes contundentes, no muestran mejoras tan marcadas como las que tuvieron los combustibles premium.

EL CONTEXTO ECONÓMICO

Para los especialistas mendocinos el retraso cambiario contribuyó en la creciente demanda del combustible líquido en el canal minorista. Los salarios de los consumidores de clase media se fueron ajustando en torno a la inflación y el valor de los combustibles líquidos quedó pisado, “El combustible quedó atrás en precio y ante la posibilidad de elección, el consumidor siempre opta por comprar el mejor producto que está a su alcance”, explicó el economista y gerente de la UCIM, Walter Carvalho.

Mientras estén congelados los precios los combustibles, el consumidor medio, que tiene un determinado nivel de compra, optará por productos de una mayor calidad. Esto le significa también un ahorro, porque mejora también el rendimiento general del vehículo”, agregó Carvalho. El economista sostuvo además que a medida que ese desfasaje se incremente, va a resultar más barato comprar la versión Premium.

Por otro lado, se debe tener en cuenta que históricamente el valor de la nafta súper se ha ubicado siempre muy cerca de la cotización de “un” dólar. Por eso, para Carvalho el retraso cambiario también ha jugado un papel importante. “Al compararlo con los países de la región, se observa que Argentina tiene un combustible barato. Es un bien relativamente accesible para los argentinos. Esto explica en parte la caída de la demanda de los equipos de GNC, por ejemplo”, concluyó.

La economista Carina Farah explicó de todas formas que el congelamiento de los combustibles no tuvo como objetivo principal fomentar las ventas de los destilados. “Contener los precios en un esquema inflacionario tiene que ver con las expectativas y también con los aumentos concretos, porque el combustible es un factor transversal en el costo de todos los bienes y servicios”, indicó.

Para Nicolás Aroma, economista asesor del PJ, el congelamiento de los precios de los combustibles líquidos tiene como objetivo establecer una “referencia” en los valores de los demás productos de la economía, en momentos donde la inflación produce mucha “dispersión”. El referente de los equipos técnicos del Partido Justicialista en Mendoza, destacó que “aún cuando estas medidas no sean las que van a eliminar la inflación, sí pueden tener un efectos de corto plazo y sirven para anclar expectativas y aumentar la demanda de algunos bienes (en este caso nafta Premium)”.

Así mismo, comentó que la demanda de combustibles está aumentando de manera alineada al crecimiento de la economía y de las variables que traccionan el consumo interno. “Esto es una buena noticia si aumentan tanto los consumos de los combustibles asociados a la industria, como los asociados al movimiento de consumo interno de la economía” señaló Aroma.

El especialista destacó que el desafío es que exista la capacidad de que la recuperación y la mayor demanda sean sostenibles en el tiempo. “Por supuesto que los controles de precios son un parche temporal, hasta que se logre atacar el problema de la inflación de una manera integral”, concluyó Aroma.

Por último, es importante mencionar que los márgenes de ganancia de las estaciones de servicio son cada vez más acotados. Desde la cámara que nuclea a los estacioneros de todo el país destacaron que el aumento de las ventas y la reducción de la utilidad “es un combo muy complejo que pega de lleno en un sector que recién ahora comenzaba a ver los primeros signos de recuperación luego del impacto de la pandemia” y de una fuerte recesión que atraviesa el sector y comenzó en 2018″.

 

Fuente: Los andes