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Desde la Universidad Austral señalan que casi el 52% del total de lo producido de gas en el país fue del no convencional, que proviene en su gran mayoría de la cuenca neuquina.

La producción de gas no convencional, al igual que en el caso del petróleo, continuó con su tendencia alcista. Tal es así, que durante noviembre superó al convencional en la producción total en el país, según se desprende de un informe elaborado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral.

De acuerdo al estudio, durante el mes pasado el 51,98% de la producción total de gas fue del no convencional, que proviene en su gran mayoría de la cuenca Neuquina (48,75%) y el resto de la cuenca Austral (3,23%).

El foco del crecimiento, señala, está en la producción del gas natural shale de la cuenca Neuquina, que alcanzó 42,03 MMm3/d en octubre de 2021, representando el 33,06% del total producido en el país y el 50% del total de dicha cuenca. De esta manera, se registra un crecimiento del 40%, respecto a octubre de 2020.

El informe también destacó que, en similitud con la producción del gas, en el caso del petróleo también hay una fuerte presencia de la producción no convencional, que crece sostenidamente. “Hoy por hoy el no convencional representa el 36,2% de la producción total de país, y ha tenido un crecimiento del 61% respecto al mismo mes del 2020”, remarcó el estudio.

Análisis

Roberto Carnicer, director del Área Energía de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral, explicó a Ámbito los factores que impulsan el crecimiento de la producción de gas no convencional y remarcó, entre otras aristas, el rol del Plan Gas.Ar. “El crecimiento de la producción de gas no convencional, evidentemente, es porque Argentina alcanzó la madurez y la capacidad para lograr producir gas con precios competitivos. El Plan Gas.Ar le dio previsibilidad en un sector que nunca tenía definido de cuánto era el precio para el mercado doméstico, concretamente para el mercado residencial y las centrales térmicas”, señaló.

Si bien Carnicer destacó que esa previsibilidad puede promover una mayor cantidad de inversiones, señaló que “evidentemente la contracara de la moneda es que ese precio de reconocimiento a los productores no se transfiere al consumidor final”. “Concretamente, está subsidiada la demanda, la tarifa. No se está subsidiando el precio del gas”, dijo y agregó: “El precio de gas es el precio producto de una subasta, y eso generó la situación de que aumentara notablemente el número de fracturas en no convencional, alcanzando valores extraordinarios, muy superiores a los que se habían logrado en su pico histórico en agosto de 2019”.

“El Plan Gas.Ar blinda a la demanda mediante la participación del Estado en el pago de la diferencia que hay entre el precio de gas de acuerdo al Plan Gas.Ar y de acuerdo a lo que se recauda por tarifa en las distribuidoras. Eso es mayor inflación y por lo tanto mayor déficit fiscal y mayor déficit en el balance comercial energético”, remarcó Carnicer.

Exportación

Por otra parte, al analizar si a raíz del incremento de la producción puede pensarse en sustituir importaciones y, en un futuro, exportar, Carnicer sostuvo: “Es el objetivo del Plan Gas.Ar. Y la historia demuestra que es imprescindible reconocer el precio del gas para el mercado doméstico, para fomentar inversiones y sustituir importaciones, en vez de estar pagando un precio de importación del GNL o gas proveniente de Bolivia, caro.

Hoy todavía no se puede hacer en su totalidad, porque hay que hacer infraestructura. Hay que lanzar, con seriedad, los proyectos de expansión del sistema de transporte. Podría hacerse un swap de exportaciones de gas por importaciones de gas: es decir, exporto e importo simultáneamente en el invierno, si tuviera volúmenes importantes en la cuenca neuquina. Por lo tanto, podría eventualmente exportar en el invierno, si la producción de gas sigue creciendo, aún con importaciones de gas en Buenos Aires a través del barco en Escobar. Porque lo que haría es como se hace entre Estados Unidos y Canadá: que en la costa Este exporta de Estados Unidos a Canadá, y en la costa Oeste Canadá le exporta gas a Estados Unidos. Hacer un swap, con mayor cantidad de gas, debe ser una realidad en el futuro”.

En tanto, al referirse al impacto que puede tener en el país la crisis energética que vive actualmente Europa, con el precio del gas en máximos históricos, señaló: “Nos va a impactar, concretamente por lo que sucede en el mundo con los commodities. Están altos, y esto va a afectar el costo de gas de importación en el invierno. Tanto del proveniente de Bolivia, como el del GNL, que dependerá de la oferta y la demanda. Pero Argentina tiene un precio doméstico, cuanta más producción de gas tengamos, más vamos a tener un precio doméstico razonable que se podrá desacoplar de los avatares de una región deficitaria de gas como la europea. Cuanto más se produzca y se más exporte, nos libera de los problemas del déficit del gas natural”.

 

Fuente: Ambito