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Un estudio reciente publicado en la revista Computers in Human Behavio, la profesora Lara Jones, adjunta de psicología de la Universidad Estatal de Wayne, en Detroit, da cuenta de las diferencias de interpretación entre hombres y mujeres respecto a emoticones durante contextos laborales.

Aunque a simple vista parezcan inofensivos, utilizar emojis en una conversación laboral puede ser riesgoso y prestarse a malas interpretaciones. Así lo plantea un informe privado que apunta como punto de conflicto el sesgo de negatividad emocional.

Un estudio reciente publicado en la revista Computers in Human Behavio, la profesora Lara Jones, adjunta de psicología de la Universidad Estatal de Wayne, en Detroit, da cuenta de una investigación en la cual analiza las implicancias de comunicarse a través de emoticones y la diferencia que existe entre las formas de interpretarlos entre hombres y mujeres y cómo esto puede generar malas interpretaciones en contextos laborales.

 

Para la investigadora, algunos emojis como la carita pensativa pueden tener distintas reaccionen por parte de quienes lo reciben. “El mejor ejemplo es el emoji pensativo. Los hombres lo ven como levemente positivo y las mujeres, como levemente negativo”, señala.

 

Las conclusiones a las que llegó Jones apuntan a que, teniendo en cuenta que ciertas personas son más sensibles a las emociones faciales negativas que a las positivas, el sesgo de negatividad emocional en las mujeres es aún más fuerte que en los hombres. Y que eso también puede replicarse a la hora de estudiar las reacciones frente a un mensaje con un emoji.

 

Del análisis se desprende que hubo cuatro emojis a los que los hombres vieron positivo y las mujeres muy positivo. Estos fueron el rostro sonriente, la cara sonriente con ojos sonrientes, el rostro con anteojos y la cara saboreando comida. Sin embargo, las mujeres no reaccionaron negativamente o de forma ambigua a ningún emoji que a los hombres les haya parecido más negativo.

 

Para la profesora de la Universidad Estatal de Wayne, este diferencial en el uso de emojis puede suponer un problema no solo para vincularse socialmente sino, principalmente, para relaciones laborales.

Algunos emoticones, como la cara neutra con una línea horizontal, o el emoji con los ojos mirando hacia arriba, fueron interpretados como levemente negativos por los hombres y más fuertemente negativos por las mujeres.

 

Jones evitó recomendar su utilización para conversaciones laborales debido a las complicaciones que puede generar una mala interpretación.

 

En ese punto, también manifiesta que los hombres suelen utilizar los emojis del teléfono durante horario laboral para hablar con otros compañeros de trabajo, a diferencia de las mujeres que emplean los emoticones en contextos de diálogo social.

 

Esto implica que cuando un hombre envía un emoticón a un compañero, lo hace pensando en la utilidad que esto tendrá en la conversación a nivel laboral. Mientras que en el caso de las mujeres, tienden a interpretar que los emojis son impropios de una relación laboral.

 

Es por eso que la profesora de psicología recomienda abstenerse de enviar emoticones en comunicaciones con superiores y al mismo tiempo señala que se debe tener en cuenta el género al que se le envía el mensaje. “Y otra cosa a considerar es el grado de formalidad de cada entorno laboral. De hecho, empiezo a pensar que yo también debería dejar de usar emojis en mis intercambios con los alumnos”, concluye.

 

Fuente: Ambito