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El organismo pidió restringir el consumo y fiscalizar la norma de manera efectiva.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado para apoyar el proyecto de Alcohol Cero al Volante en la Argentina y otras propuestas que contribuyan a una mayor seguridad vial, como por ejemplo la reducción de las velocidades máximas.

“Resulta fundamental trabajar en una agenda que restrinja el consumo de alcohol al conducir, junto con una fiscalización efectiva de la norma”, dice el texto del representante regional de la OMS (OMP) que firmó la doctora Eva Jané Llopis y se dirigió al diputado José Cano, presidente de la Comisión de Transporte, en donde está siendo trata la iniciativa.

Alcohol Cero: la OMS presiona para que se apruebe la ley en el Congreso junto a la reducción de los límites de velocidad

Lo que propone es prohibir a los conductores de todo tipo de vehículos con motor circular con cualquier concentración de alcohol en sangre superior a cero. Hoy, excepto Córdoba, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro y Santa Cruz, y algunas ciudades como Santa Fe, Rosario y Mar del Plata, el límite permitido en la Argentina es de 0.5 gramos.

Alcohol Cero: voces a favor y en contra

El proyecto de ley de Alcohol Cero fue impulsado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y su Comité Consultivo, que está formado por familiares de víctimas de siniestros viales, porque “el alcohol está presente en uno de cada tres conductores hospitalizados”, explica Carignano.

El director de la ANSV asegura que “en el límite de 0.5 hay una afectación clara para conducir y además invita a especular, a instalar la falsa creencia de que una copa no hace nada”. Su mensaje es “el alcohol, abajo del auto”.

La Agencia pretende imitar la medida que ya rige en otros países de la región, como Brasil, Paraguay y Uruguay. En este último, dice Carignano, bajó un 30 por ciento la cantidad de siniestros viales graves desde que se estableció la tolerancia cero.

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Para Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (OVILAM), “es muy tribunero y demagógico lo que están haciendo, confundiendo a la gente cuando le hablan de alcohol cero, mezclándolo con alcoholemia cero”. “Nuestra posición es no tomar alcohol si vas a conducir, pero nos están engañando a propósito”, asegura.

Lo que indica Pons es que un test de alcoholemia puede no arrojar exactamente 0 gramos en sangre y que la persona evaluada no haya tomado una gota de alcohol. “Nuestro organismo produce entre 1 y 2 gramos de alcohol por día”, asegura.

“Es ilegal especificar una medida sin tolerancia. Porque no existe el cero, hay que darle un margen de error”, explica Pons. Es que los alcoholímetros, como cualquier elemento de testeo, no son perfectos al 100 por ciento.

En esta línea, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) aclara que el margen de error de los alcoholímetros es de 0,041 y desaconseja establecer como límite legal 0.00 gramos por litro en sangre. En una carta enviada a la ANSV, el Ing. Leandro García (DT Metrología Legal) recomienda una tolerancia de 0.5 g/l en sangre “dadas las características técnicas de los equipos en uso en la Argentina”.

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Pons pone como ejemplo a Suecia, que se propuso el alcohol cero al volante y ordenó una tolerancia de 0.2 gramos, ya que “con ese límite cubrió todos los posibles errores de la medición”. “Así, si a vos te da más de 0.2 es porque efectivamente tomaste alcohol. Nadie podría especular con tomar un poquito porque se pasaría del límite”, añade. Chile, en esta línea, impuso un límite de 0.3 y Colombia, uno de 0.25.

La ANSV también quiere bajar las velocidades máximas

La ANSV recomendó a los gobiernos locales que bajen a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima en las calles de las ciudades y los pueblos. El objetivo es reducir la cantidad de siniestros viales y, a su vez, proteger la vida de la ciudadanía.

Según la ANSV, la velocidad a 30 kilómetros por hora “reduce sustancialmente” la distancia de frenado de los vehículos ante una situación de emergencia. Eso, en base a la experiencia de otros países (dice la entidad), incide en la caída de la siniestralidad. En Bogotá, por ejemplo, limitar algunas calles a 30 km/h ocasionó un descenso del 32 por ciento en la mortalidad relacionada a los accidentes de tránsito.

Los estudios de los organismos de seguridad sostienen que una persona atropellada a 30 kilómetros por hora tiene un riesgo de morir “de apenas el 10 por ciento”. “Dicho de otro modo, de cada diez personas atropelladas a 30 km/h, sobrevivirán nueve”, asegura la ANSV. A medida que aumenta la velocidad, la chances de sobrevida de un peatón “se reducen exponencialmente”.

 

 

Fuente: TN