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La construcción de una línea que incorpore 20 millones de metros cúbicos de gas permitiría reemplazar el consumo de gasoil y ahorrar 2.200 millones de dólares por año.

La necesidad de que se construya un nuevo gasoducto que vincule el gas de Vaca Muerta con los grandes centros de consumo del país es indiscutida, y desde la misma secretaría de Energía de la Nación han catalogado a esta obra como prioritaria. Para el vicedecano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Raúl Bertero, un nuevo ducto permitiría en una primera fase el ahorro de unos 2.200 millones de dólares anuales tan solo en el reemplazo del gasoil importado que hoy usan las centrales térmicas.

Bertero realizó días atrás una detallada presentación durante el seminario Futuro Energético que organizó el Instituto Argentino de la Energía, Enrique Mosconi.

El especialista explicó que la primera etapa de un nuevo gasoducto se estima que demandará una inversión de 1.000 millones de dólares, pero destacó que el ahorro que la misma podría marcar es de más del doble de ese monto por año.

“La prioridad debe ser el reemplazo del gasoil que este año junto con el fuel oil representan unos 2.200 millones de dólares, porque la mayor parte es importado”, indicó.

Ese reemplazo tiene también una fuerte ventaja ambiental ya que explicó que “la generación térmica con gas genera un 37% menos de emisiones de dióxido de carbono, un 17% menos de partículas y 7 veces menos de productos que generan lluvia ácida, además de que el costo de abastecimiento es cuatro veces menor”.

En números

18
meses es el plazo mínimo de obra que se estima que tomará el tramo uno del plan, que está valuado en cerca de 1.000 millones de dólares.

“Con una inversión en gasoductos de 2000 millones de dólares, nos ahorramos 4400 millones de dólares por año en la balanza comercial, esto es en dos años. No hay ninguna otra inversión que tenga esa capacidad de traer los dólares que el país necesita de forma imperiosa”, aseguró y detalló que “yo haría la primera etapa hacia Salliqueló porque es la opción que da más alternativas a futuro”.

“En un año hay que sustituir combustibles líquidos y algo de Bolivia y estamos hablando de más de 20 millones de metros cúbicos por día que se necesitan en capacidad de transporte. De 2 a 4 años, o tal vez antes, podemos estar hablando de desarrollos petroquímicos en Bahía Blanca por otros 6 millones de metros cúbicos diarios, y un aumento de las exportaciones a Chile que pueden llegar a 13 millones de metros cúbicos día”, indicó el especialista.

Bertero detalló que la exportación de productos petroquímicos podría representar el ingreso de 1.000 millones de dólares por año tan solo con 6 millones de metros cúbicos procesados por día.

El reemplazo de 5 millones de metros cúbicos del gas que hoy ingresa desde Bolivia -y que se reducirá por el declino de ese país- aportaría un ahorro anual de 370 millones de dólares.

En tanto que exportar a Chile 13 millones de metros cúbicos a un precio de apenas 4,5 dólares por millón de BTU representan otros 780 millones de dólares al año”. Y enfatizó que “Argentina debe exportar gas natural todo el año, no solo excedentes. Chile está ahí disponible pero no lo va a hacer si no le aseguramos firmeza y no hay razón para no asegurarle firmeza”.

Para Bertero “hay que pensar en la transición energética y diseñar nuestra propia transición energética según los recursos que tenemos. Son décadas en las que se va a usar el gas natural, y Argentina tiene una enorme ventaja que debe saber aprovechar y armar su plan”.

 

 

Fuente: Rio negro