z.system

Así, los consumidores sabrían cuán seguro es un vehículo antes de comprarlo.

Los crash test son una herramienta clave para que los consumidores de autos 0 km sepan cuánta protección ofrecen para los ocupantes adultos y niños ante distintos tipos de impactos; es decir, cuán seguro o inseguro es un vehículo determinado en situaciones específicas.

Desde Latin NCAP, el organismo que realiza las pruebas de choque de los autos que se venden como nuevos en los mercados de Latinoamérica, propusieron en consecuencia que todos los vehículos incluyan una etiqueta que indique cuántas estrellas en seguridad obtuvieron en sus crash test.

Fue el secretario general de la entidad, Alejandro Furas, que propuso en una entrevista con Autominuto que los gobiernos regionales patrocinen las pruebas y comiencen a exigir que se etiqueten los autos con los resultados de sus evaluaciones. “Todo se puede vender, pero tiene que estar con la información adecuada para el consumidor”, sostuvo.

La idea es muy buena desde el punto de vista de los consumidores, porque así tendrían una referencia clara sobre la seguridad del auto que están comprando, pero el contexto no ayuda: Furas reveló que “el único NCAP del mundo que no tiene apoyo de los gobiernos es Latin NCAP”.

En todo el mundo hay nueve NCAP: ANCAP, Asean NCAP, China NCAP, Euro NCAP, Global NCAP, Japan NCAP, Korean NCAP, U.S. NCAP y Latin NCAP. Todos, excepto este último (el latinoamericano), “tienen a los gobiernos metidos, no sólo apoyando sino dirigiendo en algunos casos”, aseguró Furas. “Los gobiernos más poderosos de Europa están involucrados porque es la herramienta más poderosa que tienen para brindarle al consumidor y mejorar el mercado”, agregó.

Hoy por hoy, las pruebas de choque de Latin NCAP se realizan con fondos propios del organismo o con patrocinios de las automotrices. Que una marca patrocine un crash test significa que se hace cargo de los gastos. Básicamente, pone de su bolsillo los vehículos a chocar y paga el traslado de las unidades a Alemania, donde el organismo tiene sus laboratorios de prueba.

La propuesta de Furas, basado en la -buena- experiencia de otras regiones (con niveles de seguridad superiores en base a las exigencias de los gobiernos y la información al alcance de los compradores), invita a los gobiernos regionales a dar su apoyo como una muestra de interés por la integridad física de la ciudadanía.

En la actualidad, la falta de presupuesto hace que muchos vehículos populares de la región todavía no puedan ser testeados; es decir, que sus compradores no sepan de antemano cómo responde ese modelo ante distintos choques.

Como conclusión, Furas dijo: “Si todo lo que se vende se testea y se publica, en dos años se acaban los autos cero estrellas del mercado argentino. O por vergüenza corporativa o porque la gente los deja de comprar”.

 

 

Fuente: TN