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Tras el incremento del gravamen, varios modelos saltaron la barrera y aumentaron los valores. Te contamos cuáles son los afectados y los que “zafan”

Entre septiembre y noviembre de 2021 regirá una escala actualizada del impuesto interno a los 0km, una medida que afecta tanto a vehículos importados como a los modelos de fabricación nacional, alcanzando, cada vez más, a nuevos modelos.

Esta realidad obligó a que el ajuste de la base se realice cada tres meses, aunque la medida sigue afectando a la industria, haciendo que muchos autos tengan “topes ficticios en sus precios”, porque deberían subir pero las empresas no avanzan que no los alcance el impuesto, y que otros lo superen y por eso aumenten de golpe más de 25 por ciento.

Ahora, de acuerdo a la última corrección establecida por decreto, que contempla también motos, embarcaciones y aeronaves, se establece que, en la primer escala, pagarán un 20% de impuestos internos los vehículos de pasajeros con precios de venta al público a partir de un monto estimado en los $3.130.000 ($2.210.000 de precio al concesionario). En el caso de la segunda escala, se pagará el 35% e impactará en modelos con valores de lista a partir de los $7.950.000 millones ($4.090.000 de precio al concesionario).

Los comerciales de carga y pasajeros (pick-ups, camiones, furgones y vans con 10 asientos o más) seguirán exentos de este impuesto.

Con estos cambios, algunos vehículos seguirán pagando el gravamen como lo venían haciendo hasta el momento, otros podrán saltar el segundo escalón (aunque es muy grande la brecha) y algunos aprovecharán para descongelar sus valores, que estaban en $2.700.000 promedio, para evitar que les alcance la primera escala.

Los nacionales con impuesto

 

Si bien esta medida es conocida como “impuesto al lujo”, y se agudizó en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en 2014, con el objetivo de afectar más fuertemente a los autos importados, lo cierto es que la inflación afectó a toda la industria, junto a la base de aplicación del tributo que iba quedando baja, y alcanzó hasta los modelos de fabricación nacional.

Dos casos emblemáticos son el Toyota SW4, el SUV fabricado en Zárate, que supera los $7.000.000 de venta al público, y el Volkswagen Taos que se produce en Pacheco, con un valor que arranca en los $4.440.000 y supera los $5 millones en la versión más equipada, es decir, todas las versiones con impuesto.

Entre los modelos nacionales, las pick ups no pagan este impuesto y el resto de los modelos que están al borde del impuesto se encuentra, únicamente, el Chevrolet Cruze, el cual en septiembre pudo ajustar el valor de la versión tope de gama sin aplicar el impuesto. De esta forma, la versión tope de gama tiene un valor de 3.094.000 pesos desde este mes, diferenciándose del intermedio que sale 2.990.000 pesos. En cuanto a otros modelos que estaban topeados, son el Peugeot 408 y Citroën C4 Lounge, los cuales ya no se producen en la Argentina.

Más vehículos con impuesto

 

Además de los autos de producción nacional, algunos modelos importados estaban hasta ahora al borde del impuesto “topeados”, para que el mismo no los alcance. Con la suba del piso de la escala, aumentaron los valores, algunos quedando al límite de la nueva barrera.

Un caso es el Nissan Sentra, que desde este mes tiene un valor de $3.047.200, tanto para la versión Advance manual como automática (quedando los dos al borde del impuesto), mientras que los dos modelos de equipamiento más completo fueron alcanzados por la primera escala, con un promedio de 4.100.000 pesos.

En el caso del Versa también se modificaron los precios, y el tope de gama pasó de los$2.767.400 (tope anterior) a 2.905.000 pesos.

Otro sedán que fue alcanzado por el impuesto es el Corolla, aún en su versión híbrida (que no paga impuesto extrazona), con un valor de $3.800.000. De todos modos, en la oferta, hay tres opciones que, por el momento, no están alcanzadas por el gravamen.

Los SUV, con más subas

 

En el caso de los SUV, la mayoría de los modelos, empezando por los del segmento chico, tenían alguna versión alcanzada por el impuesto interno o estaban al borde. Ahora, lo que muchos aprovecharon, es para aumentar los valores acercándose a la nueva barrera del impuesto interno.

Chevrolet Tracker, con cambios en el precio por el impuesto interno.

Chevrolet Tracker, con cambios en el precio por el impuesto interno.

 

En el caso de Chevrolet, se nota con Tracker. Tiene tres versiones antes de impuesto, con una de ellas al borde de la primera escala, $3.000.000, y la más equipada que superó los $4.000.000.

En el caso de Nissan, con el Kicks, sucede lo mismo. Ofrece 6 versiones, que hasta el mes pasado tenían un precio de $2.760.000 cinco de ellas. Ahora, salvo la más económica que está en $2.650.000, las cinco del tope de gama salen $3.047.200.

En el caso de Renault también cambiaron los valores, tanto en Duster como en Captur, acercándose a la nueva base mínima imponible pero sin pasarla. En el primer paso, la Duster full, recién llegada al mercado, pasó de $2.831.000 a 3.118.000 pesos, mientras que en el caso de Captur tuvo los mismos incrementos y cuenta con los mismos valores en sus modelos tope de gama.

Renault Duster, con valores topeados.

Renault Duster, con valores topeados.

 

Por otro lado, algunas marcas todavía no actualizaron los precios, pero se esperan cambios. El Peugeot 208 tiene tres versiones en $2.747.000, siendo que ahora tienen un margen para aumentar hasta los 3.000.000 de pesos.

Operaciones en la mira

Un problema que genera esta situación, en la cual muchas marcas ofrece más de una versión al mismo precio, con diferente equipamiento, es que en los concesionarios no se respetan los precios de lista, y le aplican alguna suba ya que en los hechos, las versiones no pueden salir lo mismo.

Esto sucede también con los modelos de Volkswagen, ya que tanto T-Cross como Nivus, los dos más chicos, están impactados por la medida y superan los $4 millones desde antes de la actualización del gravamen.

Por ahora, el gobierno seguirá con la misma política de modificación del piso del impuesto cada tres meses, cambios que, ante la inflación, la suba de los precios por falta de stock y las especulaciones por el dólar blue, no son suficientes para regular el mercado.

Fuente: Iprofesional