z.system

El balance entre importaciones y exportaciones marca un pasivo de 649 millones de dólares en la primera mitad del año. De no repuntar los envíos al exterior, el déficit del 2021 llegaría a los 1.000 millones de dólares.

El secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, describió lo que sucedió en el inicio del invierno como una “tormenta perfecta”, en referencia a la menor producción nacional de gas, la baja generación hidráulica del país y el menor aporte de las centrales nucleares por el mantenimiento de Embalse.

Y esa tormenta perfecta no solo disparó las importaciones de energía, sino que ya marcó que en el primer semestre del año la balanza comercial energética del país tenga un déficit de 649 millones de dólares.

Si bien en este primer semestre hubo exportaciones dentro de la cartera, como las de petróleo, naftas procesadas, gas natural y propano y butano, los meses fríos pasaron factura y dispararon la importación de gas natural desde Bolivia, de gas natural licuado (GNL) para la regasificación en los dos buques que están en operación y también de una más que importante cantidad de líquidos para la generación térmica, en especial de gasoil.

De acuerdo a un reciente informe de la consultora Ecolatina, el rojo del primer semestre es tal que hace que pese al bueno momento que atraviesan las exportaciones de petróleo, tanto por el precio como por la salida del crudo de tipo Medanito, el déficit total del sector sea superior a los 635 millones de dólares que representaron esas exportaciones.

Y se advirtió en el documento, que de mantenerse la tendencia de esta primera mitad del año, el 2021 podría cerrar con un déficit en la balanza comercial energética del país de nada menos que 1.000 millones de dólares, contrastando así con el resultado positivo que tuvo el año pasado, cuando al contrario, la balanza comercial terminó con un superávit de 11 millones de dólares.

Las exportaciones

En el renglón positivo de la balanza comercial se engloban en primer lugar las exportaciones de petróleo que sumaron 635 millones de dólares, un 48,7% más que en el mismo período del año anterior.

El segundo puesto en ingresos por exportaciones lo ocupa el propano y butano que facturó 213 millones de dólares, un 52% más que el año pasado.

Los envíos al exterior de naftas sumaron 213 millones de dólares, un salto del 568% en parte esperable por el impacto que la pandemia tuvo el año pasado.

En tanto que las exportaciones de gas natural cayeron un 81% y solo marcaron 25 millones de dólares.

Los renglones negativos

La importación de gasoil para reemplazar la falta de gas en las centrales térmicas representó el mayor pasivo del semestre, con un total de 847 millones de dólares, un 168% más que el año pasado, lo cual en términos de dólares representa más de 500 millones extra.

La importación de GNL se disparó un 308% en relación al mismo período del año pasado y anotó un rojo de 351 millones de dólares contra los 86 que había representado en 2020.

La importación de gas natural desde Bolivia se vio favorecida por los cambios en la adenda contractual y bajó un 7,3% hasta los 495 millones de dólares.

Y en el caso del fuel oil se vio la peor evolución de la balanza nacional, ya que se pasó de tener ingresos por 126 millones de dólares durante el año pasado, a un pasivo de 41 millones de dólares en este arranque de año por su importación.

La mayor producción de petróleo, en especial desde Vaca Muerta, y los mayores volúmenes de producción de gas natural de cara al inicio de la temporada de bajo consumo en el país, podrían potenciar las exportaciones de ambos hidrocarburos, y reducir las expectativas de que la balanza comercial energética cierre el año con un pasivo de 1.000 millones de dólares.

 

 

Fuente: Rio negro